La Fundación Cajasol acaba de inaugurar una exposición antológica, que recorre el toreo del siglo XX a través del objetivo de una de las sagas más importantes de la fotografía taurina: los Arjona, firma reconocida internacionalmente. Bajo el título “Glorias de la Tauromaquia” la muestra, incluye más de un centenar de fotografías que abarcan desde el comienzo del siglo pasado hasta los años noventa,.
La exposición, que estará abierta al público hasta el próximo 5 de mayo, incluye un selección de imágenes de toreros desde Joselito El Gallo y Belmonte hasta Espartaco y Litri hijo, pasando por Manolete, Pepe Luis Vázquez, Antonio Ordóñez, Luis Miguel Dominguín, Manolo Vázquez, Diego Puerta, Curro Romero, El Cordobés, Paco Camino, Rafael de Paula, Paquirri, Paco Ojeda y muchos otros que, de una manera u otra, dejaron huella en la historia taurina de la ciudad y que tienen un lugar en el recuerdo de los aficionados.
Nacida del tronco común que comienza con Agustín Gonzáles Arjona, fotógrafo de estudio y aficionado a los toros. Muchas tardes de corrida se llevaba su cámara a la Maestranza e inmortalizaba a los toreros de los primeros años del siglo XX sólo por el gusto de guardar sus imágenes.
Encontró su continuados en su hijo José María González Medrano-Arjona, por todos conocidos como Pepe Arjona, que nació en Sevilla el 10 de octubre 1921. y que desde muy joven hereda las aficiones de su padre, hasta tal punto que su vocación taurina comienza en el Matadero de Sevilla, como se hacía en aquella época, junto a los Vázquez, con los que entabla una entrañable amistad. Con Pepe Luis y Manolo torea el ganado cruzado que llega al matadero y empieza a acudir a los tentaderos, a los que ya se lleva su cámara.
Como recuerda oportunamente José Enrique Moreno, llama la atención que lo que luego sería la herramienta de trabajo que le daría fama no dejara de acompañarle incluso en algunos festejos en los que interviene vestido de luces, como una tarde de Sanlúcar de Barrameda en la que aparece en los carteles con otro nombre porque su padre se oponía a sus inquietudes toreras. También torea en Utrera y como sobresaliente en Isla Cristina, pero pronto descubre que ese no es su rumbo y se aferra con fuerza a su cámara para marcar un antes y un después en la fotografía taurina.
Muy al sentir de la época, su sentido del arte del toreo, tal como le plasma con su cámara, viene muy influenciado primero por Pepe Luis y luego por Antonio Ordóñez. Ya en los primeros años 40 Pepe Arjona empieza su carrera en la información gráfica y su obra aparece en las principales publicaciones de la época. Las páginas de Dígame, Fiesta Española, El Diario de Tánger, la Hoja del Lunes y Suroeste, como más tarde ocurre con El Ruedo y los diarios ABC y El Correo de Andalucía.
Célebre fueron y con un gran eco internacional la secuencia gráfica que realizó de la mítica actriz Ava Gardner cayendo de un caballo en la finca de los Peralta, imágenes que dieron la vuelta al mundo en Paris Match.
Son innumerables las publicaciones ilustradas con las fotografías de Arjona: desde el Cossío –en su versión antigua y en la más actual- hasta “Las rutas del toro en Andalucía”, pasando por auténticos best sellers taurinos como “Nacido para morir” y “Cómo ver una corrida de toros”, sin olvidar los ejemplares de la colección “La Tauromaquia” o el recorrido histórico titulado “Medio siglo de toreo en la Maestranza”. Cronológicamente, el ultimo editado ha sido “Diego Puerta. Arte, Valor y Casta de un torero de Sevilla”, un trabajo realizado en los años 70 y editado el pasado año por la Fundación Cajasol.
Fallecido en Sevilla el 22 de mayo de 2000, para entonces su hijo Agustín González Boje y ha había tomado el relevo que garantizaba la continuidad de esta saga. Desde hecho, desde 1979 comienza a ayudar a su padre y a partir de 1984 se consolida ya como otro gran fotógrafo, que mantiene viva la llama de una afición y un oficio con los mismos niveles de reconocimiento que tuvo su padre.
De hecho, ya desde la primera vez que acude a la Maestranza para ayudar a su padre, Agustín capta con su objetivo una cornada al torero Navarrito que aparece al día siguiente en la portada de ABC. Fue su primer éxito profesional y a partir de ese momento acude cada domingo a la plaza sevillana y empieza a viajar para hacer ferias. Comienza una carrera que llega hasta el día de hoy, continuando con los sólidos criterios que seguía su padre: buscar la conjunción y la armonía en la fotografía.
Pero Agustín pronto tuvo compañía tras el objetivo. Joaquín Almero González, nieto de Pepe Arjona, demuestra la misma vocación, aprendida en sus primeros pasos de las enseñanzas de su abuelo. Su aprendizaje fue tan precoz que ya con 14 años publica sus primeras fotografías en la prensa, en concreto en el semanario “Aplausos”. Desde entonces forma equipo con su abuelo y con su tío Agustín, a la vez que cursa la carrera de Historia del Arte en la Universidad hispalense.
Pero la saga tiene garantizada su continuidad de futuro. El último eslabón de la es Agustín González Asuero, que desde muy joven comienza a acudir a los toros y al campo con su padre y empieza a hacer fotos. Decidido a profesionalizar su vocación, abandona los estudios de Empresariales para dedicarse en exclusiva a la fotografía, que desde el principio desarrolla con la calidad propia de su estirpe..
A lo largo de casi un siglo, la saga de los Arjona ha formado uno de los archivos gráficos taurinos más importantes de toda la geografía. en su archivo la historia del último siglo de la Tauromaquia en España perfectamente clasificada y ordenada gracias al trabajo de cuatro generaciones unidas por la afición al toreo y la fotografía.
Cien años historiando gráficamente el Arte del Toreo, bajo ese sabio criterio de la conjunción y la armonía, que exige unos profundos conocimientos de la Tauromaquia, hacen de los Arjona un caso excepcional, hasta tal punto que resultan ser hoy una referencia obligada e indispensable para quien se acerque a los misterios del toreo.
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