La reforma de la Ley y del Reglamento: o se abordan en serio y con garantías, o mejor ni tocar

por | 28 Abr 2018 | Informes

En el Sector taurino de nuevo ha reaparecido la necesidad de promover la reforma del vigente Reglamento Taurino, que data de 1966, y de la propia ley 10/1991, sobre potestades administrativas en materia de espectáculos taurinos, que sigue vigente y de la que el Reglamento es consecuencia. 

 

La realidad es que el Gobierno se comprometió a llevar adelante tales reformas en el curso de la actual legislatura. Y así, en el PENTAURO, se proponen dos medidas concretas al respecto: la elaboración de una ley taurina, que venga a sustituir a la ley 10/1991, y la aprobación de un nuevo Reglamento[1].

 

Ya durante el año 2015 la Comisión Nacional de Asuntos Taurinos incluyó este tema en su agenda de trabajo; incluso antes, en una reunión celebrada por la Ejecutiva de esta Comisión en Toledo en 2014, se acordó constituir una Comisión en la que se estudiara el asunto, aunque sus  trabajos y conclusiones luego no trascendieran.

 

No sólo por las propuestas planteadas por la asociación “Tauromaquias Integradas”, nacida para “romper el inmovilismo” del sector, sino ya sea la Junta de Andalucía –que fue la primera en hablar–, ya a través de diferentes dirigentes taurinos, la cuestión de la reforma se va reactivando de manera creciente. Incluso algunos taurinos hablan de contactos privados con los responsables en esta materia del ministerio de Educación, Cultura y Deportes. Taurología.com ha solicitado del Departamento la confirmación de tales contactos, pero no ha obtenido respuesta.

 

Todos los propósitos vienen a confluir en dos grandes cuestiones: la controvertida adaptación a la Tauromaquia a la cultura y la sociedad del siglo XXI, que algunos han venido a resumir simplificadamente en “rebajar la dureza de las corridas”, y la armonización de las diferentes normativas taurinas en vigor, cuando además del Reglamento nacional están vigor los aprobados en 11 comunidades autónomas[2].

 
Pero con anterioridad al actual movimiento, ya hubo otros intentos reformistas. Por citar un caso, el promovido por veterinarios, aficionados y administraciones locales en 1994, cuando era ministro del ramo Juan Alberto Belloch. Aquel intento se dirigía específicamente a incorporar nuevas medidas antifraude, a raíz de una moción que se había aprobado en el Senado. En aquella moción se trataba de suspender en el Reglamento los artículos 49 [sobre el embarque de los toros] y 59 [sobre garantías y medidas complementarias]. Entre otras cosas, con la reforma se trataba de dotar de mayor vigilancia de las reses durante el embarque y en los corrales de las plazas, la exclusión de toreros o apoderados durante el reconocimiento de los toros y mayores aportaciones presupuestarias para mejorar las enfermerías.

Con todo, antes de continuar adelante, recordemos una vez más la advertencia que ya hizo el insigne poeta Gerardo Diego hace 50 años: “No cabe duda que la Fiesta tiene momentos duros, tanto en lo que respecta al toro como al caballo, mas la verdad es que todo eso está superado por el arte, la belleza y la gallardía que se desprenden del espectáculo. Además, últimamente se ha llegado a una estimable humanización en todos los aspectos; humanización que puede llegar a ser peligrosa, por que puede cristalizar en una degeneración de los valores fundamentales de la Fiesta”. Conviene tenerla siempre en cuenta.

 

¿Se dan las circunstancias necesarias?

 

Pero al tratar de adentrarse en la posibilidad de esa reforma, primero convendría revisar si se dan las circunstancias políticas necesarias para que tal propuesta alcance efectivamente su objetivo. Especialmente en el caso de la ley que sustituya a la actual, que procede de la era Corcuera.

 

Ha llamado la atención que el Secretario de Estado de Cultura se lanzara a elaborar un informe en defensa de la presencia y participación de los menores en la enseñanza y los festejos taurinos, frente a los ataques provenientes de la Comisión de los Derechos del Menor, organismo de la ONU que en varias ocasiones ha abordado el tema, y de la movida de sectores antitaurinos. Ha sido una postura valiente y firme, porque las contraindicaciones políticas no eran pocas. En el lenguaje actual se diría que se sale de "lo políticamente correcto".

 

Pero metidos en lo que se refiere a estas reformas, con un Gobierno en minoría, dependiente del muy cambiante criterio de Ciudadanos, alcanzar la mayoría parlamentaria necesaria para aprobar la nueva ley taurina, no parece tarea precisamente fácil. El partido naranja es experto en ponerse de perfil, como tienen bien acreditado. Del PSOE no se pueden esperar apoyos y menos de Podemos-IU. Con lo cual tendrían que darse unas circunstancias muy singulares para conseguir la mayoría necesaria, por no decir que resulta inviable[3].

 

Pero, además, no debe perderse de vista que España entra en una etapa en la que se concatenan hasta tres elecciones, antes de las próximas Generales. Si ya se cuenta con un ambiente social muy crispado en materia taurina, cuando los antis han ido ganando batallas de Opinión Pública, entrar en una cuestión socialmente controvertida habitualmente se considera que no es lo más oportuno.  Desde luego, es lo que hacen la mayoría de los políticos. De hecho, sería el primer Gobierno en minoría que se atreve en legislar en esta materia y en campaña electoral.

 

Menos exigencias en la aritmética parlamentaria tendría la elaboración de un decreto con el nuevo Reglamento. Bajo este punto de vista, puede ser más viable, aunque nunca resultará fácil. Naturalmente, tendría que hacerse en base al desarrollo práctico de la Ley Corcuera, que es la que está en vigor. Eso sí, sabiendo que sería necesario trabajar de acuerdo con las 11 Comunidades autónomas con Reglamento propio. Como el Tribunal Constitucional aún no ha entrado aún en el fondo de la cuestión de la distribución competencial en lo que se refiere a qué debe entenderse por lo que Ley denomina “la corrida moderna[4], se trata de un tema muy abierto, que no se sabe por donde puede discurrir.

 

Pero una cosa parece cierta: como ya en agosto de 2017 dijo la Unión de Abonados de Sevilla, refiriéndose a la reforma andaluza –pero que bien puede extenderse más allá de aquella Comunidad–, hoy no parece darse  el clima necesario entre para efectuar las pretendidas reformas; más bien parece –afirmaban entonces desde la Unión– que las modificaciones al actual Reglamento son iniciativas de sectores políticos y animalistas para adaptar la tauromaquia a los tiempos actuales o hacerse eco de ciertas sensibilidades para aminorar o cambiar cuestiones que afectan al sufrimiento animal. Pero a su vez rechazaban las opción de que esos sectores políticos y animalistas influyeran en la regulación de la Fiesta; los primeros, porque en su gran mayoría no son aficionados ni entienden en profundidad de la actual problemática y los segundos, porque pretenden conseguir primero las corridas sin muerte del toro y después sencillamente suprimir las corridas de toros. 

 

Todo lo cual no obsta para volver a recordar que el actual Gobierno –y también los responsables del Sector–  debe cumplir el mandato nacido de la Ley sobre la Tauromaquia como patrimonio cultural, en cuyo desarrollo a través del Pentauro se plasmó en el compromiso público de elaborar de nueva planta tanto la Ley taurina como su Reglamento.

 

Lo que trata de cambiar Andalucía

 

Fuera de lo que no pasan de ser conversaciones informales entre taurinos, la única iniciativa que formalmente se ha puesto sobre la mesa sigue siendo la realizada por la Junta de Andalucía[5], a través de su Consejo de Asuntos Taurinos.  En puridad, habría que hablar también del caso de Navarra, aunque éste parece que ahora está algo hibernado. Pero si nos referimos al caso andaluz, su principal dirigente, Demetrio Pérez, director general de Política Interior, Protección Civil y Emergencias, en declaraciones a diversos medios informativos, marcó dos grandes pautas:

 

— “La sociedad ha cambiado sus hábitos socioculturales. También ha habido cambios jurídicos que obligan a adecuar la normativa. Pero el objetivo último es hacer un Reglamento Taurino del siglo XXI, porque los actuales, y los incluyo a todos, no están actualizados con la realidad del país”.

 

—  "No se trata de quitar la sangre de las corridas sino de rebajar su dureza". [….] Todo lo que sea mejorar el aspecto de las corridas sin modificar su esencia es bueno. Y la imagen puede ser menos cruenta sin que cambie lo fundamental”.

 

Y en otro momento, incluso detalló cambios posibles: “Por ejemplo, dar respuesta a nuevos espectáculos taurinos, como los tentaderos públicos, festejos con recortadores o clases prácticas, que no están regulados. Es preciso revisar las condiciones de las enfermerías y crear un Registro de profesionales y de empresas taurinas, que sólo existe a nivel estatal. Nos parece fundamental la vigilancia de las condiciones higiénico-sanitarias de las reses. Estamos estudiando limitar el número de veterinarios de servicio en los festejos y realizar reconocimientos post morten de astas y vísceras. También estudiamos suprimir las banderillas negras y reducir las cuadrillas en plazas de tercera, que quedarían en un picador, dos banderilleros y el mozo de espadas. Se baraja limitar las entradas en la suerte de matar y el número de intentos de uso del descabello. El corte de trofeos deberá ser testimonial, lejos de esas orejas enormes que observamos en la actualidad. Y hay otro aspecto: la posibilidad de modificar el orden de actuación de los toreros, para que el más antiguo no tenga necesariamente que abrir el cartel. Todo esto está sobre la mesa, pero nada es definitivo”.  

 

Sin embargo, en estos y otros propósitos aún no se ha alcanzado un consenso suficientemente amplio y sólido como para llevarlos adelante. Y esa era la condición necesaria que propuso la Junta para cambiar el Reglamento: sin tal género de acuerdo, la cuestión se archivaría. Pero a la vista está que no resulta fácil cohonestar los distintos intereses gremiales.

 

Resulta cierta la afirmación de Juan Manuel Albendea cuando declaró al diario El País que  “es evidente que estamos abocados a un fiesta diferente, muy diferente”. Pero también el empresario Nacho Lloret,  en declaraciones al mismo periódico, nos puso de sobreaviso: “El gran fraude del animalismo actual es que pretende humanizar a los animales que, a mi juicio, es el mayor maltrato que puede haber. […] “Otra cosa es que la tauromaquia evolucione y se puedan cambiar algunos aspectos para que el espectáculo tenga un menor grado de crudeza, pero en ningún caso se puede alterar su integridad”.

 

Pero la Junta de Andalucía, cuyos propósitos de reforma son claros, bien parece que, mientras que trabajan internamente a través del CATA, están más bien a la espera de que el Gobierno de España mueva ficha y entre en la reforma del Reglamento nacional, que puede ser ese paraguas protector bajo el que se trabaje más resguardado de polémicas.

 

La propuesta de Tauromaquia Integradas 

 

Con su propósito de romper “el inmovilismo” de los taurino, la Asociación “Tauromaquias Integradas”, dirigida por Enrique Martín Arranz y José Miguel Arroyo, que su objetivo radica en “cambiar el espíritu de la tauromaquia"[6]

 

El veterinario Julio Fernández, muy implicado en este proyecto, es tajante al afirmar: “Nuestros planes se basan en cuatro principios: Queremos un espectáculo completo con sus tres tercios; no queremos tocar la esencia de la tauromaquia; queremos mantener la autenticidad; y buscamos mejorar la lidia a partir de los conocimientos". Y añade:  “Es necesario aceptar avances en ciencia y tecnología para la mejora del espectáculo”.

 

El discurso de Julio Fernández concreta más: “Por encima de cualquier otra cosa, Tauromaquias Integradas pretende impulsar el I+D, la Innovación y el Desarrollo. Para empezar, queremos un espectáculo más compacto, que potencie los tres tercios. El reto es mejorar la expresión técnica y artística, refinando y consolidando evolución”.

 

Para José Miguel Arroyo, “Joselito”, la tauromaquia es evolución, lo ha sido siempre históricamente, por eso hay que investigar su pasado y pensar su futuro”. 

 

Por su parte, José Luis Bote propuso, se supone a título experimental, un nuevo formato de espectáculo denominado "Encuentro de Tauromaquias", en el que cada res del festejo tendría una lidia distinta. Se pretende mezclar en un espectáculo distintas formas de concebir la tauromaquia de forma no profesional.

 

Para esa pretendida reforma global del hecho taurino, resulta evidente que hay que modificar la actual normativa vigente.  Y por ello trabajan. Lo que aún no han alcanzado, aunque lo intentan, es que su propuesta cuente con todos los apoyos necesarios.

 

Con todo, la reforma es necesaria

 

Otra cosa será si es el momento político para llevarla a cabo, pero una cosa es evidente: la reforma del Reglamento es necesaria, tanto como la de Ley de 1991; pero exigen de unos consensos que a lo mejor hoy no se dan.

A la hora de abordar tales reforma, en primer término habría que considerar la opción de trasladar con todas sus consecuencia a los nuevos textos normativos la definición de la Tauromaquia que se realiza en la Ley 18/2013, cuando en su artículo 1 se dice: “se entiende por Tauromaquia el conjunto de conocimientos y actividades artísticas, creativas y productivas, incluyendo la crianza y selección del toro de lidia, que confluyen en la corrida de toros moderna y el arte de lidiar, expresión relevante de la cultura tradicional del pueblo español. Por extensión, se entiende comprendida en el concepto de Tauromaquia toda manifestación artística y cultural vinculada a la misma”. Ahí quedó resumido todo aquello que ahora debe ser motivo de regulación.

 

Pero si nos acercamos a algunos aspectos concretos, como con reiteración ha solicitado la ANPTE, ha llegado el momento de poner coto a las “interpretaciones relajadas de los reglamentos, tanto en los procesos previos al festejo que garantizan los derechos de los espectadores, como en las normas que regulan el desarrollo posterior de la lidia[7]; como igualmente no se cansan de insistir en la imperiosa necesidad de armonizar todas las reglamentaciones hoy vigentes, con un objetivo irrenunciable: garantizar la integridad de la Fiesta.

 

Pero igualmente se hace necesario incorporar nuevas experiencias de los profesionales. A título de ejemplo,  el equipo veterinario de la plaza de Las Ventas elaboró hace ya un tiempo un informe muy bien fundamentado acerca de los principales aspectos a revisar de la normativa vigente en materia de espectáculos taurinos[8]. Podría decirse que se trata de un informe técnico fruto de la experiencia en sus labores veterinarias. Y así, por ejemplo, se fija en un aspecto tan concreto, pero con consecuencias prácticas tan relevantes, como la incongruencia de que el Reglamento “establezca un peso mínimo único, sin entrar a considerar el encaste de procedencia”. Es mucho más que un matiz lo que aquí plantea. Pero con el mismo buen sentido, abordaban otros temas.

 

Y como el caso de los veterinarios, se podrían citar otros. Sin ir más lejos, los estudios que sobre Derecho Taurino ha realizado el profesor Hurtado González, de la Universidad de Sevilla. Unos de carácter más general, como es su libro “Toros y Derecho”; otros más puntuales, como los estudios relativos, por ejemplo, al sorteo o a los avisos.  Quiere ello decir que material solvente de trabajo hay.

 

Pero si del estudio nos trasladamos a todo aquello que se percibe en el ámbito taurino, para algunos se ha convertido en un simple lugar común que resulta irrenunciable abordar la reforma del tercio de varas. Y no ya bajo criterios animalistas, sino porque responde a una necesidad actual de la propia cabaña de bravo. La suerte de varas es y debe seguir siendo irrenunciable, si es que no se quiere desnaturalizar por completo la Tauromaquia. En este punto, un buen conocedor de estos temas, como José Aledón, escribió en estas páginas un artículo que por su mesura y documentación conviene releer, porque centra con acierto la cuestión, tomando pié de un libro que a estos efectos puede ser fundamental: "Suerte de varas", de Luis F. Barona y Antonio E. Cuesta López [Diputacion de Valencia, 1999].

Pero es evidente que los requisitos actuales y las condiciones del toro de hoy, no encajan. Una res brava criada con criterios que buscan primariamente que aguante 60 muletazos, la experiencia enseña que no soporta ni las características de la mayoría de los caballos de picar, ni las actuales medidas de protección, ni las propias dimensiones de la puya. Sería una verdadera simpleza decir –aunque no han faltado quien lo diga– que el arreglo a esta disfunción se soluciona poco menos que cambiando la actual puya por aquella otra de los tentaderos.

Como tampoco se arregla nada dejando a la libre decisión del torero el número de veces que el toro debe entrar al caballo. Lo habría que plantearse, siempre al servicio de medir la bravura y la casta de los toros,  son aquellos aspectos que regulan la forma de realizar la suerte. Y eso no es nada nuevo: se ha ido modificando en numerosas ocasiones desde finales del siglo XIX, al mismo ritmo que fueron cambiando las condiciones de la res brava.

 

Ponerse a discutir, por otro lado, si es momento de suprimir las banderillas negras, cuando ya prácticamente están en desuso; elaborar una especie de cuadro aritmético acerca del uso del descabello o la puntilla; venir a redefinir cuál debiera ser la composición de una cuadrilla… Poner la lupa sobre estos temas, al final sólo lleva a distraer la atención. Es lícito que los profesionales lo aborden, pero eso no dota a tales cuestiones del carácter esencial que deben tener las reformas de los Reglamentos y de la Ley.

____________    

[1]El Plan Nacional de Fomento y Protección de la Tauromaquia (Pentauro) aborda esta cuestión en su epígrafe “2.Competitividad”, en su pagina 25 y ss. El texto íntegro se puede consultar en:
https://www.mecd.gob.es/cultura-mecd/dms/mecd/cultura-mecd/areas-cultura/tauromaquia/plan-nacional/Pentauro-aprobado–19-12-13-.pdf

 

[2] Como se sabe, se trata de las Comunidades autónomas de  Aragón, Andalucía, Cantabria, Castilla-La Mancha,  Castilla y León, Comunidad Valenciana, Extremadura, La Rioja, Madrid, Navarra y País Vasco. A ellas habría que unir el caso especial de Cataluña y el de Islas Baleares, pendiente de resolución por el TC.

 

[3] En este punto, conviene mirar hacia los sucesivos programas electorales. Sólo para la campaña de 2011 –la de la mayoría absoluta de Rajoy–, el PP que colocó exactamente 135 caracteres en defensa de la Tauromaquia. Y lo hizo por el empeño personal del entonces diputado Juan Manuel Albendea. Ni antes ni después quedó referencia alguna en ninguna de las ofertas políticas. 

 

[4] Como muy bien ha estudiado el profesor Hurtado González, de la Universidad de Sevilla, en esta cuestión no quiso entrar el TC cuando dictó la sentencia sobre la prohibición del Parlamento de Cataluña. Ahora se está a la espera de lo que pueda establecer el alto Tribunal en el caso de Islas Baleares, en su ley contra el maltrato a los animales.

https://www.taurologia.com/sobre-toros-reglas-como-acabar-ellos-4781.htm

 

[5] Acerca de los trabajos periodísticos sobre esta propuesta de la Junta de Andalucía pueden consultarse entre otros:

 

¿Quién pretende reformar (y por qué) el Reglamento Taurino de Andalucía?

https://elpais.com/cultura/2017/09/29/el_toro_por_los_cuernos/1506661217_301829.html

 

Demetrio Pérez: "No se trata de quitar la sangre de las corridas sino de rebajar su dureza"
http://www.elmundo.es/cultura/toros/2017/08/08/598a29d746163f91318b4585.html

 

Los cambios del nuevo Reglamento taurino

http://sevilla.abc.es/cultura/toros/sevi-cambios-nuevo-reglamento-taurino-201802110832_noticia.html

 

Ante un nuevo reglamento taurino

http://elcorreoweb.es/toros/ante-un-nuevo-reglamento-taurino-HH3449090

 

Eliminar sangre del toro es la antesala de la desaparición de la tauromaquia

https://elpais.com/cultura/2017/01/10/el_toro_por_los_cuernos/1484046775_838253.html

 

 [6] Entre otras referencias, sobre Tauromaquias Integradas puede consultarse:

 

— Tauromaquias Integradas quiere modificar la lidia: “Vamos a levantar ampollas”

https://www.elespanol.com/toros/20180227/tauromaquias-integradas-quiere-modificar-vamos-levantar-ampollas/288221606_0.html  

 

Joselito: "Tauromaquias Integradas trata de cambiar el espíritu de la tauromaquia" 

https://www.aplausos.es/noticia/42867/noticias/joselito:-tauromaquias-integradas-trata-de-cambiar-el-espiritu-de-la-tauromaquia.html

 

Nace “Tauromaquias “integradas”, un proyecto para renovar la tauromaquia

https://laeconomiadeltoro.wordpress.com/2018/02/28/nace-tauromaquias-integradas-un-proyecto-para-renovar-la-tauromaquia/

 

[7]  Conclusiones del VIII congreso de ANPTE

http://presidentestoros.es/?p=905

 

[8] Principales aspectos a revisar de la normativa vigente en materia de espectáculos taurinos

http://www.colvema.org/pdf/8893toros.pdf

 

También resulta de especial interés, un anterior  informe que  el equipo veterinario elaboró con el título 75 años de Veterinaria en Las Ventas”, que puede consultarse en:

http://www.dpz.es/ficheros/documentos/Comentarios_equipo_de_las_Ventas.pdf

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Taurología

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Portal de actualidad, análisis y documentación sobre el Arte del Toreo. Premio de Comunicación 2011 por la Asociación Taurina Parlamentaria; el Primer Premio Blogosur 2014, al mejor portal sobre fiestas en Sevilla, y en 2016 con el VII Premio "Juan Ramón Ibarretxe. Bilbao y los Toros".

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