Entre las propuestas contenidas en el anteproyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado, aprobado por el Consejo de Ministros para su remisión a las Cortes Generales, figura la reducción del IVA en el caso de los espectáculos en directo: el teatro, la danza y los toros, entre otros. No se trata de una bajada general del llamado IVA cultural, que deberá esperar a la evolución de la situación económica, sino que específicamente se dirige a unos sectores concretos.
Resulta importante destacar que, en nuestro caso, la medida se refiere a aquellos “espectáculos en directo” de naturaleza taurina; podría decirse que está refiriéndose a “la corrida moderna”, un afortunado concepto acuñado en la ley 18/2013. Sin embargo, al acotar así los términos de aplicación de la nueva medida fiscal, por ahora deja fuera a las demás ramas de actividad que, según el artículo 5 de la misma ley, debe considerarse como integradas de pleno derecho bajo ese mismo concepto común, que van desde el sector ganadero al artesano y todos los cuales en su conjuntyo forman parte de nuestro Patrimonio Cultural.
Al sacar adelante esta propuesta, los responsables del ministerio de Educación, Cultura y Deportes cumplen un compromiso que habían contraído con el mundo del toreo. Por ejemplo, hace ya más de dos años que el hoy Secretario de Estado de Cultura, Fernando Benzo, venía trabajando en este tema, aunque se estrellara con la muralla que Hacienda tenía levantada en materia fiscal por la crisis general. Incluso ahora, los responsables del erario público no han permitido por la coyuntura de crisis que la medida se extienda, por ejemplo, al cine, que quedará a la espera de la evolución general de la recuperación económica en los meses venideros.
La reducción en 11 puntos del IVA no puede negarse que es una bajada muy importante. Incluso a pesar de que el nuevo IVA aún supone 2 puntos más que el que regía antes de la subida general de este impuesto de 2012, cuando era del 8%. En cualquier caso, da un mayor margen de maniobra a la economía del toro. Y además, como afecta directamente al precio de las localidades, resulta de aplicación directa en beneficio de los aficionados. Además. mejorando la economía taurina básica, puede tener efectos positivos indirectamente en todos esos otros segmentos de actividad de negocio de los que de alguna forma son dependientes.
Pero al incluirse la medida en una Ley como la de Presupuestos Generales del Estado –la más importante de cada legislatura– no puede pretenderse que esta reducción sea inmediata, como sí ocurrió con el incremento del año 2012, que se realizó por la vía de urgencia de un decreto-ley. Ahora, en cambio, debe seguir toda la tramitación parlamentaria de una ley, lo que supone un mínimo de 3-4 meses según los caso.
Por ejemplo, en el caso de los Presupuestos de 2016, los últimos que se han aprobado, el acuerdo inicial del Consejo de Ministros se adoptó a finales de julio de 2015 y entraron en vigor, al publicarse en el BOE, el 30 de octubre siguiente; es decir, tres meses. Todo ello beneficiándose, además, de una situación de mayoría absoluta parlamentaria, que ahora no se da; quiere ello decir que los dictámenes respectivos del Congreso y del Senado, previos a su aprobación definitiva, pueden no resultar tan fluidos.
Por eso, en el mejor de los casos la Tauromaquia deberá esperar prácticamente hasta septiembre, como poco, para beneficiarse de la reducción del IVA. Es decir, entrará en vigor cuando ya se han celebrado las grandes ferias de la temporada.
Algunos datos
En 2014 los festejos taurinos proporcionaron 45 millones de euros en concepto de IVA a la Agencia Tributaria sólo por la recaudación en las taquillas de todas las plazas de toros, según publicó Juanma Lamet en el diario Expansión, operando con los datos de la patronal ANOET.
La aportación del IVA taurino a las arcas del Estado representa un 62,4% superior a la del cine español, que en 2014 batió récords de recaudación según el Ministerio de Cultura. Los 131,8 millones de euros recaudados de la totalidad de las salas cuando proyectaban películas españolas otorgan al Estado 17,3 millones menos que los toros en concepto de IVA: un total del 27,7 millones.
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