Ayer, al finalizar el festejo, comentamos que se ha abierto una brecha profunda entre las tres figuras del momento, Morante,
El Juli y Manzanares (pongan ustedes el orden que les parezca) y el resto del escalafón. Detrás de estos tres toreros hay un vacío demasiado grande que no es bueno para la fiesta. Ni los Perera, Cid, Castella, Talavante o Ponce, les están disputando nada, y detrás de éstos, la distancia es ya abismal. Con la nómina de toreros actuales componer una feria de quince festejos interesantes es harto difícil, máxime cuando las ganaderías también están dejando mucho que desear. De forma que si ya es complicado organizar cuatro o cinco festejos de garantía, no digamos quince.
La corrida de Jandilla ha tenido que torear, no ha sido fácil. Alguno noble, otros encastados y otros con genio y guasa. Manzanares ha estado muy bien toda la tarde, está en un momento fenomenal y, además, ha salido a jugársela. No quería que le discutieran el título de triunfador de la feria por el número de trofeos frente a los de El Juli, y, con mucha cabeza, pero ha salido a por todas. Su primer toro, al que han lidiado perfectamente y han pareado mejor, lo ha ido haciendo hasta componer una faena de mérito y gusto. Su segundo tenía que torear, y lo ha conseguido. Este torero no es que salga muy reforzado de Sevilla, es que sale encumbrado.
Con Castella y Talavante se ha podido comprobar lo que va de tener la mejor cuadrilla del escalafón a no tenerla. No es que una cuadrilla haga malo a un toro, pero a uno malo lo hace peor y a uno bueno lo puede resabiar. Me ha gustado Castella en su primero. Ha estado serio y responsable con un toro noble pero que humillaba poco, y ha estado valentísimo con su segundo. Ya en el pase cambiado de inicio de faena, el toro, quizás asustado por la montera que estaba donde no debía, ha estado a punto de llevárselo por delante. Pero después ha aguantado parones, miradas y tarascadas sin inmutarse. Bien Castella. Talavante también se la ha jugado en su último toro. Por primera hemos visto a este torero poner el corazón en una faena. Así hay que venir a Sevilla.
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