La corrida estuvo en un tris de ser suspendida. Desde las nueve de la mañana, prácticamente, no había llovido y, sin embargo, un cuarto de hora antes del comienzo empezó a llover y a las seis y media, el diluvio. Yo estaba convencido que se suspendía. Cuando a los diez minutos amainó algo la lluvia y vi salir a los alguacilillos, he de reconocer que pensé: están locos. Durante todo el festejo no ha llovido. Por eso, en debido reconocimiento a su intuición meteorológica, es de justicia que a la empresa Pagés, al presidente Fernández Rey y a Morante, El Juli y Manzanares se les nombre al menos socios honorarios del Servicio Meteorólogico Nacional.
Después de ver lo de ayer, es evidente que la Fiesta no se acaba. La plaza, con el cartel de no hay billetes en el contexto de la severa crisis económica que nos atenaza, el teatro Lope de Vega hasta los topes para oír al ilustre filósofo Víctor Gómez Pin el pregón taurino del que salimos sabiendo muchísimo de ecología y su relación con la Fiesta. La Puerta del Príncipe abierta el primer día de la temporada para El Juli, un gran torero madrileño, lo que pone de relieve que en Sevilla no se le pide el carnet de identidad a nadie, y la plaza, esta vez sin sol, pero tan remozada como si se acabara de estrenar. Un Domingo de Resurrección más y creo que van para treinta años, solicito, ahora con más vehemencia que nunca, el Premio Europa Nostra a la conservación de monumentos para la Real Maestranza de Caballería de Sevilla.
Voy a apoyarme en esta ocasión en un ilustre sevillano Manuel Halcón que en su novela “El Palco de la Maestranza” escribió: “En la plaza de la Maestranza de Sevilla se conjugan y operan varias fuerzas inaprensibles. El prestigio luminoso del gran lunar de albero de Alcalá, tierra irradiante, recortada por rotundo círculo que hace pensar en que una luz caliente sale del suelo hacia arriba. Ningún sitio preparado para una acción anticipa tanto lo que está a punto de producirse como este anillo vigoroso en que la muerte y la vida celebran sus grandes fiestas”. A ver si Manolo Halcón me ayuda desde el cielo en esta aspiración mía de más de tres décadas.
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