La maldición del azulejo, una vez más. Esta vez el día del Patrón, ni más ni menos. Venía Juan Pedro de una gran éxito la temporada pasada y volvió con una corrida desigual por fuera y muy igual en la falta de casta y de fuerza por dentro. Siete juanpedros, nueve toros y no han juntado 10 emebestidas entre todos. Volvieron las ovaciones desaforadas al buen trabajo de Florito.
Lo que no se protestó ayer, se protestó hoy por los dos días. Ya son unos cuantos años viendo toros en Las Ventas y aún no me deja de sorprender que haya aficionados que salgan de casa de camino a la plaza con un pañuelo verde en el bolsillo. Si aún fueran béticos…
Roca Rey tiene que estar muy contento a falta de una actuación más en este San Isidro. Ocho meses justos de alternativa, unas pocas corridas en España, una puerta grande en Madrid y un puñado de detractores. Tener gente a la contra desde tan pronto en tu carrera es sinónimo de torero grande, proyecto de figura.
Talavante apostó su San Isidro en seis días y está a tres de su última oportunidad. No ha dado ni medio paso atrás, todo lo contrario, y no le ha embestido ningún toro. A ver si a la tercera va la vencida.
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