La integridad de Pepe Limeño

por | 19 Dic 2015 | Retazos de Historia

Año 1971. Feria de Abril de Sevilla. Día 22 de abril. Corrida de toros de lujo el jueves de farolillos con toros de Manuel Arranz y un cartel que anuncia a Limeño, El Cordobés y José Luis Parada. Tarde gris y fría. Limeño pasaporta dos toros fuertes, los dos de mayor peso. No ocurre nada relevante. El segundo, en palabras de los revisteros de entonces, era de borreguil docilidad. El fenómeno le corta la oreja. El quinto es protestado por falta de trapío. Se devuelve después de ponerle banderillas. Parada deja el perfume de su toreo elegante y corta una oreja al tercero y no remata con la espada una gran faena al sexto. Una corrida, en apariencias, normal.

Al día siguiente Pepe Limeño acude a recoger la Oreja de Oro de la Asociación de la Prensa como triunfador de la feria del año 1970. Era su tercera de Oreja de Oro consecutiva. Cuando habló para agradecer el premio, de manera inesperada y sorprendente, anuncia que se retira de los toros.

¿Qué había ocurrido? Pepe Limeño llegó al hotel muy afectado. No podía entender cómo en el mismo lote habían caído los dos toros más fuertes del encierro. Uno de sus banderilleros le sacó de dudas y le confesó algo insólito: No había habido sorteo. Pepe Limeño se percató que su lucha es imposible. Llevaba cuatro salidas por la Puerta del Príncipe en los tres últimos años y apenas había podido torear en las ferias. No había hecho el paseíllo en San Isidro en su carrera taurina desde que en 1960 Diego Puerta le otorgara la alternativa en la Maestranza. Y en esa lucha tremenda, llega este incidente como prueba del mando de un torero, El Cordobés, que se salta todo lo reglamentado con el permiso de la autoridad, y se encuentra con el atropello de que ha salido a torear sin que las reses se hayan sorteado.

Limeño, por dignidad, se marcha de los toros. Dejó de torear la corrida de Miura del día 25. Como los designios divinos son inescrutables, ese día fue vital para Ruiz Miguel que le cortó las orejas y el rabo a un toro de la divisa de Zahariche.

Limeño no se fue del todo. Ese mismo año toreó una con El Cordobés en su tierra natal. Tenía la promesa de al menos veinte festejos abriendo cartel. Solo lo hizo en una corrida y fue para apoyar en su propia tierra sanluqueña a la gran figura de la época.

Ahora que se ha muerto, bueno es recordar este pasaje, que nos habla de un tío íntegro que dejó su profesión ante el atropello de la figura. No es nuevo. Ha ocurrido siempre. El atropello sigue en nuestros tiempos, lo que ocurre es que no hay toreros como Limeño que lo denuncian. Porque Limeño, a pesar de los consejos para que se callara, lo contó a quien quiso escucharlo.

La vida fue generosa con Pepe. Fue una persona como la copa de un pino. Siguió en el mundo del toro como un veedor excepcional. Y así ha sido siempre hasta hace muy poco tiempo. Nos queda su calidad humana. Nos quedan sus triunfos en Sevilla. Nos queda su integridad personal.


Un nombre unido a Sevilla y a Miura

C.C.
El torero sanluqueño José Martínez “Limeño” falleció el pasado día 18, en su domicilio de Sanlúcar de Barrameda, víctima de una larga enfermedad. Contaba 79 años de edad. Limeño pasó a la historia por sus repetidos triunfos en Sevilla con la corrida de Miura a finales de los años sesenta y comienzo de los setenta.

José Martínez ‘Limeño’ nació en Sanlúcar de Barrameda el 19 de septiembre de 1936. Tomó la alternativa en Sevilla el 29 de junio de 1960 a manos de Jaime Ostos, que le cedió la lidia del toro ‘Granujillo’ de Galache, y como testigo Curro Romero. La confirmó en Madrid, con toros de Pérez de San Fernando, el 24 de mayo de 1962, siendo Diego Puerta su padrino.

Como novillero logró buenos triunfos en Madrid, pero su mayor prestigio llegó con sus triunfos en Sevilla donde lidió varios años la corrida de Miura con tardes apoteósicas en las que abrió cuatro veces la Puerta del Príncipe.

Su primer gran triunfo llegó el 28 de abril de 1968 en la citada corrida de Miura de la Feria, cuando abrió la Puerta del Príncipe en u festejo que compartió con Ángel Peralta, César Girón y Capillé. Este triunfo lo reeditó el 12 de octubre del mismo año con otra salida por la mítica puerta. En las ferias de 1969 y 1970 de nuevo toreó la corrida de Miura y en ambas ocasiones triunfó de forma apoteósica. El 20 de abril de 1969 cortó cuatro orejas en un cartel con Ángel Peralta, Andrés Hernando t Adolfo Rojas.

El 19 de abril de 1970, en la clásica miurada de la Feria, el cartel formado por Limeño, Palomo Linares y El Hencho consiguió algo histórico. Los tres matadores salieron a hombros por la Puerta del Príncipe. Limeño volvió a cortar cuatro orejas esa tarde.

Sin embargo, en la Feria de 1971 surgió un grave incidente que casi puso fin su carrera taurina. En la primera tarde que actuó en la Feria mató los toros más grandes ya que El Cordobés se había negado a sortear. Limeño lo denunció sin que recibiera los necesarios apoyos de la prensa y taurinos. Se cayó de la corrida de Miura y en su lugar toreó Ruiz Miguel, que precisamente se consagró esa tarde al cortarle un rabo a uno de los toros de la divisa de Zahariche.

Ya nada fue igual. Toreó una corrida en Sanlúcar de Barrameda con Manuel Benítez pero no se cumplió la promesa de participar juntos en un número importante de festejos. Volvió a la de miura en Sevilla en 1980 y se retiró definitivamente el 16 de agosto de 1980, para darle la alternativa a su paisano “El Mangui” en El Puerto de Santa María.

Torero sobrio y elegante, de poderío, técnica y gran valor, tras su retirada nunca se apartó del mundo del toro ejerciendo funciones de empresario taurino junto a Simón Casas. Su labor de hombre de campo ha sido fundamental en la trayectoria taurina del empresario francés. Además, Pepe Limeño fue un hombre con una calidad humana fuera de lo corriente. Respetado en el toreo, querido por los profesionales, en Sanlúcar de Barrameda era un ídolo y allí tiene un busto frente a la plaza de toros de El Pino.

Este sábado, día 19, se celebraron las honras fúnebres por su eterno descanso a las 11 de la mañana en la Iglesia de la Caridad de Sanlúcar de Barrameda.

Los escritos de Carlos Crivell, Presidente de la Asociación de Críticos Taurinos  Independientes de Sevilla y cronista taurino de El Mundo de Andalucía, se pueden con consultar en la dirección electrónica:

http://sevillatoro.es

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Portal de actualidad, análisis y documentación sobre el Arte del Toreo. Premio de Comunicación 2011 por la Asociación Taurina Parlamentaria; el Primer Premio Blogosur 2014, al mejor portal sobre fiestas en Sevilla, y en 2016 con el VII Premio "Juan Ramón Ibarretxe. Bilbao y los Toros".

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