En la cocción de Abril nada es lo que parece. Las sucesivas declaraciones de El Juli, Perera y Morante de la Puebla dibujarían un panorama bien sombrío para la resolución del conflicto que separa a las primeras figuras del dorado albero sevillano. Da la sensación de que cada uno está cumpliendo su papel, aunque la liquidación del enojoso asunto sigue pendiente de los distintos puntos de vista.
Alguno no quiere esperar a que le sigan dando instrucciones y otros andan dando vueltas a la forma de desmontar un acuerdo firmado y rubricado que se ha convertido en una pesada e incómoda carga. También se antoja que, como en la película de Amenábar, nadie conoce a nadie. Posiblemente una cosa es la que se dice y otra distinta es la que se está haciendo o cociendo. La gestación de la Feria podría estar cocinándose en dos dimensiones distintas. Paciencia.
Y volver, volver… a tus manos otra vez.
La cosa va de reapariciones. Algunas, muy puntuales, como las de Eduardo Dávila Miura, que consiguió sorprender a toda la prensa de Sevilla al anunciar que estaba puesto y dispuesto para matar la corrida familiar el próximo Domingo de Farolillos. Dicen que si no quieres que se filtre algo en el toreo no puedes ni pensarlo. Y Eduardo lo consiguió. El torero está fuerte, es aún joven y anda espoleado por la gratificante experiencia del Club de Aficionados Prácticos, que le ha hecho redescubrir la enriquecedora vida de torero. Ya veremos si no se amplía la cosa, el propio matador ha admitido en una entrevista concedida a El Correo de Andalucía que tiene clavada la espinita de no haber confirmado en la México.
También anda encargándose ropa nueva Espartaco. Ya saben que el veterano maestro se probó con cinco toros -cinco- en la plaza de Palos de la Frontera. Lo hizo vestido de mareante y salió más que airoso del trance. Ahora se dispone a calzarse el chispeante -son palabras mayores- para torear en Cartagena de Indias. Detrás de Cartagena podría venir la plaza de su pueblo, Espartinas. Javier Jiménez, el polifacético teniente de alcalde, ya le ha tirado algunas chinitas para que abandere el décimo aniversario del coso de Tablantes, que se cumple en poco más de dos meses y medio y ya tiene al menos dos actores fijos.
Se apuntaban otros regresos, como el de Cayetano Rivera Ordóñez pero una filtración -no sabemos si interesada- ha revelado que Simón Casas anda poniendo escaleras a su hermano Francisco para volver a vestirse de torero en el año entrante, en el que tendrá que multiplicarse para atender su faceta de floreciente empresario y candidato a hermano mayor de la Esperanza de Triana. En Espartinas ya le están cantando aquello de “si tu me dices ven, lo dejo todo…”. El caso es que hay pajaritos bien informados que vienen piando otras vueltas a la palestra y que éstas podrían pasar por Sevilla. Ya veremos…
Tierras quemadas
Tenemos otras cositas en el tintero. También algunas dudas razonables. El ínclito Simón Casas deja Granada después de ponerla hasta los topes al calor de José Tomás. El caso es que sigue en Valencia a pesar de echarse unas lagrimitas diciendo que perdía dinero todos los días. Blanco y en botella: El Divino podría sacarle las castañas del fuego a orillas del Turia este año pero la cuestión es si el pan para hoy y el hambre para mañana que vuelve a dejar la Monumental de Frascuelo como un erial sirve para algo.
La UTE formada por Choperitas, Matillas y Cutiño también había tirado la toalla a las primeras de cambio y la llegada de la cabalgata de Monsieur Casas fue recibida con palmas y ramas de olivo. Pero Simón, perro viejo y astuto, había acordado un solo año con la propiedad del coso granadino. Un año en el que podía jugar la carta ganadora de José Tomás. Está claro que el Divino no pisará las orillas del Darro y el Genil este año pero que no nos cuenten más historias. Ése no es el salvador que necesita la fiesta. Y a los granadinos les acompañamos en el sentimiento.
También seguimos pendientes de Córdoba. Hay un personaje que le ha puesto precio aunque no sabemos si se aceptarán las 30 monedas. No nombraremos al tío que llega con los billetes y el tekila, que algunos se ponen como el doctor Infierno al oír su gracia y otros son censurados con sólo esbozar sus intenciones. Pronto sabremos si la propiedad del Coso de los Califas ha sabido estar a la altura de las circunstancias.
Y terminamos con Santander, que se apunta al desastre y la demagogia taurina. Se invocan a peñas y aficionados como catalizadores de la marcha de los Chopera. Añadiremos un dato: los supuestos representantes de la afición –por norma general y tal como ocurre con los estudiantes- sólo se representan a sí mismos. Y les suelen gustar toreros muy malos y toros que no embisten. Ojo…
►Los trabajos originales de Álvaro R. del Moral, cronista de “El Correo de Andalucía” , se publican en su blogs “Con la tarde colgada a un hombro”, al que se puede acceder a través de nuestra sección “10 opiniones 10” y en la dirección electrónica:
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