«La aportación más impactante de la tauromaquia de Pepín Martín Vázquez viene marcado por el lance de la gaonera y el pase por alto a pies juntos. Sin desdeñar su magnífico toreo fundamental, la magia de su capote a la espalda elevaba el toreo de capa a las cumbres del arte. Su gaonera honda y mayestática, graciosa y serena, asumía las cualidades del más reconocido temple y cargaba la suerte en cada uno de los lances resultando ser verdaderas verónicas. Y junto a la gaonera, los pases por alto. Esos mismos que se ven en Currito de la Cruz. Sin moverse del sitio. A pies juntos. Como un telón que viene y va. Unos simples estatuarios que dan belleza y colorido hispalense al arte más rotundo». (Aparece en diversas fuentes, pero no se localiza al autor del texto original)
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