José Ortega Cano y su sociedad mercantil, Chipigena, S.L., siguen figurando a día de hoy como titulares de la ganadería de “Yerbabuena” en el registro oficial de la Unión de Criadores de Toros de Lidia, en el que no consta la transacción mercantil realizada a comienzos del pasado mes de agosto a favor de Rocío L. Torres Carcasi y la sociedad Los Raudales S.L., a través de la cual se materializó la compra.
Este retraso en la inscripción no constituye ningún tipo de infracción, fuera de la singularidad de no haberse inscrito todavía en el Registro. De hecho, en la actualidad se tramitando el cambio de titularidad, hecho que podría ser incluido en el orden del día de una próxima reunión de la Unión de Criadores. Únicamente que en tanto no figure oficialmente como nueva propietaria, los derechos y deberes establecidos para los ganaderos asociados continúan teniendo que ser ejercidos por Ortega Cano.
Como se sabe, de acuerdo con el artículo 9 de los Estatutos de la UCTL, una de las vías para la entrada de forma directa, sin otros preámbulos, en la Unión es precisamente es la adquisición de un hierro inscrito con su divisa y señal, en lo que jurídicamente se denomina un acto intervivos.
Por lo demás, en estos Estatutos no se hace distinción respecto a la nacionalidad de los socios, por lo que debe presuponerse que se trata a todos los efectos de un dato irrelevante. Y debe ser así, porque tampoco en la legislación básica del Estado, en virtud de la cuál se constituye la UCTL, establece ningún requisito singular que impida ejercer este derecho de asociación.
Sigue siendo la gran desconocida
Pero en tanto esta tramitación se lleva a cabo, la nueva ganadera de “Yerbabuena” sigue siendo la gran desconocida. Los intentos de distintos medios informativos de acercarse a ella no han tenido éxito. Ni siquiera se tiene constancia de su en la actualidad permanece en España. Se sabe, eso día, a través de la prensa peruana que se trata de una persona que está rodeada por importantes medidas de seguridad.
De hecho, si se repasan las hemerotecas se localizan más noticias sobre Rocío L. Torres Carcasi en la prensa de su país que en España, por cierto con tintes en ocasiones un tanto sensacionalista.
De hecho, tan sólo en el diario “El Comercio” –el más importante e influyente de Perú– se pueden leer diversas informaciones que le son muy favorables. Y así, en una columna de opinión firmada por Martha Meier m.q., Editora Central de Fin de Semana, en la que se puede leer: “La compra de Yerbabuena llegó al Perú distorsionada y terminó vinculando la fortuna de los Torres a las mafias de la minería ilegal. Una gran mentira”.
Y más adelante resumía la trayectoria de la familia Torres Carcasi en estos términos:
“El origen del éxito y tristezas de esta familia andina hay que buscarla en Percy Torres, el padre, un hombre de campo, oriundo de Azángaro, que huyó de su pueblo natal, como tantos otros, por el senderismo. Se afincó, entonces, en la zona minera de La Rinconada, donde fue contratado para extraer oro para terceros (ilegales e informales).
El joven pobre que escapó de Sendero era ya un hombre exitoso. Lamentablemente murió al poco tiempo y su único hijo varón, Iván, se encargó de las empresas, pero fue asesinado al año de asumir el cargo.
Para los noventa, ya con una familia a cuestas, inició su propia búsqueda del tesoro. Al principio no hubo suerte hasta que sus exploraciones lo llevaron a ubicar una veta de muy buena ley. El mercado andaba inestable: en agosto de 1999, la onza de oro cayó a mínimos de 251 dólares, pero, pese a ello, Torres empezó a formalizarse: creó Titán SAC, en el 2003, y Titán Contratistas Generales SAC, en el 2008, cuando el oro cotizaba ya encima de los mil dólares, y siguió subiendo (para suerte de los Torres, del resto de mineros y de las rentas nacionales).
En el 2011 compró parte de lo que fue la Hacienda Checayani, originalmente tierra de los Choquehuanca, en Muyani. El joven pobre que escapó de Sendero era ya un hombre exitoso. Lamentablemente murió al poco tiempo y su único hijo varón, Iván, se encargó de las empresas, pero fue asesinado al año de asumir el cargo.
Hoy Rocío, fuertemente resguardada, administra el patrimonio Torres y busca reducir el uso de mercurio en la minería. Ella es la cara joven, andina y con preocupación ambiental de la mediana minería formal peruana. Su sueño es lograr una minería social y ambientalmente sostenible. Ojalá no le pongan cabes en ese empeño”.
La ganadería de “Checayani”
Por su parte, según distintos trabajos periodísticos publicados en el diario “La República”, con parte de las ganancias de su imperio aurífero, en Percy Torres compró en 2011 la hacienda Checayani, en su Azángaro natal, una gran hacienda de 3.500 hectáreas se encuentra en el distrito de Muñani, junto a la comunidad campesina de Tumuyo, habitada tan sólo por 50 familias.
Según informó la comunidad, en la finca trabaja un mayordomo, 5 pastores encargados de los 200 ganados bravos y 2 que se ocupan del pastoreo de alpacas y ovejas. En tiempo de cosecha, los Torres contratan a agricultores de la zona de forma temporal. Adicionalmente, un grupo de obreros están refaccionando la infraestructura de la bella hacienda. Checayani suministra actualmente toros a los ruedos andinos del sur y, ocasionalmente, ha logrado colocar reses en la feria de Acho, en Lima.
Checayani le habría costado a Percy Torres más de 4 millones de dólares, según fuentes de Puno. Además de los terrenos ganaderos y de cultivo, la propiedad cuenta con una bella hacienda solariega y una plaza de tientas. “En "Yerbabuena" –decía “La Republica”– las Torres quizás busquen hallar la misma paz que encontró su padre en Checayani”.
Pero desde el comienzo, las cosas no le han sido fáciles en esta nueva etapa. Y así, de acuerdo con las noticias de “La Republica”, nada más conocerse la noticia de la compa de “Yerbabuena” se pidió al Fiscal de la Nación el inicio de una investigación por un posible lavado de activos. La responsable de esta materia en la Administración peruana por entender una relación desproporcionada entre el patrimonio empresarial declarado por la familia y la inversión realizada en España. Pero nada se ha publicado con posterioridad sobre este asunto acerca de si esta petición ha prosperado o fue desestimada.
Sin embargo, según la publicación “América Economía”, el grupo minero ocupa el puesto 455 del ranking de las 500 empresas más grandes del país y se estime que factura más de 50 millones de dólares anuales.
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