La gallardía de Juan Leal premiada con dos orejas

por | 24 Ago 2019 | Temporada 2019

BILBAO. Séptima de las Corridas Generales.  Poco más de un tercio del aforro ocupado. Toros de Fuente Ymbro (Ricardo Gallardo), con trapío y cara, desiguales de tipo, blandos y de medido poder; en su medida, los más manejables, 2º, 4º y 5º. Juan Serrano “Finito de Córdoba” (de bermellón y azabache), silencio y silencio. Juan Leal (de violeta y oro), oreja y oreja con petición de la segunda. José Garrido (de agua de rosa y oro), palmas tras aviso y silencio tras aviso. 

 

Nos acercamos al final de un abono y de toda una época, que en poco más de un mes se pasará página, con el acceso a esta plaza de manos privadas. Este domingo habrá más de uno que dirá su adiós. Por ese motivo, o porque así lo han dispuesto los hados, las Corridas Generales ha seguido su curso guiadas por un Palco en un tono bizcochable como no se conocía desde hace décadas. En el futuro se comprobará ese axioma, nunca demostrado por los taurinos, según el cual las muchas orejas crea afición y atrae nuevo público a las plazas. 

 

Pero la verdad es que, Paco Ureña al margen, en la memoria quedan muy pocas faenas de esas que fueron premiadas. Pero entre ellas se recordará sin duda la gallardía y la entrega de Juan Leal, que este sábado no ha perdido ocasión para pedir paso. Con sus limitaciones e inexperiencias, pero siempre hecho un hombre con ambición de ir a más. La vida le ha regalado la oportunidad de encontrarse en su camino y en una Plaza de 1ª con dos de los fuenteymbros de mejor condición. Y ese tren no lo dejó pasar.

 

La corrida que trajo Ricardo Gallardo, siendo seria en tipo y en arboladuras, vino desigual de tipo. Si nos atenemos a lo que el criador decía en el apartado, por accidentes en el campo ha tenido que tirar de su fondo de armario para completar el sexteto. Puede ser, porque es de los criadores que han aguantado la crisis con camadas amplias. Lo que ya tiene menos explicación, a lo mejor porque no la hay, es la causa por la que blandearon tanto, que hacía que hasta los más bondadosos deslucieran el toreo con sus continuadas genuflexiones; los complicados, los otros tres, ya se justificaron por sí solos.

 

Sin rodeos ni paliativos, Juan Leal ha echado una gran tarde. Su entrega en todo momento, su empeño por hacer las cosas bien, su manera de pasarse tan cerca a los toros, su decisión en el manejo de los aceros…, todo colaboró a un triunfo poco discutible. Con luz propia brilló su toreo con la mano izquierda.  Para colmo, salió con buenas luces en el manejo del capote y a la hora de los quites. Y además supo ver a sus toros: frente al 5º, bonancible pero con poca humillación, supo llevarlo a la altura justa para completar con bastante limpieza las suertes y redondear su éxito. 

 

Volvía a Bilbao “Finito de Córdoba”. Como correspondía, ha estado muy pulcro, aunque sin locuras, que los toros que no merecían. Tuvo pasajes sueltos muy estimables. Y como la veteranía es un grado, demostró suma habilidad para alargar el brazo y dejar las espadas arriba.

 

Otra vez sin suerte José Garrido. Por más que dé la impresión de que en estos tiempos no le ve tan claro como antes, hizo un esfuerzo. Pero con tan mala fortuna que el 6º, que metía mejor la cara, se rajó de forma radical antes de llegar al ecuador de la faena. Ya es mala suerte.

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Taurología

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Portal de actualidad, análisis y documentación sobre el Arte del Toreo. Premio de Comunicación 2011 por la Asociación Taurina Parlamentaria; el Primer Premio Blogosur 2014, al mejor portal sobre fiestas en Sevilla, y en 2016 con el VII Premio "Juan Ramón Ibarretxe. Bilbao y los Toros".

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