“A finales de junio tenemos intención de cerrar esta primera fase de ampliación [del Patronato], momento en el que elegiremos un nuevo Presidente”, anunció antes del verano Carlos Núñez, actual Presidente de la Fundación del Toro de Lidia, mediante un comunicado oficial de fecha 16 de junio[1]. Ha pasado ya más de medio año y no se ha producido novedad alguna al respecto. Se ve que la cosa no resulta fácil.
Desde aquel ya lejano 16 de junio parece lógico pensar que no se no se ha debido producir el consenso necesario para ese nombramiento, o que no han encontrado aspirante adecuado para ocupar el cargo, que no debe ser fácil.
La realidad informativa es que va para más de seis meses y el Presidente en ejercicio ha desaparecido de los medios, salvo cuando se refiere a algo de su ganadería. Si hay algo que decir o por hacer, que es más bien poco, lo protagoniza el Director General de la FTL.
En este periodo, eso sí, se amplió como estaba previsto el Patronato, con la entrada de cinco nuevos componentes: Juan P. Domceq, Victorino Martín, Juan A. Ruiz “Espartaco”, Julián López “El Juli” y Cayetano Rivera Ordoñez, mientras que ha cesado el Presidente de la Unión de Toreros, Juan Diego. Dado que en estos meses no hubo nuevas incorporaciones, parece que el Patronato ya lo dan por completo, aunque como los Estatutos son flexibles si deciden ampliarlo no habrá mayor dificultad.
Pero fuera de estas incorporaciones, la actividad ha sido reducida, en número y sobre todo en alcance. Salvo algunas notas informativas, la mayoría respondiendo a acontecimientos sociales de orden menor, la actividad de mayor fundamento ha respondido a la iniciativa del bufete Cremades & Calvo Sotelo, que se encargó de detallar con toda amplitud su trabajo en una amplia entrevista en el semanario “Aplausos”[2]
De hecho, en lo que va de año la Fundación tan solo ha elaborado dos Informes, ambos de materia similar: sobre el fracaso de sendas manifestaciones animalistas en Sevilla y Madrid. Y en total, trabajos documentados tan sólo se elaboraron otros 3 en el segundo semestre de 2016.
Por no hacerse, ni siquiera se intentó, como habían dicho en los comienzos, la celebración de una corrida extraordinaria como fuente de financiación. Se celebró la de 2016 en Valladolid, en homenaje a Víctor Barrio, que la Casa Matilla ya liquidó, aunque con bastante opacidad.
Precisamente a raíz del festejo de Valladolid, la Fundación anunció que se iba a acometer la elaboración por expertos externos de un Plan de trabajo para establecer “la estrategia de comunicación necesaria para la correcta promoción de la tauromaquia”. Un año después, el Director de la FTL declaró que ya se había elegido la propuesta para este Plan, aunque no dio a conocer ni los autores de la propuesta, ni por supuesto sus contenidos, ni la fecha de su puesta en marcha[3]. Si se necesita un año para elaborar un Plan, es que sus autores van a batir todos los records de originalidades
Pero tampoco se ha completado el organigrama de la propia FTL, en el que están diseñados una serie de comisiones asesoras y de colaboración, de las que tan sólo 3 están operativas, sin que consten actividades de ningún orden.
Sin duda todo esto se explica por esa especie de etapa de interinidad que abrió el Presidente de la FTL en el pasado mes de junio. Sin una institución adecuadamente asentada y con un liderazgo claro a su frente, resulta demasiado complejo abordar las cuestiones de fondo.
Pero el Director de la FTL, en la ya citada entrevista, abría un frente importante, al reconocer lisa y llanamente que “la implicación del sector está siendo más lenta. Si no se ha implicado en su totalidad es por desconocimiento o por dejadez”, para añadir a continuación que “hasta ahora es verdad que la Fundación ha sido un ente distante. No lo sentían muy suyo”.
Es un análisis que se ajusta a la realidad. En la practica la FTL no ha conseguido liderar, como institución unitaria, a la Tauromaquia. Y aportaba el dirigente de la institución un argumento que resulta importante tener en cuenta: “La Fundación está inspirada en la Mesa del Toro, copiando lo bueno, y evitando el error de meternos en cosas del sector. La Fundación es muy escrupulosa en dedicarse sólo en la promoción y defensa del sector. Es verdad que la gente pide las cosas más rápido, y quiere ver resultados pronto, pero sencillamente eso no es posible. La gente se va a meter de lleno conociendo el proyecto entero, no sólo de oídas”.
Desde luego, si el modelo que se sigue es el de la desaparecida Mesa del Toro, no extrañan las reticencias; aquel fue un proyecto que era muy importante en sí mismo, pero que descarriló por los desacuerdos internos y acabó por derribo. Algún día tendrá que explicarse qué costes tuvo bajar su persiana. Es más, cuando la FTL andaba en periodo de gestación en el seno entonces de la Unión de Criadores, si algo tenían claro sus gestores es que no debía guardar paralelismo alguno con aquella fracasada Mesa.
Una elección compleja
En un contexto como el que describe Borja Cardelús en las columnas de elespañol.com, se comprende que la elección de un nuevo Presidente no sea una tarea fácil. Sobre todo cuando internamente no hay un acuerdo suficientemente amplio de lo que se pretende hacer.
Y así, para algunos el planteamiento más adecuado pasaría por encontrar una personalidad destacada que, no perteneciendo a ninguno de los estamentos profesionales, sí estuviera implicada activa y personalmente con la Tauromaquia; de esta forma, tendría toda la autoridad para hablar, en la medida que se vería libre de cualquier tipo de conflicto de intereses. Otros, en cambio, entienden que la sucesión en la Presidencia debiera llevarse a cabo siguiendo un modelo similar al actual, porque en el Patronato en ejercicio hay personalidades que pueden desempeñar bien el cargo.
Por una vía o por la otra, la cuestión radica en elegir y acertar al hacer la elección y que el interesado, además, acepte el reto. Por ahora no se ha conseguido y por eso la FTL está en un impasse, cuando debía trabajar a plena máquina, dada la dimensión de los problemas reales de la Tauromaquia. Sólo una vez asentada como institución, la FTL podrá emprender una etapa mucho más activa, que no se limite a plantear pleitos y más pleitos y a estar siempre mirando hacia lo que hacen o dicen los antitaurinos.
El trabajo que se espera de ella resulta mucho mas creativo, cuyo objetivo final no puede ser otro que poner en valor la Tauromaquia como rama de la Cultura, pero también como Patrimonio histórico y como actividad socioeconómica. Y hacerlo mediante mensajes positivos, porque las actuaciones siempre a la contra acaban por resultar ineficaces a efectos de opinión pública.
Un empeño de esta naturaleza exige, además de nuevas ideas, de dedicación y tiempo de los responsables de la FTL, que es lo que más difícil resulta de conseguir, sobre todo cuando se vive una temporada intensa, en la que todos los profesionales se mueven en la etapa más alta de sus respectivos oficios.
Pero, a su vez, como organización que quiere ser representativa de la globalidad del toreo, también exige una dedicación importante a esa misión de hacer presente a la Tauromaquia en todos los ámbitos, los de gran trascendencia, pero también en esos más pequeños, que también necesitan de alguien que se preocupe de lo suyo. Y así, por qué no incorporar institucionalmente a la FTL a la Comisión Nacional de Asuntos Taurinos, últimamente algo decaída. Pero también debiera participar con cercanía con la fiesta de base.
En paralelo necesita de institucionalizar y consolidar las aportaciones de fondos económicos, que sean recurrentes y estables, de forma que en cada Ejercicio la Fundación cuente con una dotación presupuestaria suficiente como que le permita ser ambiciosa en sus objetivos y efectiva en sus actuaciones.
Todo ello desde la base de que debe constituirse y trabajar como el único organismo unitario que hoy se tiene en el mundo del toro, tan individualizado como viene siendo históricamente. El ambiente social y económicamente, tan revuelto ambos, en el que vive la Fiesta lo necesita, como los campos ansían hoy la lluvia.
Anexo 1: Documentación complementaria
Tras unos inicios un tanto cambiantes, la Fundación del Toro de Lidia se constituyó oficialmente por acuerdo de la Asamblea General Extraordinaria de la Unión de Criadores de Toros de Lidia (UCTL) celebrada el 6 de julio de 2015, con una dotación inicial de 30.000 euros, de los cuales inicialmente se depositaron 7.500, quedando el resto aplazado a hacerse efectivo en el plazo máximo de cinco años.
Esta constitución, así como la subsanación por dos veces de la escritura fundacional, quedaron escriturados el 29 de septiembre de 2015 ante el notario de Madrid don Javier de Lucas y Cadenas,. Finalmente quedó inscrita en el Registro de Fundaciones el 19 de octubre del mismo año, mediante la correspondiente orden ministerio del departamento de Educación, Cultura y Deportes.
Con posterioridad, en diciembre también de 2015 la UCTL, hasta entonces única titular de la Fundación, adoptó el acuerdo en una Asamblea General Extraordinaria de modificar sus Estatutos Sociales.
Entre las modificaciones estatutarias mas importantes hay que anotar la referida a la composición del Patronato: renunciaron a sus cargos todos los miembros de la Junta Directiva de la UCTL que pusieron el proyecto en marcha, para que en adelante la Fundación fuera pilotada a título personal por tres patronos: Carlos Núñez, Manuel Martínez Erice y Juan Diego. Pero ya se preveía entonces que en el futuro este Patronato podría ir ampliándose, hasta llegar a un máximo de 30 miembros.
La otra modificación fundamental que se introdujo en aquella Asamblea se refería al artículo 13, para que en adelante los cargos de Presidente y Tesorero ya no quedaran supeditados con carácter nato a quienes ocuparan las mismas responsabilidades dentro de la UCTL, sino que pudieran ser ejercicios por personas ajenas a la asociación ganadera
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[1] Fundación del Toro de Lidia, Comunicado de prensa de 16 de mayo de 2017:
[2] Antonio Girol. “La defensa de la Fiesta. La Fundación Toro de Lidia trabaja en decenas de causas judiciales abiertas para proteger la Tauromaquia”. Revista Aplausos, nº 2090, 10 de octubre de 2017.
[3] Juan Diego Madueño. Borja Cardelús, de la FTL: “El mundo no puede permitirse perder la tauromaquia”. Elespañol.com, 1 de noviembre
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