Salvo las cuentas relativas al Ejercicio de 2015 –el de su constitución–, la información legalmente establecida sobre las cuentas de la Fundación del Toro de Lidia no se hayan aún inscritas en el Registro de Fundaciones en lo que hace a los Ejercicios de 2016 y 2017.
Según ha confirmado nuestra Redacción en fuentes oficiales, cuando se presentaron las cuentas relativas a 2016 se requirió a la FTL que procediera a subsanar los errores observados en las mismas; a día de hoy, esa rectificación aún no figura inscrita en el Registro, ni consta que se haya presentado. Y en lo que hace al informe de las cuentas de 2017, en el pasado mes de diciembre de 2018 se informó que está “recién iniciada su revisión formal”.
Fuera de estos trámites obligatorios por imperativo legal, a propia iniciativa la FTL no ha dado a conocer en ningún momento el estado de sus cuentas. De hecho, cuando nuestra Redacción se ha dirigido la pasada semana de manera formal a los responsables de la Institución, solicitando la documentación correspondiente, han contestado escuetamente: “en unos días, a lo máximo un par de semanas, se presentará un dossier con esta información a la prensa”. En su respuesta no se detalla cuales serán las características de dicho “dossier”, ni se precisa si estaría acompañado por los documentos íntegros y oficiales correspondientes.
Si se repasa el contenido de las normas que rigen para las Fundaciones –el artículo 28 y siguientes del Reglamento de Fundaciones, por ejemplo–, se observa que a este tipo de instituciones se le exige un nivel de transparencia bastante similar al de cualquier sociedad mercantil, con algunas singularidades específicas contables, que están regladas.
Un largo proceso
Como la FTL no informaba acerca del estado de sus cuentas, a partir del 17 de julio de 2017 nuestra colaboradora Julia Rivera, ha venido solicitando reiteradamente información que tiene carácter público sobre las cuentas de la citada institución, tanto ante el Protectorado de Fundaciones –organismo dependiente del Ministerio de Cultura y Deportes– como en el Registro de Fundaciones –dependiente del ministerio de Justicia–.
Ante las solicitudes presentadas –la primera de ellas el 22 de julio de 2017–, el 22 de septiembre el Registro responde: “El ejercicio 2015, está presentado por la Fundación y depositado formalmente por el Protectorado del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte que es el responsable del depósito formal y material de dichas cuentas . Se adjunta copia de las mismas.
El ejercicio 2016 está cumplimentado por parte de la Fundación, pero a fecha de hoy, todavía no se ha presentado en el Protectorado antes indicado”.
Ante una nueva consulta, el 12 de febrero de 2018 desde el Registro se informaba que: “Consultados los Datos obrantes en este Registro de Fundaciones, le comunicamos que las Cuentas Anuales del ejercicio 2016 de la Fundación TORO DE LIDIA, no se encuentran Depositadas en esta fecha”.
Con fecha 6 de septiembre, al reiterar la solicitud de nuestra Redacción de las cuentas de la Fundación, se informó oficialmente: “Las cuentas de esta Fundación no se encuentran aún depositadas para esos años. Las de 2016 están en proceso de subsanación, y las de 2017 recién iniciada su revisión formal. Por este motivo no se pueden entregar”.
Posteriormente, el pasado 18 de diciembre, en el Registro de Fundaciones se informaba al respecto: “Las cuentas de 2016 se encuentran en subsanación y las de 2017 se ha iniciado su presentación ante el Protectorado hace ya meses, pero no se encuentran ninguna de las dos depositadas en el Registro”.
Finalmente, en el 14 de enero del presente año nada había cambiado, según confirmaron en el Registro a una nueva consulta de nuestra Redacción.
Las cuentas de 2015
En consecuencia, tan sólo se conocen en su integridad las cuentas del Ejercicio de 2015, que resulta poco representativo de la actividad de la FTL porque sse trata de los meses iniciales de su creación y puesta en marcha.
La Fundación se constituyó con una dotación inicial de “treinta mil euros (30.000,00 €). La dotación es dineraria y se ha procedido al desembolso de siete mil quinientos euros (7.500,00 €). El resto de la dotación por importe no desembolsado de veintidós mil quinientos euros (22.500,00 €) deberá hacerse efectivo en un plazo no superior a cinco años desde el otorgamiento de la escritura pública”.
Si se revisa el Balance, se observa que declara unos fondos propios de 8.281 euros, de los 7.500 proceden de la dotación fundacional. Gracias a “subvenciones, donaciones y legados recibidos”, su patrimonio neto a 31 de diciembre era de 47.581,70 euros.
Por su parte, según la cuenta de resultados de este Ejercicio –en el que declara no tener ningún empleado–, los “ingresos por actividad propia” fueron de 6.050 euros y los gastos de 5.268,50 euros, con un excedente final de 781,70 euros. La cifra de gastos se corresponde exclusivamente con “servicios profesionales independientes”.
Cuando se repasan las cuentas, podría decirse que son las propias de proceso de constitución y primera instalación, sin desarrollar otras actividades externas que supusieran movimientos económicos.
Dos ejercicios de mucha actividad
Pero una vez institucionalizada sus actividades, la FTL durante 2016 y 2017, al igual que en 2018, intensifica su presencia pública en defensa de la Tauromaquia. Por eso, de forma necesaria todo ese proceso se tendrá que ver reflejado en las cuentas anuales que no se conocen.
A título de ejemplo, junto a actividades extraordinarias, la FTL se financia mediante donaciones de “amigos” y “protectores”, que deberán estar declaradas, entre otros aspectos, a efectos de las bonificaciones fiscales que generan para los donantes, como en todas las Fundaciones. Sin embargo, se desconoce lo que representan en los Presupuestos.
Otro ejemplo, cuando se informó de los beneficios obtenidos con la corrida extraordinaria de Valladolid –celebrada el 4 septiembre 1996–, no se facilitó dato alguno sobre la liquidación definitiva de aquel espectáculo, en la que entre otros elementos deberían constar el destino final de ese beneficio, que al anunciar la corrida la FTL definió en nota prensa que “los beneficios íntegros de la taquilla del festejo irán destinados a la Fundación del Toro de Lidia y cubrirán los gastos de dos proyectos: una obra de arte conmemorativa de Víctor Barrio y la promoción y difusión de la tauromaquia”.
Nunca se supo nada de esos dos destinos, que además fueron modificados meses después, al dar cuenta que de esa corrida habían recibido 390.00 euros [1], que serán destinados según esta segunda versión a: “la elaboración de un plan estratégico para la tauromaquia[2] y a dotar de recursos la propia actividad operativa de la FTL”. [Lo subrayado no figuraba en el anuncio inicial]. Y luego añadía: “La intervención artística en recuerdo y homenaje a Víctor Barrio será en Madrid”.
Otro tanto ocurre con la fórmula de financiación de la muy activa dedicación jurisdiccional, que salvo que haya cambiado estaba encomendada desde el comienzo al Bufete Cremades&Calvo Sotelo.
Se desconocen, en fin, datos tan elementales como la nómina de empleados, los gastos generales de funcionamiento, la contratación de servicios externos, el importe de los programas culturales, etc. De todos estos extremos deberán sacarnos de dudas las cuentas, cuando se hagan públicas en su integridad, no en versión reelaborada.
La FTL y su Patronato
Como se sabe, la FTL se constituyó el 6 de julio de 2015, inicialmente a iniciativa exclusiva de la Unión de Criadores de Toros de Lidia[3]. Después de un proceso prolijo y a veces confuso por las rectificaciones, su inscripción oficial en el Registro de Fundaciones tiene fecha de 19 de octubre de 2015 (publicación en el BOE del 4 de noviembre). Los Estatutos que en estos hicieron público poco tenían que ver con los iniciales.
Superada la etapa de exclusividad de la UCTL, el Patronato lo componían inicialmente, a titulo personal, Carlos Núñez (Presidente de la UCTL), como Presidente, y Manuel Martínez Erice (ANOET) y Juan Diego (Presidente de la Unión de Toreros”) como patronos.
Después de sucesivos cambios estatutarios, y tras un proceso que duró prácticamente año, en la actualidad el Patronato lo integran: Victorino Martin, como presidente; Fernando Gomá, como vicepresidente; y como patronos, Manuel Martínez Erice, Julián López "El Juli", Carlos Núñez, Juan Antonio Ruiz “Espartaco”, Cayetano Rivera Ordóñez, Juan Pedro Domecq, Luis Manuel Lozano, Fernando Bautista, Cristina Sánchez, Juanma Lamet y Lucía Núñez. Aunque no figura en la web oficial de la FTL, el pasado 24 de julio fue nombrado patrono Pablo Saugar ‘Pirri’.
[1] Al no haberse dado a conocer la liquidación formal realizada por la Empresa de Valladolid, no se sabe si la referida cifra de 390.000 euros es neta o bruta. Pero tampoco si esa cantidad incluye el compromiso no escrito que habían adquirido la Empresa organizadora y los espadas actuantes de realizar una donación personal.
[2] Este plan estratégico –nunca conocido– puede ser una materia algo controvertida. En unas declaraciones a elespañol.com el director general de la FTL aseguraba que es plan ya estaba elaborado, aunque consideró que no procedía dar a conocer ni su autoría ni su contenido. Dijo entonces: “Se convocó un concurso, sí. El ganador aún no lo sabe. [Duda]. Vamos a ver. Si poníamos el dinero que implica hacer eso comprometíamos el futuro de la Fundación porque no hemos tenido la repuesta esperada de los profesionales. Ante la duda de poner la Fundación en riesgo o hacerlo nosotros con ayuda especializada y de todo el sector, elegimos la segunda. En los próximos meses va a pasar por aquí el sector para ayudarnos a hacerlo”.
[3] En el momento de su constitución inicial por la UCTL, el Patronato estaba formado, de acuerdo con la escritura notarial, por: Presidente: Don Carlos Núñez Dujat Des Allimes. Vicepresidente: Don Fernando María Bautista Sagües. Tesorero: Don José Luis Iniesta Vázquez. Vocales: Don Ángel Fernando Sampedro Abascal, don José Javier Núñez Cervera. Secretaria no patrona: Doña Francisca Vázquez Robledo.
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