SEVILLA. Novillada de feria. Más de media entrada. Cuatro novillos de Juan Pedro Domecq y 2 de Parladé (1º y 5º, que fue devuelto ); el 5º bis lidiado como sobrero, también del hierro titular: todos demasiado justos de presentación y sin remate, que dieron un juego desigual. Gonzalo Caballero (de blanco y plata), ovación con saludos y silencio. Sebastián Ritter (de turquesa y oro), silencio y silencio. Lama de Góngora (de grana y oro), gran ovación y silencio tras aviso.
Parte médico de Gonzalo Caballero: "Conmoción leve, con policontusión en codo derecho y parrilla costal derecha. Exploración neurológica normal. Se pone tratamiento con vendaje local más antiinflamatorio y analgésico. Pronóstico: Leve. Continúa la lidia. Firmado: Dr. Octavio Mulet Zayas".
Sin haber sido una tarde triunfal, Sevilla sigue confiando en esa esperanza local que se anuncia como Lama de Góngora. El torero no defraudó con su clase de toreo, pero, ¡ay!, estuvo hecho un pinchaúvas en sus dos oponentes y ahí se disolvió todo; en otro caso, a sus dos novillos le pudo cortar una oreja.
El sevillano, que en sus dos ocasiones se fue a portagayola, estuvo muy torero tanto con capote como con la muleta. Templado y con buen gusto, siempre tratando de hacer las suertes con verdad. Muy centrado el torero, su toreo fue adquiriendo profundidad conforme avanzaban las faenas. En especial con la mano izquierda hubo algunas series de recordar. Pero luego en ninguno de los dos le veía la muerte a sus enemigos, si para colmo no consumaba la suerte como es debido.
Para esta apertura de la edición 2013 de la feria de abril sevillana, Juan Pedro Domecq trajo una muy desigual novillada de los dos hierros de la casa. Un conjunto sin remate ni la presencia mínima exigible, y que, además, en líneas generales se vino a menos, por su falta de fondo y clase; los de mejor juego el 3º, aunque también tuvieron calidad el 1º –pero que careció de fuerzas– y el 6º. Los restantes manifiestamente mejorables. El sobrero no quiso desentonar de sus hermanos de camada.
Después de su triunfo en la pasada feria, abría cartel el madrileño Gonzalo Caballero. Y volvió a demostrar su estoico valor y no pocos progresos técnicos. Pero Caballero sale demasiado presionado y eso embarulla su buena disposición. De hecho, su primero le dio dos palizas, con el capote y con la muleta, ésta mucho más fuerte. Ante el noble y muy flojo primero, realizó un trasteo limpio y pulcro, pero que no calentó los tendidos hasta las finales bernardinas, cuando surgió el volteretón. Salió de la enfermería para lidiar al 4º y de primeras se fue a la puerta de toriles; sin embargo, su enemigo acabó siendo el de peor juego del conjunto, ante el que tan sólo pudo dejar voluntad.
Completaba la terna el colombiano Sebastián Ritter, que no llegó a calar en el público sevillano, excesivamente frío en esta primera sesión del serial. Todo lo cual no es óbice para comprobar que el torero no llegó a entender con su primero, rajado pero toreable; pero el novillo pedía sitio y el novillero lo ahogaba con las cercanías. Por eso, su quietud y verticalidad no fueron suficiente. Con el sobrero que hizo quinto estuvo escuetamente aseado.
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