VALENCIA. Ultima del abono de Fallas. Un escaso tercio de plaza. Tarde de persistente lluvia; el ruedo estaba como un barrizal peligroso para la lidia de los dos últimos. Toros de Victoriano del Rio, justos de presentación y manejables, aunque con muy diferente condición; cuando ya lo habían arrastrado por error, las mulillas volvieron a salir del desolladero para darle la vuelta al ruedo al 4º, “Jarretero” de nombre. Antonio Ferrera (de turquesa y oro), ovación y vuelta al ruedo tras dos avisos. Ginés Marín (de gris perla y oro), ovación tras un aviso y ovación. Jesús Emilio Colombo, que sustituía al lesionado Román, (de blanco y oro), una oreja y vuelta al ruedo tras un aviso.
Como ya es habitual, mañana de mareos en los corrales. Al final la autoridad decidió cuales de los 11 que había traído su criador eran “toros de Valencia”; el anovillado 2º no cumplía ni esos mínimos. Luego en el ruedo hubo de todo: desde el simplón 1º, que no decía nada, hasta el más brioso 3º, que no todas eran buenas intenciones, o al rajadísimo 6º, siempre buscando terrenos libres. En esa línea tan presidencial de “o pasarse o no llegar”, se ordenó la vuelta al ruedo del 4º: no era para tanto, se compare o no se compare con el toro de Alcurrucén o con el de Cuvillo, que sí la merecieron pero que no se les concedió. Con la que estaba cayendo sobre los muy remojados aficionados, lo de hacer volver al ruedo a las mulillas, un sainete de mal gusto.
Pues pese a los elementos, ¡qué torero estuvo Antonio Ferrera! En su faena de muleta con el que hacía de 4º bordó el mejor toreo, muy bien acompañado por la Banda (¡olé por esa “Concha Flamenca”!). Con un temple increíble para la que estaba cayendo, toda la faena estuvo sobrada de arte y de torería, con una lentitud admirable. Qué regusto en los remates, qué hondura en el toreo fundamental. Y todo muy bien hilvanado, como si fuera un orfebre. Luego tardó con los aceros y tan sólo pudo dar una aplaudida vuelta al ruedo. El que abrió la tarde decía tan poco que ni en manos de Ferrera se salvaba.
Con lo que le correspondió en el sorteo y la que caía, poco más podía pedírsele a Ginés Marín, que mantiene intacto su cartel. Pese a una buena dosis de calamocheo, llegó hasta entenderse por momentos con su primer victoriano, alcanzando momentos de gran lucimiento, luego no confirmados con los aceros. En su segundo turno, trató de buscarle las vueltas a un animal que nunca se empleó.
Sorprendió el novel Jesús E. Colombo, que justificó sobradamente que se le diera la sustitución de Román. Está por hacer, adelantemos. Pero con una alternativa a menos e un año, mucho avanza el torero venezolano. Tiene su punto de bullidor, pero sabe bajarle la mano a los toros cuando corresponde. Le queda recorrido, especialmente en el segundo tercio; un error al violín le pudo costar un disgusto. Pero en cambio tiene su variedad con el capote. Hoy hasta rozó la puerta grande valenciana, pero si se le da tiempo y ocasiones, puede cuajar. Le vendría muy bien a América si así ocurriera.
Triunfal de caballos
VALENCIA. Matinal de rejones. Dos tercios de plaza. Toros de Fermín Bohórquez, buenos. Andy Cartagena, una oreja y silencio tras aviso. Sergio Galán, una oreja y dos orejas. Lea Vicens, vuelta al ruedo y dos orejas. Galán y Vicens, a los que se unió el mayoral de Bohórquez, salieron a hombros por la puerta grande.
Los Premios de la Feria
Al finalizar la última de las corridas falleras, se reunión el Jurado nombrado por la Diputación Provincial parea decidir los premios de este abono. Estuvo formado por 36 miembros, de los que 33 se presentaron a la votación. El escrutinio dio el siguiente resultado:
Mejor subalterno: Ángel Otero, con 12 votos; seguido de Javier Ambel, con 11, y de Sergio Aguilar, con 8.
Mejor faena de novillero: Jesús Chover, con 28 votos.
Mejor toro de la feria: Economista, de Alcurrucén, con 20 votos. Le siguió Rosito, de Núñez del Cuvillo, , con 8.
Mejor ganadería: Alcurrucén, con 16 votos. Victoriano del Río reunió 6 y Fuente Ymbro, 5.
Mejor faena de matador: Enrique Ponce, con 26 sufragios. Roca Rey sumó 6 apoyos.
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