El 24 de mayo de 1987 confirmaba su alternativa en Madrid David Silveti, de manos de Nimeño II y con Tomás Campuzano de testigo, ante toros mejicanos de la ganadería de San Mateo y San Marcos, luego remendada con otros dos de Lupi. Este jueves, 25 años después, confirmará la alternativa su hijo Diego, con uno de los carteles estrellas de esta feria isidril.
Aquella tarde de 1987 en la que los toros resultaron deslucidos, fue precisamente el primero, el de la confirmación, el que más nobleza sacó, en la opinión de Vicente Zabala, cronista en esos años del diario “ABC”. Vestía el torero mexicano de blanco y oro y mató los toros 1º y 5º, por razones de antigüedad.
En su crónica, remontaba el crítico a su relación con la familia Silveti: “Un día, en México capital, a propósito de una conferencia que pronuncié en el Parque de Chapultepec, conocí a Juan Silveti, padre del torero que confirma hoy su alternativa. El hombre me confirmó que era verdad lo de su progenitor me contaba el Papa Negro. Recuerdo que fue en la ganadería de Chacho Barroso –Ignacio Aguirre es testigo de excepción de lo que traigo hoy al papel—y me confirmó los que don Manuel Bienvenida me había relatado. Fue un almuerzo delicioso en aquella hacienda mexicana. Hasta el padre del torero de hoy bajó a la plaza de tienta y me dedicó unas verónicas como aquellas del inolvidable 12 de octubre de 1953, cuando peleó sin tregua en la Monumental de las Vetas con Antonio Bienvenida y Manolo Carmona, con un corridón del Conde la Corte, para acabar saliendo los tres –que había toreado gratis—por la puerta grande después de haber dado una memorable tarde de toros”.
Y en otro momento de su crónica, Zabala escribía: ”Hoy se lidiaban toros mexicanos de San Mateo y en el cartel había anunciado un nieto de aquel Tigre de Guanajuato, aquel de quien don Manuel solía decir que tenía no sé cuantas cornadas en el cuerpo, un montón de ellas de tiros de pistola y puñaladas”.
Entrando ya en el acontecimiento de aquella tarde de 1987, el cronista de ABC reseñó: “Confirma la alternativa David Silveti, con el toro “Huidizo”, de la mexicana ganadería de San Mateo, que tarde mucho en varas, pero cuando entra se deja pegar de lo lindo sin blandear de remos”.
“Llegó a la muleta con excelente temple –continuaba escribiendo–. Silveti le bajó la mano, toreó cadencioso, con gusto, en dos series impecables de redondos. Quizás le faltara dejar la muleta en la cara del animal al rematar los pases. Por eso se enfriaba el público entre muletazo y muletazo. Una verdadera pena, porque tiene buen corte de torero. Pero es imprescindible ligar los pases, y para hacerlo no se ha inventado mejor medida que no quitarle el trapo al toro a la hora del remate de los muletazos. Debió cortarle la oreja., porque el cornúpeta tenía clase y bondad. Lógicamente pesaban los nervios de la confirmación, pero debió estar una miajita más despierto. Mató de pinchazo, estocada tendida y seis descabellos”.
Con el quinto, que era del hiero de San Marco y sacó muchas dificultades, el torero sólo pudo demostrar que voluntad no le faltaba. Y tras explicar estas circunstancias Zabala Portolés añadía: “Me produce la impresión que los aficionados españoles se han quedado sin ver a este fino torero azteca. Una verdadera lástima. Tal vez por nervios se dejara ir la oportunidad de haber hecho una faena interesante al toro de la confirmación de alternativa”.
Para confluir destacando: “De todas formas hay que volver a ver a David Silveti. Se aprecian buenas maneras en él. Quizá en otra tarde, con toros más propicios y con el temperamento mas templado podamos verle en toda su dimensión”.
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