Juan Belmonte y Bilbao: La faena más emotiva de su vida, en agosto de 1919

por | 17 Ago 2014 | Retazos de Historia

Una novillada con picadores, 33 corridas de toros y 3 festivales, en dos de los cuales actuó como rejoneador, toreo en la Plaza bilbaina de Vista Alegre el revolucionario torero Juan Belmonte, de quien en este año se celebra el primer centenario de su nacimiento.

En total, Juan Belmonte lidió vestido de luces en el ruedo bilbaino 3 novillos y 69 toros. Pero mato también otros 3 novillos en otros tantos festivales, dos de ellos actuando a caballo. En las Corridas Generales actuó seis años y en todas ellas, salvo en la de 1915, Belmonte se encerró con la corrida de Miura, reses con las que, además, alcanzo sus mayores éxitos.

De hecho, Juan Belmonte que durante todas sus temporadas en activo, antes de la inicial retirada del año 22, fue un fijo en los carteles de agosto en el abono bilbaino, salvo en 1916 ‑‑cuando interrumpió la temporada por lesión y en 1918 ‑‑año en el que permaneció en América.

Joselito y Castor Jaureguibeitia "Cocherito de Bilbao" fueron los dos espadas con los que en mayor numero de ocasiones alternó, seguidos de Fortuna y Rafael El Gallo. Las ganaderías con las que mas veces se enfrento en Vista Alegre fueron las de Miura ‑ 5 corridas‑,  Pablo Romero y Santa Coloma ‑4 de cada una de estas divisas‑‑.

6.297 espectadores presenciaron en 1913 la presentación en Bilbao de Juan Belmonte; 11.214 se congregaron en 1926 para verle por última vez vestido de luces.

Con "Cocherito" y Joselito, en Bilbao

RECUERDOS DE VISTA ALEGRE

Así como Joselito se prodigo como novillero en el ruedo bilbaino, Juan Belmonte tan solo actuó en una tarde: la del  23 de mayo de 1913, tarde que se vio frustrada por el escaso trapío de los novillos de Anastasio Martín, lo que provoco un gran escándalo, que hizo pasar desapercibido el quehacer tanto de Belmonte como de Curro Posadas.

En cambio, apoteósica fue su presentación como matador de toros, el día de San Juan de 1914, fecha en la que cuajo  una extraordinaria faena a un toro de Trespalacios, que en la prensa bilbaina  mereció esta sentencia de un critico: "Belmonte es el único en su especialidad". Sin embargo, su segundo toro le copio de mala manera, dándole tal paliza que tuvo que estar sin torear hasta el 4 de julio.

Según el propio  Juan Belmonte, la temporada de 1917 fue la de su triunfo en las plazas del Norte: San Sebastián y Bilbao, después de haber tenido que cortar su temporada el año anterior, tras resentirse el 13 de agosto en la plaza del Chofre de una antigua cornada.

En efecto, el año 17 resultó apoteósico para Belmonte en Bilbao, desde el mano a mano con Joselito el 6 de mayo ‑‑tarde en la que el Pasmo de Triana corto 4 orejas ‑‑ hasta su triunfo en las Corridas Generales con los toros de Miura y la de Pablo Romero.

Aunque con posterioridad actuaría en otras 3 ocasiones con motivo de otros tantos festivales benéficos, la última tarde del trianero en Vista Alegre vestido de luces fue la del 4 de julio del año 26, cuando alternó con Sánchez Mejías y el Niño de la Palma en la lidia de toros de Graciliano Pérez Tabernero.

LA FAENA MÁS EMOTIVA DE SU VIDA

Con todo, en los recuerdos de Belmonte el nombre de Bilbao va unido a la que considera faena más emotiva de su vida. Se la realizó a un toro de Miura en la Semana Grande de 1919, alternando con Joselito y Saleri II.

Para explicar la singularidad de aquel "miura", Belmonte relató años más tarde: "Fíjense como sería aquel toro que "Maera", con ser "Maera", solo consiguió dejarle una banderilla y a la media vuelta…". La descripción que el torero hizo de esta faena se resume así: "Cuando estaba todavía a más de 10 metros, arremetió con furia contra mi. No tenía más dilema que éste: si me movía, era seguro que me cogía; si me quedaba quieto, era solo probable. Espere y le solté la muleta cuando llegó a mi terreno. Aquella fiera se revolvió con más brío y de nuevo se encontró con mi muleta entre los cuernos. Así una y otra vez. Aquello era un verdadero remolino. A cada doblada, el toro perdía vigor. Después de una de ellas, el toro quedó inmóvil, a menos de medio metro de mí. A partir de ese momento, le toree muy a gusto, una de las veces que mas a gusto he toreado en mi vida. Fue uno de los triunfos que estimo mas fuerte y mas entero".

Ante los toros de Miura y en Bilbao, por otro lado, recordó siempre Belmonte otro de esos momentos inolvidables de su carrera taurina. Fue en las Corridas Generales del año 17, el 23 de agosto, en concreto. Esta es la narración que de aquel momento hizo el torero: "Le hice una faena de muleta fuerte. Por efecto de ella, el toro quedó, al parecer, derrotado: juntas la manos, con el hocico casi en el suelo. Le di por vencido y le hice el adorno que entonces se estilaba: me arrodillé en la cara, muy cerca de los pitones. Cuando pasó por mi cabeza que aquel toro era de Miura, miré instintivamente a los ojos del animal. Vi en la luz de aquellos ojos, que no olvidaré jamás, que el toro había reaccionado y que en cuanto me moviera me corgía. Fueron unos segundos de una angustia enorme, porque era evidente que en cuanto intentara moverme, el toro alargaba la cabeza y me cogía. Como aquella situación no podía prolongarse eternamente, en un esfuerzo supremo tiré de mí mismo con todas las fuerzas que podía. Tan violento fue el derrote, que la tela quedo prendida en el pitón y yo rodé por el suelo. Afortunadamente, "Maera" llego a tiempo de hacerme el quite". 

LA ANECDOTA DE JOSELITO

Dentro de la entrañable amistad que unía a los dos colosos del torero, Bilbao dio pie a una de esas muestras de amistad. Estaba contratado Juan Belmonte por Sabino Ucelayeta para la feria de San Sebastián, pero por un malentendido su apoderado le había ajustado para la misma fecha en Bilbao. El trianero prefirió venir a Vista Alegre y Ucelayeta le exigió el pago de 36.000 pesetas como indemnización por el incumplimiento de contrato.

Enterado de lo sucedido, cuando al año siguiente el empresario fue a contratar a Joselito para la Semana Grande donostiarra, Gallito no dudo en contestarle: "Si antes no le devuelve las 36.000 pesetas a Belmonte, no toreo".

Apunte
EL GENIO DEL TOREO

Juan Bautista José de la Santísima Trinidad Belmonte García nació a las 5 de la mañana del 4 de abril de 1892 en la casa numero 72 de la calle Feria, en el barrio sevillano de la Macarena, aunque a los pocos años su familia se traslado al barrio de Triana, del que siempre se sentiría hijo. A los 15 años, por primera vez intento la aventura taurina, dando paso a los históricas veladas de la Corta de Tablada. Vistió su primer traje de luces el 6 de mayo de 1909 en la localidad portuguesa de Elvas, pero en seguida se desengaña del toreo. Tres años más tarde intenta de nuevo el éxito taurino, con su debut  en Valencia el 26 de mayo de 1912 y su apoteósica presentación en Sevilla el 21 de julio. Tomo la alternativa en Madrid el 16 de octubre de 1913, de manos de "Machaquito" y en presencia de Rafael El Gallo, con toros de Olea. Aunque aun toreo una postrera tarde de 1937 en Lisboa, su última actuación en los ruedos españoles fue la del 29 de septiembre de 1935 en Sevilla, alternando con Manolo Bienvenida y El Niño de la Palma. En festivales de carácter benéfico prolongo sus actuaciones en los ruedos, pero como rejoneador.


 




 

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Portal de actualidad, análisis y documentación sobre el Arte del Toreo. Premio de Comunicación 2011 por la Asociación Taurina Parlamentaria; el Primer Premio Blogosur 2014, al mejor portal sobre fiestas en Sevilla, y en 2016 con el VII Premio "Juan Ramón Ibarretxe. Bilbao y los Toros".

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