En la magnifica exposición celebrada en Sevilla hace unos años, con el atinado título de "Joselito y Belmonte. Una revolución complementaria ", los aficionados pudimos acercarnos a detalles menos conocidos de los dos colosos del toreo, como luego se contó, entre otras fuentes, en el blogs laurracacofrade. Y entre otros aspectos, en aquella muestra se narraba la íntima relación que ambos tuvieron con los hermandades de sevillanas.
Joselito y la Macarena
Joselito sentía verdadera veneración hacia la Esperanza Macarena . Fue Fiscal en la Junta de Gobierno de la hermandad y después consiliario cargo que ocupaba en el momento de su muerte. No concurría habitualmente a las reuniones, lo que consentía la hermandad por razones obvias. Ello no supone que no fuera un gran benefactor: Joselito costea los candelabros de cola del paso de la Esperanza, le regaló un broche con "una onza de oro" y las cinco mariquillas de esmeraldas que porta la Virgen cada Madrugada, además de organizar varios festejos taurinos a favor de la hermandad .
Tras su muerte, cuando se levanta túmulo funerario en San Gil y Rodríguez Ojeda viste de luto a la Virgen , comienzan a tejerse leyendas populares que relacionan al torero con la hermandad. De ahí salen las románticas leyendas como aquella que cuenta, con poco fundamento, que la imagen fue ocultada en la tumba del torero durante los convulsos tiempos de la segunda República y la guerra civil.
Cómo llora tu cuadrilla
Tu río, de tanta pena,
Dile adiós, torero mío,
Cuatro ángeles bajaban
Virgen de la Macarena,
Ciérrame con tus collares
¡Virgen del Amor, clavada,
Que pueda, Virgen, que pueda
Juan Belmonte y la Virgen del Patrocinio
Por esas contradicciones del destino el "Pasmo de Triana" nació en la calle Feria pero desde muy pequeño vive en Triana donde adquiere la devoción a la Virgen del Patrocinio, de la Hermandad del Cachorro, de la que se hizo hermano y de la que fue oficial en la década de los 30 . Como nazareno fue maniguetero del paso de palio de Nuestra Señora del Patrocinio sitio que ocupó hasta el día de su muerte en 1962. Precisamente para aquella Semana Santa, el bolsillo de su chaqueta guardaba la papeleta de sitio para el Viernes Santo.
Fue también un gran benefactor de la hermandad hasta tal punto que el 9 de junio de 1.934 reapareciera como rejoneador en la Maestranza tras dos años de ausencia, en una corrida a beneficio de la bolsa de caridad. Su devoción fue tal que tras su muerte la familia decidió amortajarlo con la túnica de nazareno que se puso el año anterior y con la que estaba dispuesto a hacerlo en el 62.
Chaves Nogales en el libro que dedica al torero una vieja leyenda, luego muy repetida, según la cual que en una tarde de gloria en la Maestranza sus seguidores se presentaron en la Parroquia de Santa Ana para pedir al párroco un paso de gloria para llevar a Belmonte en procesión hasta Triana. Por supuesto que el párroco los echó de allí llamándolos descreídos y profanadores. "Cuidado que pedir un paso para sacar a un torero, por mucho Juan Belmonte que sea, eso es una herejía…" decía . Cuando pensó que ya se habían ido, el cura comentó "hombre si el paso fuera por lo menos para Joselito el Gallo….."
Cristo de la Expiración
Cachorro de los trianeros,
Bríndale tu absolución
Al mejor de los toreros
Cachorro, si en Viernes Santo
Te faltara un penitente,
Asóciate a nuestro llanto
Que es Juan Belmonte el ausente…
Fragmento de “Belmonte y el Cachorro”, de Nicomedes de Santa Cruz
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