José Tomás, solo le falta competir con las figuras

por | 27 Sep 2011 | Reportajes

Se acabó la campaña diseñada hace meses por José Tomás. Se ha cumplido en todos sus aspectos formales, sobre todo porque se ha comprobado, si es que hiciera falta, que se trata de un torero necesario para la Fiesta de hoy. Y no es precisamente fácil alcanzar tal posición en esta profesión.  Pero sería tanto como negar la evidencia no darse cuenta que, más allá de gustos estéticos y sentidos artísticos, hoy la Fiesta necesita más a José Tomas, que José Tomas a la Fiesta.

Qué los resultados no han sido exactamente los esperados, pues sí, es cierto. Pero a parte de que nadie se levanta por la mañana pensando que todo le va a salir mal a lo largo del día, cuanto tiene que ver son el toreo está plagado de interrogantes y de incógnitas. Nada está preestablecido.  Esa es justamente la grande de un arte que nace para ser efímero e irrepetible.

Hubo, eso sí, dos puertas  grandes importantes: la de Nimes y la de Barcelona, amén de otros éxitos de distinta entidad. Pero hubo siempre una expectación y un impacto social como no ha ocurrido en ninguna otra tarde de toros. Ese mérito no se lo podrá negar nadie. Y no es pequeño.

Pero también  hubo cosas que no salieron bien y exigen cambios. Raro sería que no se produjeran cambios en los próximos meses. Cambios de planteamientos, cambios de estrategia e, incluso, algún cambio de colaboradores. Es ley de vida que cuando se hace balance se extraigan conclusiones para que los fallos reiterados no se repitan. El toreo no es una excepción a esta regla.

No cabe duda que, como parecía previsible desde el principio de su campaña, ha sido un tiempo para retomar el contacto con los ruedos y con los toros, después de todo lo que pasó a raíz de aquella tarde aciaga de Aguascalientes.  Por eso hay que tomárselo como el prólogo de lo que nos queda por ver en la temporada de 2012.

Tampoco este planteamiento de su campaña es nuevo en la historia taurina: se podrían poner una docena de ejemplos de toreros que  han vuelto en esta plan gradual de compromisos. Pero muchos más se podrían poner de toreros que, para lamento de los aficionados, no pudieron superar anímicamente el impacto de un percance tan fuerte como el que sufrió José Tomás. Si él lo ha superado, parece razonable darle tiempo a su tiempo, hasta que recobre la plenitud.

Pero visto que estas nueve tardes de rodaje han dado un resultado final positivo, nada debiera llevar a pensar que José Tomás no será capaz a  dar el paso adelante cuando empiece a amanecer la próxima primavera.

Sin embargo, no puede omitirse que José Tomas no debiera pasar a los Anales como el torero que más expectación levantaba o que más ruido creaba en las taquillas. Todo eso, que es buenísimo para la Fiesta, tiene que dar vía libre a otros conceptos igualmente relevantes taurinamente hablando, porque está llamado a ser un torero de época, no sólo un torero taquillero.

Y el primer reto resulta evidente: una figura tiene que medirse con las figuras de su época.  Una cosa es que se alivie en determinados momentos con eso de un primero que no moleste y un torero local cerrando cartel, de tanta tradición. Pero hay momentos en los que hay que vérselas con aquellos que aspiran también al entorchado de ser toreros de época. Sin este contrapunto necesario e indispensable, en los ruedos se puede alcanzar incluso el triunfo, pero llegar a la gloria del toreo es otra cosa bien diferente.

Se dirá que hay un problema económico a reunir en un cartel a tres toreros con fuerza. El argumento no se tiene de pie. No se ha tenido nunca. ¿A caso cuando Manolete toreaba con Pepe Luís y con Domingo Ortega, pongamos por ejemplo, Pagés iba a la ruina?  Que no todas las tardes montaba ese cartel, por supuesto; pero había momentos y circunstancias en los que había que hacerlo. Lo necesitaba hasta el propio Manolete. Y lo necesitaban, por supuesto,  las Plazas que llevaba Pagés.

Dejando al margen que el planteamiento económico de la Fiesta es de las cosas que más urge revisar, si se quiere que todo este tinglado superviva, con las formulas de ferias que están al uso, hay mil formas para equilibrar los balances confeccionando equilibradamente los abonos. Hay que ser extremadamente torpes para que en un abono de treinta tardes, como es el de Madrid, no se puedan hacer equilibrios entre carteles caros y carteles más económicos, todos los cuales se han vendido en taquilla al mismo precio.

Por eso, más que una cuestión económica volver a codearse con quienes le pueden hablar de tú a tú es auténtico reto personal para José Tomas. Es posible que desde una prudencia incluso lógica, haya quien le recomiende que no necesita de esos compromisos. Y, en efecto, José Tomás puede cubrir unas cuantas temporadas más, incluso manteniendo buen nivel de taquillas y de impacto. Lo que no habrá cumplido es su compromiso personal con el Arte del Toreo. Justamente lo que distingue a los toreros de época.

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Taurología

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Portal de actualidad, análisis y documentación sobre el Arte del Toreo. Premio de Comunicación 2011 por la Asociación Taurina Parlamentaria; el Primer Premio Blogosur 2014, al mejor portal sobre fiestas en Sevilla, y en 2016 con el VII Premio "Juan Ramón Ibarretxe. Bilbao y los Toros".

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