PAMPLONA, 8 de julio de 2012. Lleno total. Tarde con rachas de viento. Toros de Antonio y Eduardo Miura, de gran presentación y con complicaciones la mayoría. Rafael Rubio “Rafaelillo” (de tabaco y oro), ovación y palmas. Fernando Robleño (de rosa y oro con cabos negros), ovación y silencio. Javier Castaño (de blanco y oro), una oreja y ovación.
Una tarde importante, desde luego, la de Javier Castaño. Da gusto verlo. Frente a una corrida con problemas, el salmantino ha vuelto a acreditar que es torero de largo recorrido. Con la cabeza muy clara, técnicamente en sazón, con gusto en el manejo de las telas, con dominio de la lidia. La he llegado la madurez matando corridas duras, con las que da gusto verlo. Le queda pasar prueba que podría parecer superflua, pero que en este mundo acostumbrado a etiquetar casi desde la cuna a los toreros, conviene pasar: vérselas con una de esas corridas que matan los primeros del escalafón. Es lo único que le queda para que los renuentes se convenzan que Castaño tiene sitio en cualquier cartel. Aunque con la casta que le echa, pueda resultar incómodo a más de uno.
El escueto premio de una oreja resulta claramente engañoso de lo que fue su tarde pamplonesa. Del mayor mérito fue su actuación con el tercero. El miura –largo y muy hecho, como toda la corrida— había cubierto los dos primeros tercios sin augurar nada bueno; que le pregunten a David Adalid lo que tuvo que aguantar para dejar los cuatro palos arriba. Algo que los demás no acertamos a advertir le debió ver Castaño, que de primeras le recetó cuatro muletazos por alto sentado en una silla, en un emotivo comienzo. Y de seguido lo citó desde los medios para enjaretar una templada serie de muletazos con la mano derecha. Dándole la distancia justa, siguió sobre ambas manos, con unos naturales largos y templadísimos. Para acabar, un punto final toreando sobre ambas manos pero sin la espada. La había podido tanto a su enemigo, que ese miura del final poco tenía que ver con el que habíamos visto al salir al ruedo. Lo mató con rectitud. Sin el bullicio tradicional de esta plaza, la reacción de la plaza habría sido más generosa de lo que ocurrió en esta ocasión.
Al sexto, que era otro tío, le toreó templadamente con el capote, como ya había hecho con su primero. Pasó el de Zahariche sin pena ni gloria por el caballo y le complicó la vida a los banderilleros. Pues, a pesar de todo, ahí se puso otra vez Castaño muleta en mano, ante un toro que tomaba los engaños rebrincado y tirando gañafones. A base de colocación y técnica lo fue metiendo en la muleta, hasta acabar llevando en unos naturales meritorios. Otra vez se mostró seguro con la espada.
El conjunto de la corrida de los hermanos Miura, con el sello propio de la casa. Tuvo bastante que torear. Duros y con demasiados problemas los dos que le correspondieron a “Rafaelillo”, que además evolucionaron a peor. Noble con la muleta el 2º; cambiante el ya citado 3º; gazapón y suelto, el 5º y con muy poquita clase el que cerraba tarde. Eso sí, todos llevaban el carnet de identidad y la hoja genealógica en la boca.
En esta ocasión, la voluntad y el tesón de “Rafaelillo” no fueron suficientes. Destaquemos principalmente su eficacia con la espada. Por lo demás, su faenas tenían necesariamente que ser de pases cortos y ligeritos, zafándose una y otra vez de las tarascadas de sus miuras. Como tiene oficio, se libró de males mayores.
Fernando Robleño, que completaba la terna, vio pronto la nobleza de su primero. Sin titubeos, le ofreció bien la muleta para desgranar series templadas y con gusto, de mérito. La pena fue que se puso algo premioso con la espada y todo quedó en un saludo desde el tercio. Con el desagradecido y andarín quinto sólo pudo aflorar su condición de lidiador, para pasaportarlo dignamente.
El encierro
Con una duración de 2´29 minutos, los toros de la ganadería de Miura han protagonizado este domingo un encierro peligroso y rápido en el que varios mozos han resultado contusionados, aunque sólo dos de cierta consideración, que fue atendido en el Hospital de Navarra: uno con un trauma lumbar y otro
con policontusiones en la cara.
El protagonista del encierro fue “Navajito” –el toro que luego se lidiaría en 6º lugar– que ha mantenido una velocidad intensa durante todo el recorrido, encabezando a distancia a toda la manada y creando los momentos más tensos, derribando a varios mozos a su paso.
El Fundi por Juan Mora
Los responsables de la Casa de Misericordia anunciaron este domingo que, según ha manifestado el torero, Juan Mora no podrá encabezar el cartel del próximo día 12, al encontrarse lesionado. Le sustituirá José Pedro Pablos “El Fundi” y en el cartel están también anunciados “El Juli” y Sebastián Castella.
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