Importante faena de Pepe Moral, la tarde en la que Padilla mantuvo su idilio con las Peñas

por | 12 Jul 2014 | Temporada 2014

PAMPLONA. Octava de feria. Lleno. Toros de Fuente Ymbro –el 4º lidiado como sobrero–. bien presentados, 4º y 5º cinqueños, nobles y aptos para el torero, salvo el manso 2º, aunque con duración y fondo muy medidis.  Juan José Padilla (de grana y oro con cabos negros), una oreja y una oreja. Pepe Moral (de rosa pastel y oro), que sustituía al lesionado David Mora,  silencio y una oreja. Saúl Jiménez Fortes (de verde manzana y oro), silencio tras aviso y silencio. Juan José Padilla salió a hombros por la puerta grande

Tarde para las banderas piratas, que hasta el “alcalde de sol” llevaba su parche, y de mucho “Illa, illa, Padilla, maravilla”. Incluso en el dichoso toro de la merienda, que las peñas hacen una excepción con este torero. Y al final, el de Jerez que salía a hombros por la puerta de los honores. ¡Cómo maneja Padilla su aguja de marear! No deja de ser legítimo. Pero anótese también que, en medio de sus barullos, quedaron unos naturales largos, lentos, templados… Y unos lances excelentes con la pata p´alante, que una tarde en Pamplona da para mucho.

Claro que organizar su fiesta particular con la corrida que ha echado Ricardo “hooligans” Gallardo también tiene su mérito. Toros de los que no caben en la muleta. Todos con mucho trapío, hondos y algunos con cabezas para un museo. Salvo el manso 2º,  cumplidores ante el caballo y muy manejables para el torero. El titular previsto como 4º, tuvo que volver a los corrales por debilidad manifiesta; le sustituyó un sobrero con un pitón izquierdo fenomenal. De gran juego el 5º y bueno el bonito jabonero que cerró la tarde. Salvo la limitación de su duración y fondo, el conjunto de la corrida se mantuvo por encima de la media.

Hasta cinco largas en el tercio le recetó Padilla al que abría la tarde. Era su tarjeta de visita. Y tras el brindis, más rodillazos en el inicio de su faena, básicamente sobre la derecha. Aquello tenía su ambiente propio, que Padilla mantuvo cuando, al venirse abajo el de “fuenteymbro”, tiró de recursos, siempre bien aceptados por la solanera. Una faena muy de fiestas, culminada con una estocada baja, lo cuál no fue obstáculo para cortar una oreja.

Más serenado el torero con el sobrero, al que lanceó de forma notable y le cuajó un buen quite. Muleta en mano, Padilla supo aprovechar al límite el excelente pitón izquierdo. Cuando se pone a ello y guarda para mejor ocasión la bandera pirata, el jerezano sabe torear por abajo, con temple y con esa lentitud que tanto dice. Como allí había calidad, los tendidos también respondían ante el buen toreo. Un pinchazo previo a la estocada y la oreja que faltaba para mayores honores. Misión cumplida. Para Padilla y para sus peñas.

Pero anotados los méritos del jerezano, que el cumple su papel en toda esta historia, a continuación hay que destacar la sólida actuación de Pepe Moral frente al buen 5º de la tarde. Una faena compacta, auténtica, basada en el temple y en el buen gusto, toda ella muy asentado el torero y llevando a su enemigo hasta muy atrás de la cadera. Una faena sólida rematada con un señor espadazo. Y Una merecidísima oreja. Poco podía hacer con el manso y “guasón” 2º, al que lidió con eficacia y mató por arriba.

Su mucho más que digno paso por Pamplona confirma que lo de Pepe Moral hace unos semanas en Sevilla, con un sobrero del Conde de la Maza, no fue casualidad. Aunque lo hayan marginado en los contratos, no se le olvidado hacer el buen toreo. ¡Qué afición hay tener! Trabajar todos los días durante cuatro años de paro torero para mantenerse en plena forma, por si salía una oportunidad. Y, claro, las dos que le han salido las ha aprovechado al máximo.

Con su valor intacto, pese a lo que le han pegado los toros, no le acompañó la suerte con los aceros a Jiménez Fortes. Por eso, la estadística del festejo no hace justifica su actuación. Por cierto, en una tarde en la que se ajustó un vestido que guardaba muchas semejanzas, si no era copia literal, del diseño que Picasso le hizo a Luis Miguel para su última reaparición y que se guarda en el Museo Taurino de Málaga. Pero cerrado el paréntesis, la cosa habría cambiado si las espadas hubieran tenido otro sentido.

El grandísimo toro que hizo 3º tenía temple, pero en seguida dejó claro que en cambio carecía de la cuota necesaria de raza. Por eso se apagó a la primera de cambio, aunque lo había mimado ante el caballo. Centrado y valiente, el torero buscó sacar todo lo que el “fuenteymbro” podía ofrecer, en un esfuerzo que luego se diluyó a base de pinchazos. Con el mucho más bonancible 6º comenzó con buenos augurios sobre ambas manos, firme la planta; luego un desarme descentró la situación y aquello vino a menos. 

Apóyanos compartiendo este artículo:
Taurología

Taurología

Portal de actualidad, análisis y documentación sobre el Arte del Toreo. Premio de Comunicación 2011 por la Asociación Taurina Parlamentaria; el Primer Premio Blogosur 2014, al mejor portal sobre fiestas en Sevilla, y en 2016 con el VII Premio "Juan Ramón Ibarretxe. Bilbao y los Toros".

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *