MADRID. Vigésimo segunda de feria. Lleno de “No hay billetes”. Toros de Fermín Bohórquez, correctos de presentación pero de juego muy dispar. Pablo Hermoso de Mendoza, una oreja y silencio. Sergio Galán, una oreja y dos orejas; Manuel Manzanares, que confirma alternativa, palmas y ovación. Galán salió por la Puerta Grande.
Con el “No hay billetes” en las taquillas, al amparo del atractivo que sigue manteniendo Pablo Hermoso de Mendoza, el conquense Sergio Galán ha abierto con mucha la Puerta Grande en el tercer festejo de rejones del abono, tras una actuación muy solvente y de mucha entrega. Ha sido la quinta vez que sale por la soñada Puerta, pero a tenor de su cara parecía la primera.
Para esta tarde repetía en corrales una corrida de Fermín Bohórquez, a la que no pueden ponerse objeciones a su presentación, pero sí a su juego. Siendo manejables en su mayoría, en la misma medida carecían del celo necesario para hacer el toreo a caballo y eso restó opciones a los actuantes.
A este respecto lo sufrió Manuel Manzanares con el toro de su confirmación, un soso manso que se desentendía de todo lo que no fuera un espacio sin nadie. El alicantino estuvo muy batallador y sobre todo templado, pero las pausas que imponía el toro enfriaba los ánimos. Especialmente acertado estuvo en dos farpas, clavadas con autenticidad. Mejoró el tono de su actuación con el que cerraba plaza, de mayor movilidad, y si no hubiera descordado a su enemigo con el rejón de muerte podría haber cortado una oreja.
En un tono magistral, en el que impone su concepción personal del toreo a caballo, Hermoso de Mendoza cuajó una gran actuación frente a su primero. Con temple y con mucha pureza en los quiebros, aunque se demorara con los trastos de matar, se le concedió una oreja. El 4º con su escasa movilidad le cerró un triunfo más redondo; estuvo el navarro con su técnica habitual, incluso exponiendo para consumar las suertes, dejándose llegar mucho al toro y sin perder nunca la cara. De nuevo los aceros finales le cerraron el paso.
La Puerta Grande de Galán no ha sido gratuita, ha sido la suma de una actuación muy redonda en sus dos toros, especialmente con el 5º, desde que lo recibió en la puerta de toriles hasta el rejonazo final. Haciendo las suertes de frente y consumando bien la reunión. En ambos se mostro acertado con el rejón de muerte. Por eso al final, en el esportón llevada tres orejas.
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