Hoy en Madrid, como el Otoño pasado, como en Sevilla, lo ha vuelto hacer. Qué difícil es juntar pureza, verdad y personalidad pero, además, hacerlo sin estridencias. El toreo de frente de Paco Ureña es de un nivel muy serio, porque los engancha delante y es en redondo, enroscado. Con una transmisión seca, sin nada accesorio. Toreo. Se han juntado la espada (de nuevo) y la lluvia en el momento justo, al caer el tercero, para dejarle sin puerta grande. Pero ahí queda eso, Madrid entregada por hacer el toreo.
A Escribano le esperaron y no fue capaz de cambiar las cosas en ninguno de sus toros. He escuchado que no le perdonan triunfar en Sevilla, o ser de allí directamente; deber ser que El Cid, consentido de ésta afición durante años y triunfador en la ciudad del Betis, era de Narros de Matalayegua, o cerca.
Fandiño está en un momento complicado, de cara o cruz. No fue fácil el quinto, pero las sensaciones que dejó tampoco fueron buenas. Y cierta afición de Las Ventas, que lo encumbró, ahora no le perdona una.
Cómo es el toreo. Aquella confirmación de Ureña le acompañaba en el cartel Iván García. Hoy volvían a compartir paseíllo, pero como torero de plata. Y qué torero de plata.
Las portadas se las llevarán otros y los premios se los llevará Padilla. Pero lo de Ureña es hacer el toreo.
0 comentarios