Ginés Marín, en el punto de mira

por | 20 Nov 2017 | Informes

San Isidro doblaba su ecuador. El interminable serial taurino madrileño encaraba la segunda mitad de su largo metraje con algunas cosas –no demasiadas– que recordar. El genuino desaliento –tan de Madrid en el declive de mayo– ya había empezado a cundir entre el variopinto público que se da cita cada tarde en el embudo de Las Ventas cuando, por fin, se descorrió el cerrojo de la puerta grande. La atravesó Ginés Marín en olor de multitud, de forma inapelable y logrando esa rara unanimidad que ha logrado revestirle de figura en ciernes.

El diestro extremeño supo aprovechar aquella oportunidad de oro enhebrándose a la perfección a la importancia de un toro de Alcurrucén con el que se mostró fresco, resolutivo, imaginativo y siempre torero. El jovencísimo diestro pacense se acababa de convertir en el primer triunfador de San Isidro aunque acabaría siendo el definitivo. Es importante refrescar el argumento interior de aquel 25 de mayo.

Ginés había llegado a Madrid diez días después de conmemorar el primer aniversario de su alternativa nimeña. La tenía que confirmar de manos de El Juli y en presencia de Álvaro Lorenzo, otro joven cachorro que también refrendaba su doctorado. El maestro madrileño, medido con lupa por el público, cuajó una completa actuación que le habría franqueado la puerta grande si hubiera redondeado con la espada. Lorenzo también mostró sus grandes posibilidades. Se había roto el maleficio de la isidrada pero, además, se estaba rubricando un proyecto de figura inminente.

Antes de alcanzar el castillo famoso de Las Ventas, Marín ya había abierto la temporada puntuando en el patio de su casa: la plaza de Olivenza. Y del valle del Táliga se marchó a las orillas del Turia, saliendo de Valencia como uno de los triunfadores de la feria de Fallas. Y de Levante a Zaragoza, marcando una de las constantes de su temporada. 17 de las 44 corridas contratadas entre los cosos franceses y españoles las sumó en ruedos de primera categoría en los que llegó a cosechar hasta quince orejas. El dato es importante.

El recuerdo de su paso por la plaza de la Maestranza en las calendas abrileñas es obligado. Ginés se presentó en Sevilla como matador de toros en un cartel de aire renovador que se vivió muy pendiente de la lidia del corridón de Torrestrella que se soltó aquella tarde. El bisoño diestro extremeño alternó con Garrido –que cortó una oreja matizable– y Álvaro Lorenzo. Un año antes se había despedido de novillero junto al toledano en la misma plaza de Sevilla; con él –en dos días consecutivos– tomó la alternativa en Nimes y caminando a su lado iba a hacer el paseíllo en Las Ventas para confirmar el doctorado. La verdad es Marín pasó de puntillas por la cátedra sevillana. Los toros habían ganado la mano a los toreros pero en el horizonte ya se encontraba Madrid…

Y de Madrid, ya se lo hemos contado, al cielo. El jerezano recriado en Badajoz volvería a comparecer ante el senado venteño dos tardes más. Una, aún metida en la isidrada y la tercera, sumándose al cartel de la cacareada corrida de la Cultura ideada por Simón Casas para compartir cartel con Morante y Cayetano. Marín volvió a enseñar su calidad acompasándose a un gran toro de Cuvillo pero se atascó con la espada. Con el público de cara, podría haber sumado una nueva puerta grande que habría elevado su cotización de forma súbita.

Pero la maquinaria ya estaba engrasada y Ginés navegó a favor del viento logrando abrir las puertas grandes de Badajoz, Pamplona o Santander. También había vuelto a puntuar con fuerza en Valencia antes de sumar nuevas salidas a hombros en escenarios como Almería, Dax o Albacete. Mención aparte merece la oreja conseguida en Bilbao, la nueva puerta grande de Salamanca, la de Nimes, Zafra o las seis orejas que cortó, mano a mano con El Juli, en Andújar. Al joven matador aún le quedó mecha para aterrizar en Zaragoza y clausurar su temporada abriendo una nueva puerta grande. Era la guinda de una campaña maciza y regular que le coloca en una posición privilegiada en la línea de salida del próximo año.

La progresiva regresión de alguna primera figura –el desgaste es inevitable en la mayoría de los casos– ofrece un nuevo campo que debe colonizar. Marín es uno de los valores más sólidos de la nueva hornada y la comparación con Roca Rey –que empieza a quemar su inicial frescura– ya es inevitable. A ellos pertenece el futuro próximo.

Los trabajos originales de Álvaro R. del Moral, cronista de “El Correo de Andalucía”, se publican en su blogs “Con la tarde colgada a un hombro”, al que se puede acceder a través de nuestra sección “8 opiniones 10” y en las direcciones electrónicas:
http://blogs.elcorreoweb.es/latardecolgadaaunhombro/
http://elcorreoweb.es/toros/

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Taurología

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Portal de actualidad, análisis y documentación sobre el Arte del Toreo. Premio de Comunicación 2011 por la Asociación Taurina Parlamentaria; el Primer Premio Blogosur 2014, al mejor portal sobre fiestas en Sevilla, y en 2016 con el VII Premio "Juan Ramón Ibarretxe. Bilbao y los Toros".

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