Durante la primera mitad de la década de los 30, los toros constituían el primer espectáculo de España. Quedaba aún mucha distancia al naciente fútbol, aunque ya en esa época no eran pocos sus seguidores. Como en décadas anteriores, el mundo del toro seguía levantando pasiones, sin distinciones de orden social. Podría decirse, como afirman los estudiosos del tema, que los toros eran una de las pocas cosas en la que coincidían la mayoría de los españoles de la época.
Aún manteniendo esa afición sus profundas raíces sociales, incluso con la guerra civil ya en curso, los acontecimientos de 1936 afectaron pronto al mundo del toro, con unas consecuencias que se dejaron sentir en años posteriores, incluso acabada la contienda fratricida.
En uno de sus escritos, Chaves Nogales recordaba que “hasta los toreros han formado su unidad de combate”. Se refería el autor de “Juan Belmonte, matador de toros” a la 96 Brigada Mixta, también conocida como Brigada de los Toreros, a cuyo frente estaba el torero de Fuenlabrada Luis Prado "Litri II", bien estudiada por el historiador aragonés Javier Pérez Gómez.
El propio clima político y social previo a la guerra civil no resultó ajeno a la iniciativa de Chaves Nogales a la hora de escribir la biografía de Belmonte. Según explica Abelardo Linares, que ha estudiado la edición original de este libro, en su génesis se encuentra una conversación de don Manuel Azaña con el gran periodista sevillano, de quien era amigo: se trataba de ofrecer un mensaje de calma a la sociedad española a través de la letra impresa; la figura de Juan Belmonte, triunfador en la torería y hombre hecho a sí mismo, podría ser un ejemplo de sencillez y aceptación de los propios límites en un momento en el que se exaltan las personalidades violentas. "Belmonte había realizado la única revolución posible: la de su vida personal a través de su oficio o su arte. Actuó como un auténtico héroe en todos los estamentos de la vida política española", en palabras del propio Chaves Nogales.
Como recuerda el propio Antonio Fernández Casado, autor del libro que tratamos de presentar, la bibliografía sobre este momento concreto de la historia taurina no es precisamente pequeña. El autor hace referencia a títulos como “Toros y toreros, de 1936 a 1940”, de Luís Uriarte, que firmaba sus crónicas como “Don Luis” y que es fuente para muchos trabajos posteriores, como es el caso de Demetrio Gutiérrez Alarcón y su “Los toros de la guerra y del franquismo” o de Julio de Urrutia y su obra “Los toros en la guerra española”.
Más documentada resultó la ya citada obra “La Brigada de los Toreros”, de Javier Pérez Gómez, al que habría que unir la obra “Vida de un torero que se convirtió en mito”, en la que Juan Soto Viñolo, al biografiar a “Manolete”, aporta datos que hasta ahora no se había escrito. La relación bibliográfica podría ampliarse; de hecho, Fernández Casado necesita hasta 7 páginas para enumerar la bibliografía de referencia.
Escrito desde la mentalidad y desde la visión que en este siglo XXI ya tienen las nuevas generaciones de la historia de aquella época, Antonio Fernández Casado presenta ahora su último trabajo literario: “Garapullos por máuseres. La fiesta de los toros durante la Guerra Civil (1936-1939)”, editado por la Editorial La Cátedra Taurina.
Cuando en nuestros días las fracturas sociales y política de aquellos años 30 aparecen para la inmensa mayoría de la ciudadanía como algo lejano e irrepetible, como algo que, por más dramático que fuera, forma parte de la historia pasada de España, puede ser un momento muy oportuno para profundizar en esos capítulos de nuestras vivencia como nación. Es lo que viene a hacer Fernández Casado, ya muy bregado en la lides literarias, con su nueva aportación histórica.
El trabajo, de muy amena lectura, se extiende en algo más de 300 páginas, agrupadas en seis gran capítulos, más un prólogo del historiador vasco Manuel Montero y epilogo del escritor Asier Guezuraga.
Como explica el profesor Montero en su prólogo “Los toros y la guerra”, “los toros, con los diversos elementos que lo componen, forman un mundo propio, pero no son un mundo aparte. Por eso, con toda la sociedad española, se vieron drásticamente afectados por al sublevación militar del 18 de julio y la contienda en la que desembocó”. Precisamente por eso, como nos advierte Guezuraga en su epílogo, “a nadie debe extrañar que el espectáculo taurino se entrelace como si fuese un mano a mano con los aconteceres políticos y bélicos que van ocurriendo en un país marcado por el sino de la muerte, el fuego de las balas, la sangre y el toro”.
Sin embargo, como nos advierte Fernández Casado en las primeras líneas de su Introducción, “los profesionales del mundillo taurino son personas de sensibilidades sociales diversas, también, naturalmente, en lo que concierne a las ideas políticas. La posición que la mayoría de los integrantes del planeta taurófilo mantuvo a lo largo de los 987 días que duró la Guerra Civil ha sido un tema tabú sobre el que casi ninguno de sus protagonistas se ha pronunciado públicamente. De esta manera, la postura que adoptó el colectivo taurino ante la asonada militar es un capítulo en blanco en las biografías de la mayor parte de los estoqueadores de reses bravas que estuvieron en activo entre el 18 de julio de 1936 y el 1 de abril de 1939”.
Con “Garapullos por máuseres” se trata, precisamente, aportar algunas luces sobre esos otros episodios de la historia menos abordado hasta ahora por la literatura taurina. De alguna forma, por la estilística y las formas de construcción de este trabajo, podría considerarse que se trata de un gran reportaje, que sin renunciar al aparato documental necesario, busca trasladar al lector de forma muy directa los hechos que se narran. Se trata de una técnica apropiada, en la medida que facilita la lectura.
Si al cuidado en la redacción literaria unimos esa independencia de criterio y el recurso a fuentes seguras, el resultado no podía ser otro que un libro que se lee con gusto, en el que se encuentra el dato fundamental pero también el puramente anecdótico, el que se acerca, en suma, al lector a un capítulo que no por cerrado deja de ser menos real de la historia contemporánea del toreo.
Como escritos por un autor que no se preocupa de equidistancias entre bandos, sino que sencillamente responde a su propia curiosidad por la historia, por toda la historia, el libro destaca por el cuidado –cabría incluso el término delicadeza–, con el que abordan los aspectos no ya polémicos sino dramáticos de aquellos años y de sus protagonistas, huyendo de calificaciones gratuitas, ni de posicionamientos previamente concebidos.
►►El libro ya esta disponible en Amazon y en librerías especializadas –entre otras: en Madrid, Librerías Rodríguez y Librería Cámara, en Bilbao– y en la propia pagina web de la editorial: www.editorialacatedra.com
El libro
El autor
Índice de la obra
Prólogo. Los toros y la guerra. Por Manuel Montero
Introducción
Capítulo I. Antecedentes históricos: los matadores de toros y la política
Capítulo II. El toreo femenino
Capítulo III. Precedentes de la Guerra Civil
Capítulo IV. La hora de la verdad
Capítulo V. La fiesta de los toros en las principales ciudades republicanas
CAPÍTULO VI. Francia, Portugal y América: la alternativa
Toros en Francia
Capítulo VII. Plazas nacionales, espadas falangistas
Málaga, asesinato de Argimiro Pérez-Tabernero
Epílogo. Por Asier Guezuraga
0 comentarios