PAMPLONA. Novillada de la preferia de San Fermín. Tres cuartos de entrada. Novillos de Ganadería de Pincha (José A. Baigorri de Luís), de correcta de desigual presentación y juego ; mejor los dos primeros, a peor los tres últimos. Alfonso Cadaval (de gris plomo y oro), vuelta al ruedo y una oreja. Antonio Catalán “Toñete” (de verde botella y oro), una oreja y silencio tras aviso. Francisco de Manuel (de fucsia y oro), ovación y dos orejas; salió a hombros por la Puerta del Encierro.
Cuando los pañuelos rojos ya están dispuestos para el chupinazo, en la preferia sanferminera la Monumental pamplonesa ha ofrecido este jueves una interesante novillada, con el triunfo final y rotundo de Francisco de Manuel, que ha confirmado sus éxitos de Madrid.
Se lidió un lote de utreros de la ganadería navarra de Pincha, que en la actualidad engarza con la procedencia de Algarra y del Marqués de Domecq. Si la memoria no falla era su debut en España en una plaza de primera. Un debut más bien grisáceo. En primer término por la desigual presentación: entre los tres primeros y los tres del segundo turno mediaba demasiada distancia, incluso con la vieja teoría del “3 y 3”. También desiguales ante los montados, mientras unos se dejaban pegar otros declaraban sus grados de mansedumbre. Para el torero los dos primeros ofrecieron las mejores opciones; mayores complicaciones en el cuarteto restante.
Y con un novillo nada fácil y con su trapío, al cerrarse la tarde triunfó la firme voluntad de Francisco de Manuel, todo entrega, todo decisión. Muy metido entre los pitones, con firmeza encomiable, dejó claro que quiere ser torero. No resultaba fácil ofrecer además florituras. Pero el madrileño estuvo en novillero a la antigua usanza, hasta movilizar a los tendidos. Dejó un espadazo valeroso y le concedieron las dos orejas, que le permitieron abrir por primera vez la Puerta del Encierro.
Pero como demostró con su primero, Francisco de Manuel reúne una condición importante: cuando los enemigos se lo han permitido, ha toreado con limpieza y buen gusto. No es tan sólo eso que los taurinos llaman un torero bullidor, busca hacer buen el toreo, anda despierto de cabeza para entender a los novillos y no tiene desmayos. Por eso, de Pamplona sale muy confirmado.
Debutaba en Pamplona Alfonso Cadaval, que ya camina hacia su alternativa sevillana. En esta ocasión ha cumplido razonablemente. Sigue sin vérsele suelto en el manejo del capote, posiblemente porque siempre lleva las manos demasiado altas. Pero luego, cuando se cruza con los novillos, gana puntos con la muleta, todo lo contrario cuando se coloca en línea. En la Monumental ha dejado que no anda ayuno en valor, aunque luego en algunos momentos se complique más en el manejo de la muleta. Y así, en momentos le pierde el sitio. Pero todo se andará. Hoy alcanzó a cortarle una oreja al 4º, con el que se fajó en una faena que fue de menos a más.
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