Fin administrativo de la feria, con reivindicación de «El Fandi» bajo la lluvia

por | 21 Abr 2018 | Temporada 2018

SEVILLA.- Duodécima de feria. Tres cuartos de  entrada. Toros de Fuente Ymbro (Ricardo Gallardo), bien presentados y ofensivos por delante, de buen juego 1º y 6º, desabridos y con problemas los otros cuatro.  Juan José Padilla (de blanco y oro con cabos negros), vuelta al ruedo y silencio. Manuel Jesús “El Cid” (de tabaco y oro), silencio y silencio. David Fandila “El Fandi” (de nazareno y oro), silencio y una oreja.

Llovió durante todo el festejo, con distinto grado de intensidad, que fue máxima en el ultimo de la tarde.  

 

Una corrida desigual de Fuente Ymbro nos deja en puertas del final de ciclo, la tradicional de Miura, que con los cambios que hizo el Ayuntamiento se celebra por segundo año con la feria administrativamente ya concluida. Vamos, que es de abono, pero no es de feria. 

 

Los toros de Fuente Ymbro han tenido lo que la mayorías de los lidiados no tuvieron: presencia y cabezas ofensivas. Luego de 6 tan sólo 2 tuvieron clase, en tanto los restantes ofrecieron complicaciones en mayor o menor grado. Para empezar con la nota más negativa, el que hizo 4º sacó peligro y no tenía un pase en su interior. Con casta de la mala  y recorrido corto, el 3º; con buenos principios, pronto el cinqueño 2º decayó demasiado pronto; rebrincado, sin fijeza ni humillación, el 5º. 

 

En el platillo contrario, en todos los tercios sacó calidad el que abrió la tarde; bien es verdad que cuando andaba a punto de rajarse Padilla cogió la espada de verdad, sin darle tiempo a que cantara. Gustó mucho el 6º, sobre todo ante las telas, porque en el caballo cumplió con una escasa nota; al último tercio llegó, en cambio, en su justo punto, con clase y acometiendo con emoción. Por el barullo que había en ese momento entre la Presidencia y el público, al 1º se le arrastró sin un mísera palma; el 6º fue ovacionado. Los dos lo merecían.

 

En su gira de despedida, seguro a Padilla le habría gustado reeditar la Puerta del Príncipe de la pasada feria, por más que fuera controvertida. Para intentar, de entrada se fue a la puerta de toriles: larga muy ajustada, para luego dejar unos lancea aceptables. Tomó las banderillas: el mejor par, el 3º.  Y de nuevo de hinojos para principiar su faena de muleta. Una primera serie sobre la derecha, muy encajado. Tras la segunda serie sobre la mano izquierda, el de fuenteymbroya avisó que le apetecía rajarse. El torero leyó bien el mensaje y pronto se fue a por la espada, que dejó arriba. Disparidad de criterios: para la Presidencia no había mayoría de pañolada blanca; para la afición, sí, a tenor de su reacción contra el palco.  La pura verdad: con menos méritos y pañuelos se han dado orejas en esta feria. O sea, que para qué meternos en una discusión bizantina.  El 4º pedía no ya el carnet de identidad, sino hasta la fe de vida. Padilla estuvo solvente y firme en su lidia.

 

Uno sigue creyendo que “El Cid” está en un camino de recuperación. Esta tarde no puede aducirse a su favor, por causas mayores: ninguno de sus dos fuenteymbrosestaban por esa labor. Ni el mal encastado cinqueño de su primer turno, ni el mansurrón y desagradecido  que hizo 5º.  El de Salteras dejó cosas sueltas de calidad, como apuntes con capote y muleta de lo que todavía puede hacer si encuentra algo de colaboración. De toda su labor, cabe destacar una tanda poderosa sobre la mano derecha en su primero y los airosos lances de recibo y unos muletazos por bajo muy oportunos en el otro.

 

Como si no le afectaran los decires de un sector de la crítica y de la afición, “El Fandi” tiene su mérito: el va a lo suyo, a mantener su personalidad, toree donde toree. Y en ello demuestra una sobrada capacidad lidiadora. No pudo ir más allá de ser cumplidora su labor con el 3º. Aprovechó las virtudes del que cerró la función, con el que se le vio muy sobrado. Para los más exquisitos hubo tandas de muletazos muy por abajo, con mucha reunión y largura. Para el público general, fue “El Fandi” “de toda la vida”, que ya lleva sus añitos en estos y siempre anda en la cabeza del escalafón. Y eso no es mérito de la Casa Matilla. Se ganó a pulso la oreja que se le concedió.

 

Otrosí

Ahora, la corrida de Miura

Este domingo concluye el ciclo, con la corrida de Miura que lidiaran mano a mano Manuel Escribano y Pepe Moral. Repasando papeles viejos, que eso de guardarlos es bastante sano, nos encontramos con los carteles de la feria de 1948, que fue muy especial porque se celebró con toda solemnidad los 100 años de la creación de la feria tal como hoy la conocemos. Se celebraron aquel año en el abono seis corridas de toros y una novillada. Pepe Luís Vázquez mató cuatro ; naturalmente, entre ellas estaba la de Eduardo Miura, en la que le acompañaron Luis Miguel y “Parrita”.

Pero la Real Maestranza organizó además una corrida extraordinaria fuera de abono para celebrar el centenario, con toros de distintas ganaderías. Pepe Luís mató uno de Miura y otro del marqués de Villamarta. Antonio Bienvenida lidió los de Antonio Pérez y Arturo Sánchez Cobaleda. Y a Luis Miguel le correspondieron los de Carlos Núñez y Fermín Bohórquez.

Se escribió en “El Ruedo”:
“Pepe Luís no llevaba bien la feria. El caso es que todos los días empezaba bien y luego se quedaba a la mitad del camino.

Ya el día de los Miuras el público de Sevilla se enfadó más en serio que otras veces con Pepe Luis; pero de nuevo, en la corrida de Antonio Pérez –que ha sido otra de las más animadas de la feria–, el de San Bernardo lograba la reconciliación por su manera prodigiosa de torear con el capote a su primero, y en los quites y toreando al natural con la muleta. Todavía, sin embargo, no redondeó el triunfo que había de llegarle en esa memorable corrida del centenario, apoteósico, ciertamente, y, lo que es más, con la alegría íntima, no ya de sus partidarios, sino de Sevilla entera, de cuya afición Pepe Luis es el ídolo.

Ya había toreado maravillosamente con la capa al de Miura; pero fué en el de Villamarta donde se remontó a las cumbres del toreo. En la serie de naturales,

en los dos pases de pecho, interminables, que provocaron alaridos, y en el adorno, levantó a la Plaza en vilo. Cuando acertó con la estocada y el toro se derrumbó, Pepe Luis saboreaba acaso el éxito más considerable de su vida artística del toreo”.

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Taurología

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Portal de actualidad, análisis y documentación sobre el Arte del Toreo. Premio de Comunicación 2011 por la Asociación Taurina Parlamentaria; el Primer Premio Blogosur 2014, al mejor portal sobre fiestas en Sevilla, y en 2016 con el VII Premio "Juan Ramón Ibarretxe. Bilbao y los Toros".

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