Eugenio de Mora, el derecho a una segunda oportunidad

por | 15 Ene 2015 | Reportajes

Festejos: 11 Orejas: 19
Rabos: 1 

Estuvo al resguardo de una Casa de las grandes del toreo, abrió la Puerta Grande de Madrid, convenció a la afición de Sevilla, se le dio paso por la mayoría de las ferias… Pero luego caen en el olvido, para refugiarse en sus tierras de origen, casi como último recurso. Es una historia que en los Anales del Toreo encontramos repetidas. El torero ser “distrae” con otras cosas, sus administradores no aciertan a marcar el ritmo adecuado, o mil causas distintas. Pero en esos mismos Anales podemos leer que quien ha tenido una moneda que cambiar, siempre pudo ejercer su derecho a una segunda oportunidad.

Nada diferente resulta este retrato de lo que le ha ocurrido a Eugenio de Mora. Por dos veces, en Madrid y de forma rotunda, ha dado todo un discurso de reivindicación de su segunda oportunidad, que hoy por hoy la debería tener si en el toreo todos no nos hemos vuelto un poco obtusos.

Después de cubrir su travesía del desierto, gracias a sus paisanos manchegos –que siempre le fueron fieles–, en el ruedo de Las Ventas se redescubrió durante el pasado verano que este torero tiene todavía bastantes cosas que decir, por más que un presidente de nula sensibilidad le cerrara arbitrariamente la puerta de la gloria que da a la calle de Alcalá.

La temporada de 2014 fue relativamente breve: 11 festejos mayores. Pero fue convincente, con indiferencia de que estuviera en un ruedo de los que pesan a si era en una plaza de tercer orden. Pero quienes siguen la realidad de la Fiesta, no sólo las corridas con derecho a clavel, saben de la consistencia que anida en el torero de Mora de Toledo.

En sus inicios novilleriles le vio como un aspirante a tener en cuenta; cuando comenzó en el escalafón superior llegaron, entre otras cosas, las dos orejas que le cortó en Sevilla a un toro de Manolo González… Pero al primer descuido, en un movimiento que hasta es clásico en el toreo, se le etiquetó: “Todo lo hace bien, pero dice poco”. De ahí a bajar escalones todo fue uno.

Lo de las etiquetas es una verdadera cruz para los toreros, por más que sean tan frecuentemente utilizadas. Y en la mayoría de los casos son injustas. Si nos atenemos a la auténtica ortodoxia del toreo, aquí no hay más que una verdad como dejó dicho Domingo Ortega: "En la lidia sólo hay dos verdades: o mandas tú o manda el toro", para a continuación completar su razonamiento: “En el toreo todo lo que no sea cargar la suerte no es torear sino destorear”. Salirse de un carril tan nítidamente definido por el maestro de Borox son juegos de artificio, que entretienen pero que están carentes de verdadero contenido.

Sobre estas bases luego algunos toreros nacen de vez en cuando con un “pellizco” tan singular que los hace únicos, aunque no por ello resulten ajenos a confundir su “pellizco” con la bisutería. Se dan otros también singulares que llaman la atención sobre los valores de la heterodoxia; suelen ser menos en  número, pero igualmente llamativos. Entre estas dos excepciones se sitúa toda la nómina histórica de la torería.

Siendo esta la realidad histórica, cabria preguntarse que es lo que se quiere afirmar cuando a un torero, que no tiene ni “pellizco” ni heterodoxia, se le considera que “dice poco”. Podríamos pensar, por puro sentido lógico, que así se quiere explicar que se trata de un torero vulgar. Sin embargo, si ese torero responde a los criterios que marcó Ortega difícilmente puede ser vulgar.

En este último concepto encaja Eugenio de Mora. No tiene ni “pellizco” ni heterodoxia, pero llena de verdad su muleta, con la que torea mandando sobre el toro, esto es: respondiendo a la ortodoxia de lo que es la lidia. Es la base desde la que, cuando llegue la temporada de 2015, fundamentar la reivindicación que con razón planeará el torero toledano para abrir la segunda etapa de su historia.

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Taurología

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Portal de actualidad, análisis y documentación sobre el Arte del Toreo. Premio de Comunicación 2011 por la Asociación Taurina Parlamentaria; el Primer Premio Blogosur 2014, al mejor portal sobre fiestas en Sevilla, y en 2016 con el VII Premio "Juan Ramón Ibarretxe. Bilbao y los Toros".

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