En varias ocasiones nos hemos referido al valor muy relativo que conviene conceder a las estadísticas de trofeos conseguidos por los toreros. Y es que no todos tienen el mismo valor. El profesor Juan Medina tiene elaborada una sistemática que no se ciñe sólo a la categoría de cada plaza, sino que además tiene en cuenta lo ocurrido en las mismas durante las tres temporadas anteriores.
En el cuadro que ilustra esta crónica se comprueba como El Fandi, que fue líder estadístico de la temporada, bajo un punto más ajusrado –lo que denominamos la estadística cualitativa– pasa a ocupar la séptima posición en un índice cualitativo, alejado en casi 50 puntos quien ocupa la primera posición.
Y, en sentido contrario, El Juli que ocupó el décimo lugar el las estadísticas, cualitativamente ha ocupado la segunda posición, a tan sólo seis puntos de Talavante.
Muy significativo es el caso de Iván Fandiño: ha cuajado una temporada en plazas exigentes y ha triunfador. Por eso en ambas estadísticas ocupa una posición muy pareja. Otro tanto podría decirse de Juan José Padilla, de David Mora, o de Jiménez Fortes, que habiendo una temporada corta pero en plazas importantes ocupa una posición mucho más favorable cualitativa que cuantitativamente.
Estas disparidad entre la estadística pura y dura y esa otra que viene matizada en un orden cualitativo es un fiel reflejo de la realidad taurina actual, tanto de esa moda de que algunas figuras circulen también por plazas de orden menor, como del propio momento que atraviesa cada torero.
Particularmente significativo resulta el caso del G-10, hoy en trance de desaparición, de los sólo dos de sus integrantes: El Juli y Talavante ocupan una posición destacada en el orden cualtitativo.
En el fondo, lo que el profesor Medina viene a poner de manifiesto es la gran disparidad que se daba en el G-10, que probablemente sí eran en su momento diez figuras con un nombre, pero que luego todo ello no tuvo la misma traslación a sus actuaciones. Tan sólo 4 de los integrantes de este grupo pasan luego a clasificarse entre los diez que obtuvieron éxitos más redondeados.
El sistema de puntación
Continuando con la filosofía que en blog El escalafón del aficionado, el profesor Juan Media tiene diseñado un pormenorizado sistema de puntuación, para realizar más allá de la simple distinción entre cosos de primera y segunda, puntuar los triunfos de los toreros según la dificultad estadística que suponga obtener trofeos en cada plaza.
En este sentido, opera sobre la media de las tres últimas temporadas para jerarquizar los cosos europeos en función del ratio “Orejas cortadas por corrida”, índice con el que se selecciona las 63 plazas que han resultado más relevantes
Así, las diez plazas más rigurosas en la concesión de trofeos durante el trienio 2009-2011 fueron: Madrid, Bilbao, Zaragoza, Sevilla, Céret, Vic-Fezensac, Logroño, Málaga, Santander y Pamplona.
El número medio de orejas por tarde permite asignar un valor concreto a los trofeos obtenidos en cada plaza. A la menos exigente se le asigna el valor de un punto por oreja. En las tres últimas temporadas ha sido Plasencia, con 5,67 orejas por festejo.
Los trofeos logrados en las demás ferias tendrán un valor de 5,67 dividido por su respectivo ratio “orejas/corrida”. Por ejemplo, en Zamora se ha cortado una media de 2,83 orejas por tarde, por lo que cada trofeo pesa 2 veces más que en Plasencia y se le atribuye un valor de 2 puntos. En Colmenar, a su media de 1,89 orejas por corrida le corresponde una puntuación de 3.
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