No resultó aparatosa, pero de inmediato se advirtió que el percance era de mucha importancia. Sin concederse alivio alguno, se había embraguetado, cargando la suerte y haciendo todo de forma muy reunida, Paco Ureña para lancear al 4º de la tarde, del hierro de Alcurrucen como toda la corrida. Al tercer lance, un fuerte derrote acertó a herirle en el ojo izquierdo, que de inmediato se inflamó de una forma tremenda, hasta impedirle abrir los párpados.
Ureña camino de la Enfermeria (@ureñaoficial) |
Cuantos estaban alrededor del torero querían a toda costa que fuera a la Enfermería para ser atendido. En el ambiente estaba la dramática cornada de Juan José Padilla en Zaragoza. Tras el remedio casero de aplicarle un pañuelo con hielo en la zona lesionada, la inflamación no retrocedía. Pero el de Lorca se negaba en rotundo a abandonar el ruedo, exigiendo que le dieron la espada y la muleta.
Luego los médicos confirmaron la importancia que revestía, en una lesión de esta naturaleza, que no se perdiera tiempo alguno a la hora de prestarle atención; los retrasos jugaban en su contra, dijeron. Sin embargo, el sentir torero de Ureña no le permitía irse sin haber dado muerte al toro, dejando esa tarea para Álvaro Lorenzo, segundo espada en el cartel. Un rasgo de hombría y de torero, que para los profanos puede resultar incomprensible, pero por eso lo que los toreros lindan siempre en los terrenos de los héroes.
Mermado de facultades, como era evidente, Ureña trató de construir su faena, con un gran empeño. Pero no resultaba fácil. Lo más complicado por las dificultades de visión fue, naturalmente, consumar la suerte de matar. Hasta que lo consiguió. Y antes de abandonar el ruedo, aún tuvo la hombría de pedirle excusas a los aficionados, porque no había acertado como quería con las espadas.
Los médicos, a la espera de la evolución
Con la cara de preocupación en todo sus colaboradores más directos, Paco Ureña fue atendido inicialmente en la enfermería de la plaza por un traumatismo peri-ocular izquierdo por asta de toro, donde ya se advirtió la gravedad del percance. Y eso que, afortunadamente, ocurría todo en una plaza con un gran equipo médico. No es una mera anécdota, es una señal de la profesionalidad del equipo médico: cuando Ureña llegó a la Enfermería ya habían revisado algunas fotografías, en la que se veía con claridad que el pitón impactó el ojo izquierdo del torero; por eso estaban impacientes porque el torero llegara cuanto antes a su zona asistencial.
Lo tenían tan claro que dieron la orden de traslado urgente al Complejo Hospitalario Universitario de Albacete, para que le atendiera sin demora el equipo de Oftalmología. La intervención se prolongó durante más de cuatro horas, hasta pasadas las tres de la madrugada. El equipo médico informó que "lo primero que se hizo fue mantener el globo ocular, que presentaba grandes destrozos, aunque la función y viabilidad está complicado ".
Según ha explicado luego el doctor González Masegosa, del equipo médico de la Plaza, "Paco Ureña tiene una rotura en el globo ocular y varias lesiones importantes en interior del ojo. Los oftalmólogos de momento han conseguido conservarlo, pero parece difícil que recupere la visión, aunque es pronto para saberlo y debemos remitirnos a lo que vayan diciendo los especialistas".
Por su parte, el Dr. Jesús Cuesta, también del equipo médico de la Plaza, declaró a la agencia Efe, calificó la lesión como “muy grave”, añadiendo que el torero "entró en la enfermería con un gran hematoma y una fuerte hemorragia en el interior del ojo. La pinta era muy mala, de ahí la decisión de derivarle a toda prisa al hospital, porque el tiempo jugaba en su contra y había que operarle cuanto antes porque los daños podían ser irreversibles”.
Por su parte Juan Diego, hombre de confianza del torero, ha comentado a “El Mundo”, que “los antibióticos han de evitar una posible infección ahora. Que baje la inflamación. El nervio óptico se encuentra intacto. Pero es como tener una cámara sin lente".
Ureña permanece ingresado en el Complejo Hospitalario, al menos hasta el lunes, cuando se le realice una nueva revisión para observar la evolución de las graves lesiones.
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