El Rey Felipe VI debutó en el Palco Real, la tarde en la que El Juli demostró su magisterio

por | 16 Jun 2017 | Temporada 2017

MADRID. Corrida de la Beneficencia. Lleno de “No hay billetes”: 23.624 espectadores. Cinco toros de Victoriano del Río –el 3º con el hierro de Toros de Cortes–, bien presentados, con calidad pero sin poder ni fuerza; un sobrero de Domingo Hernández (2º bis), encastado pero sin celo alguno. Julián López “El Juli” (de granate y oro), silencio y una oreja. José María Manzanares (de azul Bilbao y oro), silencio y silencio. Alejandro Talavante (de nazareno y oro), silencio y silencio.

Desde el Palco Real, presidió el festejo por primera vez S.M. el Rey Felipe VI, a cuya llegada se interpretó el himno nacional con toda la plaza en pie; le acompañaba el ministro de Educación, Cultura y Deportes, Iñigo Méndez de Vigo, y la presidenta de la autonomía madrileña.

INCIDENCIAS: La corrida se prolongó, en tarde de muchísimo calor, por espacio de 2 horas y 25 minutos. El festejo dio comienzo con 10 minutos de retraso, como consecuencia de la mala organización del Centro de Asuntos Taurinos y de la Empresa, que no estuvieron previsores sobre la necesidad de regar bien el ruedo y, además, tuvieron la ocurrencia de colocar en el centro del ruedo un panel, que quería representar los símbolos de la comunidad autónoma, sin retirarlo a su debido tiempo.

Una faena de verdadera categoría de Julián López “El Juli”, en un tedioso festejo por la falta de poder de la corrida de Victoriano del Río. En plan 140 caracteres bien podría éste el resumen de lo que ha dado de sí la Corrida de la Beneficencia, que pese al muchísimo calor que caía sobre Madrid puso el “No hay billetes”, que hace el décimo de esta temporada.

Por si hacía falta, “El Juli” ha vuelto a demostrar en esta tarde que es la cabeza mejor amueblada de la torería actual. Luego gustarán más o menos sus formas, que cada vez son mas estéticas y más sentidas, pero no puede negarse que frente  al “Almirante" que salió en 4º lugar dio toda una lección magistral desde que lo recibió con el capote. Era desde luego una técnica muy dominada, pero también los conocimientos de cómo manejar al toro, de cómo elegir terrenos, hasta que cómo abstraerse de un ambiente enrarecido artificiosamente, para cómo construir una faena grande, de esas que a quien mas satisfacen es a su propio autor.

Pero no todo era técnica y conocimientos, cuajó un quite con el capote original y hasta arrollador y luego un par de series de sobre la mano izquierda que resultaron incontestables, como auténtico resultó el arrimón final –muy verdadero– metido entre los pitones y sin mover las zapatillas.  Llegó un momento en el que hasta la mayoría hizo callar a la minoría disidente.

Fueron los 20 minutos verdaderamente sentidos de esta Beneficencia. Las más de dos horas restantes se fueron entre retrasos por la ineptitud de los organizadores –que obligó a iniciar el paseíllo 10 minutos después de la hora señalada en el cartel anunciador– y una especie de quiero y no puedo de los toros de Victoriano del Río.

Ningún reproche que hacer a la presentación de los toros. No era demasiado parejos, pero todos cumplían los requisitos del toro de Madrid. Para la desesperación del aficionado, prácticamente todos tuvieron calidad en abundancia. Pero, ¡ay!, estaban ayunos de fuerza y de poder. Humillaban, resultaron razonablemente bravos ante el caballo, metían bien la cara en los engaños,  pero luego no resolvían la situación: se venían pronto a menos, acortaban su recorrido y se rajaban, incluso ese 4º, que inicialmente parecía tener dentro mayores bríos. Se salvó por los pelos el referido “Almirante”, pero eso fue en gran medida por la forma con la que lo entendió y lo trató “El Juli”, que todo lo hizo a favor de prolongar y centrar sus embestidas.

Con lo ya narrado se entiende que José Mª Manzanares no pudiera reeditar su triunfo en la Beneficencia de 2016. Tuvo destalles que interesaron, como su forma de llevar al caballo al que hizo 5º, con muy ordoñistas maneras, o los lances de recibo en sus dos turnos, que tuvieron profundidad. El resto, intentos reiterados, voluntad demostrada. Eso sí, en esta ocasión falló a espadas, entre otras cosas porque no hacía como es debido la reunión y acaba fuera de la suerte.

Ni con el súbitamente desinflado 3º  y menos con el inane que cerró la función, quedó camino libre para que en esta ocasión Talavante sacara a pasear su buen momento. Se fue como llegó, sin haber podido conseguir nada.

Apóyanos compartiendo este artículo:
Taurología

Taurología

Portal de actualidad, análisis y documentación sobre el Arte del Toreo. Premio de Comunicación 2011 por la Asociación Taurina Parlamentaria; el Primer Premio Blogosur 2014, al mejor portal sobre fiestas en Sevilla, y en 2016 con el VII Premio "Juan Ramón Ibarretxe. Bilbao y los Toros".

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.