Como ya se ha informado el Gobierno Foral de Navarra ha iniciado el proceso para la elaboración de un nuevo Reglamento Taurino que sustituya al vigente desde 1992. La consejera de Presidencia, Función Pública, Interior y Justicia ha convocado, a través de la Dirección general de Interior, el procedimiento de “Consulta previa” para recabar las aportaciones de la ciudadanía y de las organizaciones más representativas de este ámbito, un procedimiento que está abierto hasta el próximo días 22 de marzo.
De acuerdo con la Memoria que acompaña a esta iniciativa, el primer objetivo del proyecto de nuevo Reglamento Taurino para Navarra radica en minimizar el riesgo que conllevan estos espectáculos tanto para las personas participantes, las espectadoras y otras ajenas a ellos, que puedan sufrir daños personales o en sus bienes. Para ello, el Gobierno busca regular aspectos como la seguridad de las instalaciones y recintos, las condiciones de estancia de los espectadores, las condiciones de participación, la profesionalidad de las personas intervinientes en los espectáculos de lidia y muerte, las características de las reses y los recursos sanitarios. Además, ha expuesto, en el caso de los espectáculos taurinos populares, la regulación general debería complementarse con la elaboración y aprobación de un plan de seguridad específico.
En segundo lugar, el nuevo Reglamento deberá recoger "medidas encaminadas a preservar la sanidad y bienestar animal, ya que son espectáculos considerados de riesgo para las reses por el estrés al que son sometidas y por su paso por instalaciones sin limpieza y desinfección adecuadas".
El tercer gran objetivo se centra en regular los derechos específicos que tienen las personas que asisten como espectadoras a estos espectáculos, como pueden ser a que se desarrolle el festejo en su integridad y en la forma que haya sido anunciada, a la devolución de las cantidades pagadas en casos de modificación sustancial o suspensión, a ser admitidas en las mismas condiciones objetivas que cualquier otra persona, y a ser informadas de las vías de evacuación del recinto.
Análisis de las propuestas
Sobre este proyecto normativo, el análisis más detallado y preciso es el realizado por Fernando Hernández para “Diario de Navarra”. Y ahí, recuerda el autor que la postura que ha adoptado ahora el Gobierno foral ya se había avanzado de forma verbal en 2011, cuando Gobierno y taurinos negociaban la elaboración del nuevo reglamento, un proceso que por desacuerdos entre las partes entonces no se culminó.
Con el nuevo intento de reglamento taurino para Navarra, se pretende, entre otros elementos, que la regulación de las corridas de toros quede en manos de las empresas. La nueva legislación quiere limitarse al orden público, a la seguridad y a la sanidad animal.
Por ello, el desarrollo del espectáculo no tendrá una regulación local y específica en lo que se refiere a a cómo debe ser la lidia: los tercios en que se divide, la composición de las cuadrillas, el orden en el que deben actuar los matadores o la concesión de trofeos, por citar cuatro ejemplos.
La exposición de motivos de la iniciativa ahora en marcha se señala que “el control [de los espectáculos públicos] no debe ir referido al contenido u objeto propio de tales actividades”, sino a cuestiones como el orden público, la seguridad de las personas o la sanidad animal.
“Por plantear una analogía –escribe Domínguez–, del mismo modo que las autoridades no establecen en las leyes el reglamento de un partido de fútbol o de baloncesto, o el orden de las actuaciones en un festival de rock, no deben fijar el desarrollo de la lidia”.
Sin embargo, lo lógico –como se recuerda en el periódico navarro– es que los festejos sigan desarrollándose de la misma manera que hasta ahora, la nueva situación permitiría, llevada al extremo, que en Navarra se celebren corridas de toros en las que las banderillas se pusieran antes que las varas o que se utilizase el capote durante toda la lidia. De hecho, los espectáculos se desarrollarán “en la forma que decida la empresa organizadora, conforme a lo anunciado al público” y cumpliendo las condiciones que establece la ley.
Pero también destaca que los taurinos navarros se han visto sorprendidos por una liberalización que se produce sin el consenso del sector, que conoció la intención de aprobar un nuevo reglamento taurino al abrirse el trámite de consultas previas.
Pero la propuesta que ahora el Gobierno foral establece algunas limitaciones. Y así, en la Memoria que se acompaña a la convocatoria de la “Consulta previa, se señala que deberá regir determinadas “limitaciones al desarrollo” de la lidia. Por ejemplo, que la faena de cada res no puede durar más de veinte minutos desde que sale al ruedo hasta su entrada en los corrales. Hasta las limitaciones de tiempo se ceñía únicamente a la faena de muleta, marcando el límite, según los casos, de entre 10 y 15 minutos. También se define que solamente se pueden dar tres puyazos y colocar tres pares de banderillas, entre otros detalles relacionados con la lidia.
En contraste con el reglamento de 1992 que rige ahora en Navarra –muy similar al que rige para el resto de España, como desarrollo de la llamada Ley Corcuera-, en la nueva normativa ya no se fija pormenorizadamente en todos los detalles de la lidia. Quiere ello decir que dejará de estar regulado con precisión elementos como las puyas, las banderillas, los estoques o los petos.
Con buen criterio, llama la atención Fernando Domínguez que, de aprobarse, la normativa navarra, introduce una novedad notable en el apartado 16.1: “Los cuernos de las reses podrán estar manipulados, debiendo advertirse de tal circunstancia en el cartel anunciador del espectáculo”. Y eso es mucho más que un matiz.
La liberalización que propone el borrador de Reglamento, además, no hace ninguna referencia a las funciones del presidente de la corrida, una figura que, según la normativa vigente, se encarga de regular todo el desarrollo de la lidia, marcar el cambio de tercio y conceder los trofeos. En cambio, sí mantiene la figura del delegado de la Administración, al que se encomienda la función de controlar el cumplimiento de las normas, y que tiene la potestad de suspender el espectáculo si se incumplen.
También se desregula la composición de las cuadrillas de los toreros, lo que abre el camino, por ejemplo, a que todos los matadores de un festejo compartan banderilleros o picadores. En la actualidad, cada matador debe tener su cuadrilla.
El segundo gran bloque de medidas que propone el borrador de Reglamento está dedicado a los festejos populares, aspecto escasamente tratado en el Reglamento aún vigente. Una de las principales novedades es la creación de la figura del director técnico, que “ejercerá la dirección del espectáculo y controlará su desarrollo”, y que será nombrado por la empresa organizadora del encierro o la suelta de vacas.
Según precisa Fernando Hernández, ésta es una figura distinta de la del profesional taurino que ya exige la normativa actual, y cuyas funciones también aclara el borrador. En el caso del director técnico le atribuye la responsabilidad de la prevención y control de riesgos, o la supervisión de los vallados y cerramientos; también estará encargado de comprobar que estén presentes los medios sanitarios exigidos y el profesional taurino, y deberá controlar que no se someta a las reses a un trato cruel, funciones todas ellas que hasta ahora asumía la Policía Foral.
Además, este director técnico será el encargado de “impedir la permanencia en el recinto o el recorrido” de las personas que estén ebrias o bajo los efectos de las drogas, sin condiciones físicas para participa o cualquier otra circunstancia convierta en un peligro.
Pero, además, se regula la necesidad de un plan de seguridad, que deberá ser elaborado por ayuntamientos y concejos en el caso de que sean espectáculos en espacios públicos y por las empresas si son recintos privados. El Gobierno de Navarra deberá contar con estos planes de seguridad antes de autorizar los espectáculos.
El reglamento en elaboración prevé que se puedan establecer medidas de seguridad menos exigentes “especialmente en cuanto a las condiciones del lugar de celebración” a lo que llama “espectáculos taurinos populares tradicionales”, los que lleven celebrándose desde hace al menos veinticinco años con “determinadas peculiaridades”.
El borrador del reglamento también actualiza el importe de los seguros que tienen que suscribir los organizadores, tanto de los festejos populares como los de lidia tradicional, y que deberán cubrir 300.000 euros para atender a la responsabilidad civil por daños, 60.000 euros por muerte o invalidez para el seguro de accidentes y 6.000 euros por cada atención, en caso de asistencia médica y estancia hospitalaria.
El texto normativo termina con varios anexos. Uno de ellos regula las características técnicas de las plazas de toros, tanto permanentes como portátiles. Otro hace referencia a los recintos de los espectáculos populares y los vallados de los encierros, en un apartado que reproduce lo establecido en 2012. Se regulan también los servicios sanitarios y veterinarios, y el registro de profesionales taurinos.
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