Empieza el primer San Isidro de la nueva era, la de Casas y Nautalia, la de las producciones taurinas. El pretendido cambio ha sido muy visible en todo lo que no tiene que ver con el ruedo. Mejoras para el abonado, facilidad en la compra de localidades, promoción… Todo en el haber de Plaza 1. Las primeras consecuencias fueron las entradas en los festejos que abrían temporada y el remate, terminar con la tendencia a la baja de los abonos y comenzar con la recuperación.
Con los carteles no ha habido tanta suerte. “Son mejores –apunta Juan J. Sánchez– que los del año pasado, pero eso no tiene ningún mérito. Parece también que no hay ningún ahijado con puesto asegurado por capricho del empresario, cosa que también es de agradecer. Y es cierto que lo más destacable es que prácticamente todos los días hay algún elemento de interés, cuando no es un torero es la ganadería o son los dos. Pero siguen sin ser rematado”.
La pequeña esperanza de que volviera José Tomás se quedó en eso. Morante una sola tarde y fuera del ciclo. Ponce, Manzanares y El Juli una en el abono. Dobletes de ganaderías que tan mal han salido los últimos años…
El peso lo llevan Talavante y Roca Rey. El extremeño, en una de sus tardes, con los victorinos. El año pasado, durante su espectacular temporada, se escuchaba en muchas tertulias aquello de “si Talavante cogiera ahora aquellos seis…”. No serán seis, pero lo vamos a comprobar. Y el peruano, el cóndor como le llama Zabala de la Serna, que ya ha llenado sus tardes, viene a revalidar el triunfo del año pasado a una plaza que le va a esperar. Viene en figura y con la escoba, y eso tiene un peaje en Madrid.
Secundarios de lujo como Ureña, que mantuvo el idilio en la goyesca del dos de mayo y que buscará por fin salir por la puerta grande; Ferrera, triunfador sin discusión de Sevilla; Urdiales, siempre esperado. O David Mora, en tres tardes. Con un grupo de jóvenes que no pueden dejar de aprovechar la ocasión para hacerse un hueco. Garrido, Javier Jiménez, Ginés, Lorenzo…
En la opinión Juan J. Sánchez, “se juegan mucho en esta feria, aunque a distinto nivel, López Simón, al que Roca Rey le ha quitado su espacio, que ya no llega como novedad y por tanto será más exigido; Escribano que pasó por Madrid el año pasado con más pena que gloria y, ya sin el apoderamiento de la empresa, necesita apretar; Fandiño, con pocos cartuchos ya en la canana; o Castella, que no querrá quedarse en tierra de nadie”.
También hay una buena lista de toreros “modestos” a los que apetece mucho ver: Alberto Lamelas, Galván, Pérez Mota, Venegas y Caballero, por ejemplo.
Mención aparte merece Eduardo Dávila Miura. Tres corridas: Sevilla, Pamplona y Madrid. Miura, Miura y Miura. Eso es volver.
Entre las ganaderías destaca Victorino, por el momento en el que se encuentra, de nuevo ascendente, y por el cartel. Difícil hacer uno más “de Madrid”. Después de la novillada de principio de temporada, hay mucha expectación con La Quinta. Y mucha curiosidad por ver la corrida de Garcigrande a la que, sorpresón, no se ha apuntado El Juli.
Y como dice Juan J. Sánchez, “la sorpresa que, en Madrid por San Isidro, saltará dónde menos se la espera”.
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