El «Pobre de mi» se entona con la tristeza de una pésima corrida de Miura

por | 14 Jul 2018 | Temporada 2018

PAMPLONA. Octava y última de la feria de San Fermín. Lleno. Cinco toros de Miura, con trapío pero desigual de hechuras, faltos de poder, duros y complicados; uno de Fuente Ymbro (4ª), enorme y sin fondo. Rafael Rubio “Rafaelillo” (de celeste y oro), silencio y silencio. Rubén Pinar (de coral y oro), ovación y vuelta al ruedo tras un aviso. Pepe Moral (de grana y oro), ovación y silencio tras un aviso.

Por la mañana, en las labores de enchiqueramiento se lesionó accidentalmente el  toro “Listonero”; ocupó su lugar uno de Fuente Ymbro, un mastodonte que ya había figurado como sobrero en tardes anteriores.

 

Era el día del “Pobre de mí”. Pero la corrida de Miura no ofreció consuelo alguno para el vacío  que ahora se abre hasta los Sanfermines de 2019. Un año de espera. Pero con los de Zahariche lidiados hoy resultaba imposible encontrar aunque tan sólo fuera un hilito de esperanza para alimentar las ilusiones de la espera.

 

La largura y los pitones del 6º. 

Dentro del tipo de su Casa, el sexteto era fuerte. Todos altos, largos, con notable cuello, bien armados, casi todos con una cierta armonía, excepto el 5º, feo de hechuras hasta decir basta. El 6º, un veleto tremendamente armado; pero sus hermanos tampoco anduvieron escasos de arboladuras. Lo que la corrida no tuvo ni por asomo fue poder: los cinco se desvanecieron casi desde salida, midiendo la arena con frecuencia y quedándose sin recorrido a las primeras de cambio. Y un toro que no toma los engaños –los taurinos dicen, con razón, “que no pasa”– no hay modo de llevarlo hasta el final de una suerte; simplemente, se niega a seguir los engaños. Ni un asomo de entrega, ni menos de bondad. Nada digamos de bravura, que a estos efectos parecían sacados de siglo XIX.

 

Pero estamos en el siglo XXI y el personal llena la plaza para otra cosa, no sólo para comprobar cómo los toreros se defienden frente a arreones imprevisibles y diríase que sin sentido. Y es que esta corrida de Miura ha sido de las peores que ha lidiado en los últimos tiempos. 

 

“Rafaelillo”, siempre dispuesto, se las vio con un lote mixto –un miura, un fuenteymbro– que no daba opción alguna. Tan sólo, la de matarlos con habilidad y dentro de unos ciertos cánones. Es lo que hizo el torero de Murcia, después de haber peleado con aquellos remolinos de cabezazos y de embestidas imposibles que circulaban alrededor de su figura. Y mira que este hombre tiene oficio y experiencia en las corridas duras; pero es que la de este sábado no dejaba margen alguno.

 

El áspero que salió como 2º, con el capote parecía que iba a ser algo más. Puro espejismo. Después de que Ángel Otero dejara dos grandes pares de banderillas, ya  anunció que bajaba la persiana. Rubén Pinar lo mató muy aseadamente, Todo lo feo que era el enchiquerado como 5º, luego tuvo muy ligeros atisbos de ir hacia adelante en sus primeras embestidas al capote del torero de Albacete.  Falsa esperanza. Frente a la muleta permitía medios muletazos protestando. Con todo Pinar, que se puso en ese sitio en el que dicen que los toros embisten, hasta consiguió dejarle unos naturales con buen sentido. Lo mejor de su actuación, la entrega y el excelente oficio que sacó en todo momento, además  del espadazo con el que echó por tierra a este 2º. 

 

Con gazapeo verdaderamente agobiante, sin humillación alguna, Pepe Moral tuvo la paciencia de sobar al 3º, para al final conseguir el premio de una serie de naturales con buen pulso. Poco premio para tanto esfuerzo, porque el de Miura rebañaba siempre a mitad de sus embestidas y las florituras estaban negadas. Lo mató por arriba con muy decisión. El cabezón que cerró la tarde y la feria no tenía literalmente un pase, Ni con la inercia de la distancia, ni en  las cercanía. Para colmo se puso complicado a la hora de matar, porque no dejaba cruzar. 

Los Premios de la feria


El Jurado de la Casa de Misericordia calificador concedió por unanimidad el Premio de la Feria del Toro 2018 a la corrida más completa a la ganadería de Jandilla, lidiada el pasado 13 de julio por Juan José Padilla, Cayetano y Andrés Roca Rey.


El Trofeo Carriquiri al mejor toro de San Fermín fue otorgado, por mayoría, al toro “Cuba”, número 158 de la ganadería Puerto de San Lorenzo, que fue lidiado en 4º lugar por Paco Ureña en la corrida del día 7 de julio.

 
Apóyanos compartiendo este artículo:
Taurología

Taurología

Portal de actualidad, análisis y documentación sobre el Arte del Toreo. Premio de Comunicación 2011 por la Asociación Taurina Parlamentaria; el Primer Premio Blogosur 2014, al mejor portal sobre fiestas en Sevilla, y en 2016 con el VII Premio "Juan Ramón Ibarretxe. Bilbao y los Toros".

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *