El modelo andaluz para sus Escuelas Taurinas, una fórmula a imitar

por | 19 Mar 2016 | Reportajes

En el siglo XIX Sevilla acogió al Real Colegio de Tauromaquia, la primera escuela formal que se conoce, por mandato Fernando VII y con don Antolín de Cuellar y Beladiez, conde de la Estrella, como promotor y diseñador del nuevo centro[1]. Un siglo después, en 1963 el picador Julio Burgos y el que fuera novillero Manuel Martínez montan por su cuenta en Carmona la primera Escuela Taurina de la época contemporánea[2]. Y cuando han pasado ya 50 años de aquello, no es por casualidad que del medio centenar de Escuelas que hoy desarrollan sus enseñanzas de España, 24 de ellas se localice en Andalucía. Habrá que convenir que Andalucía, sus sustratos sociales y sus aficiones, algo tendrán que ver en este recorrido histórico.

Las motivaciones eran muy distinta en cada uno de estos casos. Y así, sabido es que Fernando VII actúa por razones de conveniencia política interna, de un cierto populismo como para neutralizar el impacto del cierre de todas las Universidades que el monarca había decretado. La Escuela de Carmona nace, pura y simplemente, de la afición y el empeño de dos profesionales, ya en su retiro. La vitalidad de las Escuelas hoy toma causa sin duda de una afición muy asentada, pero sobre todo de una gestión institucional que ha facilitado este crecimiento del número de centros.

También es cierto que en todas estas realidades influencia el contexto. Ya en la propuesta del conde de la Estrella se escribe que Sevilla es el lugar más adecuado de la localidad en lo relativo a la existencia en sus alrededores de ganaderías de bravo[3], así́ como por su clima, propicio para la práctica de una actividad que se desarrolla al aire libre.

Pero en la disposición de Fernando VII se introduce un elemento que hoy, cuando se discute acerca de la financiación de las Escuelas, tiene bastante actualidad. Como un adelantado que fue, el conde de la Estrella propuso que además de la ayuda pública, las becas, que recibirían los alumnos, como forma complementaria para sufragar los gastos “las capitales de provincia y ciudades donde haya Maestranza contribuyan con doscientos reales por cada corrida de Toros; las demás ciudades y villas con ciento sesenta, y ciento por cada corrida de Novillos que se conceda”.

Luego, como en los Anales taurinos nada hay nuevo, ayer como hoy tal medida fue contestada abiertamente; de hecho, en el siglo XIX la contestaron, entre otros, los responsables taurinos de Bilbao, e incluso la Real Maestranza de Sevilla trató de reducir el pago estipulado.  Pero, en suma, que eso de un pago en función de los festejos no es un invento del hoy hiperactivo Nacho Lloret, tiene siglo y medio de existencia.

En el caso  de la Escuela de Carmona, que tiene a gloria ser la placita donde toreó Morante su primera becerra con 11 años, retirado ya de la profesión Manuel Martínez compró una finca en Carmona y –según cuenta Alberto Mallado en el ABC sevillano– allí construyó su sueño: “junto a la Venta La Vega levantó una plaza de toros muy bien compuesta, que a su vez se convirtió en campo de sueño para quienes anhelan vestirse de luces. Allí se han fraguado toreros, han pasado muchas figuras para probarse y sobre su albero se asentó en 1963 la primera escuela taurina de España”. Una escuela ya desaparecida, pero que acumuló su historia.

El apoyo institucional es la clave

Durante 2015 en las 24 Escuelas andaluzas presentaban unos datos importantes: se formaron un total de 467 alumnos, cuentan con 124 profesores, se dispensaron el pasado año 455 clases teóricas, 6.480 clases prácticas de salón, 82 con reses y 197 en tentaderos, además de haber organizado más de 70 actividades formativas y culturales. Desde su inicio, ya han pasado cerca de 6.500 jóvenes por estas escuelas en toda la comunidad autónoma andaluza. Con tales número no puede extrañar que en el pasado año tres alumnos de las Escuelas andaluzas alcanzaran el grado de matador de Toros en la Maestranza, codeándose con las figuras.

Como ha reconocido el consejero de Justicia e Interior de la Junta de Andalucía, toda esa labor fue posible porque se cumplió una condición indispensable: el trabajo en común de todas las Administraciones, desde el Estado a los Ayuntamientos, pasando por la Comunidad autónoma, ¡pasando por la sociedad civil y los propios profesionales.  Y es que, como afirmo, "una apuesta seria por la tauromaquia debe realizarse desde la responsabilidad, el compromiso y la colaboración". Ahí radica el secreto de su éxito.

En eso y en el trabajo. A través de la plataforma común de la Asociación  Andaluza de Escuelas de Tauromaquia “Pedro Romero”, ya se ha cerrado la campaña de festejos para los alumnos en los próximos meses. Se programaron 22 festejos en otras tantas localidades de la región, que comenzaran el 10 de abril y concluirá el 2 de octubre. Buena parte de estos espectáculos son retransmitidos en directo por Canal Sur TV, con un certamen para elegir al triunfador; una apuesta televisiva que cuenta con notable audiencia.

Todo ello realizado con continuidad y el apoyo institucional. De hecho, el consejero Llera se han comprometido, como en años anteriores, a que la Junta de Andalucía seguirá apoyando a la Tauromaquia, “tal como ha venido haciendo hasta ahora, dotándola de normas y reglamentos adecuados, escuchando y atendiendo las demandas de toreros, criadores y aficionados; protegiendo y rehabilitando los cosos taurinos, y continuando la colaboración con las escuelas taurinas.”

La realidad de las Escuelas

Según datos del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, de las 52 escuelas taurinas que hay en España, nueve se crearon el año pasado 2015; ese impulso a la formación de futuros toreros fue el mayor registrado en la última década, ya que en 2010 había 42 de estos centros en todo el país y en 2013 uno más, 43.

Según las estadísticas, prácticamente la mitad de estas escuelas (24) se encuentran en Andalucía, comunidad a la que siguen Castilla-La Mancha (9), Valencia y Madrid (4 cada una de ellas). Aragón, Castilla y León y Murcia poseen 2 cada una de ellas, y hay una escuela taurina en Cantabria, otra en Cataluña y otra en Extremadura.

Como punto de contraste, en el caso de Madrid el ayuntamiento capitalino ha anulado todo tipo de ayudas a la Escuela, que era una de las más florecientes. Han tenido que salir al quite la Comunidad de Madrid y la empresa Taurodelta para reconstituir una nueva Escuela que la sustituya.

[1] José Aledón. “El Real Colegio de Tauromaquia de Sevilla”.
https://www.taurologia.com/real-colegio-tauromaquia-sevilla-811.htm
[2] Alberto Mallado. “¿Quién y dónde abrió la primera escuela taurina que hubo en España?”. ABC de Sevilla, 16 marzo 2016.
[3] Esta circunstancias sigue vigente en la actualidad. Según los datos oficiales referidos a 2015 en Andalucía están registradas 423 explotaciones ganaderas dedicadas a la cría y reproducción de reses de lidia y casi 73.000 animales, que generan un gran número de puestos de trabajo.

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Portal de actualidad, análisis y documentación sobre el Arte del Toreo. Premio de Comunicación 2011 por la Asociación Taurina Parlamentaria; el Primer Premio Blogosur 2014, al mejor portal sobre fiestas en Sevilla, y en 2016 con el VII Premio "Juan Ramón Ibarretxe. Bilbao y los Toros".

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