MADRID. Un tercio de entrada. Cinco toros de Valdefresno y uno con el hierro de Fraile Mazas (6º), bien presentados y manejables; el mejor juego lo dieron 2º, 4º y 5º. Carlos Escolar “Frascuelo”” (de violeta y oro con cabos negros) , ovación tras aviso y ovación. Fermín Spínola (de azul cielo y oro), que confirmaba, ovación tras aviso y vuelta al ruedo tras petición. Andrés Palacios (de negro y oro), silencio y silencio tras aviso.
Dentro de lo que cabe, algo de más público que en anteriores festejos pudo ver una buena corrida de Valdefresno, con la presentación que requiere Madrid y con buen estilo; muy enrazado el segundo de la tarde, con buenas condiciones el cuarto y a bueno rompió el quinto; menos buenos los otros tres. Pero en conjunto una corrida para satisfacción de su criador.
La otra sorpresa grata de la tarde se llama Fermín Spínola, que ha sido entre todos los mejicanos que han pasado este año por Madrid el que con más temple y profundidad ha toreado. Una faena muy sólida y ligada la que le hizo al quinto, que fue a más y acabó en un buen nivel. La espada cayó algo baja –no una exageración— y quizás por eso la Presidencia le negó la oreja que se había ganado en buena ley. Con bastantes menos méritos se han concedido otras en esta temporada.
Spínola había confirmado su alternativa con un toro blando al que había que mimar. Como ocurre en estos casos, los tendidos tardan en reaccionar. Pese a todo el torero se mantuvo firme, voltereta incluida, aunque su trasteo no pudiera ir a mayores.
El idilio de Madrid con “Frascuelo” se mantiene. No hace al caso hablar de faenas profundas, que no es eso lo que se espera de él. Lo que hace disfrutar al personal son sus gestos de torería, sus apuntes de arte eterno. Tuvo a su favor el mejor lote y en ambos dejó su sello. Probablemente su muy enrazado primero exigía fajarse más, pero a cual hay que pedirle lo que puede dar. Pero todo lo hizo muy toreramente, que era a lo que habían ido sus muchos partidarios. Bueno, todo no, porque en un torero tan detalloso no se entiende que llevara tan mal ajustada la taleguilla.
La cruz del sorteo fue para Andrés Palacios, al que correspondieron los dos toros mas desrazados. Pero también es cierto que el manchego no termino de apretar el acelerador, en una posición demasiado conformista para estar el ruedo de Las Ventas.
0 comentarios