«El litrazo me salió por casualidad. Nunca lo había pensando, ni entrenado. Pero una tarde de mucho viento en Cádiz, el aire me echó la muleta detrás, el toro se arrancó desde lejos, le aguanté, le saqué la muleta a tiempo y ahí nació ese pase, que en seguida se hizo muy popular y fue la prensa la que lo llamó «litrazo». Tenía que hacerlo todas las tardes. Al hacerlo, ponía al toro de lejos y yo me iba justa al tercio contrario. Claro, que la distancia la medía según las condiciones de la embestida. El cite lo hacía con la muleta a la espalda y así aguantaba toda la arrancada, hasta que lo tenía a unos tres metros, entonces sacaba la muleta».
El Litri y su litrazo

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