10 julio.-
A dos meses de que se inicie la feria, un juzgado de lo Contencioso de la Audiencia de Albacete ha estimado el recurso planteado por Taurodelta. En virtud de la sentencia, queda anulado el acuerdo del Ayuntamiento de adjudicar la plaza a la empresa Serolo. Como la decisión no es firme, y salvo que Taurodelta requiera la ejecución cautelar de la sentencia y el juez lo estime, nos encontramos con una empresa que ya no es la adjudicataria pero que tiene los carteles de la feria cerrados. Y si la sentencia no se ejecuta, al final el Ayuntamiento se verá en el trance de tener que indemnizar a Taurodelta, al menos por el lucro cesante que se le ha impedido obtener. Vaya lío. En estos casos se suele uno consolar diciendo que los tiempos de la Administración de Justicia no coinciden con los tiempos de la vida real. Pero va a ser que no: la Audiencia sabía de la trascendencia de la decisión que tuviera que adoptar y sabía cuáles son las fechas de las fiestas locales; por tanto, sabía la que se iba a organizar si su sentencia se dictaba a destiempo, como ha ocurrido. Y en medio de todo, un Ayuntamiento con sus vergüenzas al aire.
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