Dentro de los usos periodísticos de la época, la Editorial “Alas”, de Barcelona publicó en 1934 un folleto sobre Rafael El Gallo, a su vuelta de las temporadas que había hecho en América. Dentro de su trayectoria de idas y venidas, volvía a los ruedos el torero de mano a Eduardo Pagés, entonces empresario de Madrid, para reverdecer viejos laureles, apunto ya de cumplir los 52 años. Y lo hacía pensando en la tarde del Domingo de Resurrección en Sevilla, que en aquella ocasión caía en el 1 de abril, para luego continuar con la feria.
Su autor, F. Trigueros Engelmo, es un escritor y periodista prolífico, que cuenta con una producción literaria muy diversa. Sus aportaciones, que va desde libretos para espectáculos de revistas –“Las mujeres de Landrú”, entre otras– a biografía políticas, como la que dedica a Gil Robles. En el área taurina tiene, entre otras, “Litri: el toreo de las proezas” o “El mejor de los toreros: 100 cantares alusivos a la vida, arte, muerte y recuerdo de Manolete”. El trabajo dedicado a “El Gallo” figura como “reportaje de actualidad” y se incluye en una colección titulada “Los triunfadores del ruedo”. El autor le explica a Rafael la importancia de la editorial Alas, dado que “sus publicaciones son las más leídas en toda España y en la América de habla española”.
Hoy se diría que estamos ante un gran reportaje, de esos que se publican en varias entregas. Sus descripciones se caracterizan por ser muy lineales: el periodista va narrando paso a paso como se desarrolla su trabajo, pormenorizando todos los detalles, hasta que “”El Gallo” ocupaba la habitación 402 en el Hotel Nacional de la capital de España.
Se suceden las escenas de un tentadero preparatorio en Colmenar o las tertulias en el célebre Café «Lión D´Or», hasta lo que al final el autor se adorna con unas cuentas anécdotas muy gallistas. Hay una, entre candorosa y ocurrente, cuando que el aitor localiza en Logroño, cuando Rafael se deja vivo un toro y es requerido por el Presidente para que suba al palco, para amonestarlo. Oída la reprimenda el torero contesta:
—¿Y yo qué curpa tengo de que usía no sepa ser Presidente? Yo, como torero, cumplo con exceso mis contratos. Yo me he comprometido «a estoquear» dos toros. Lo he hecho con exceso. A primer bicho le he pinchado dieciesiete veces y al segundo veintiséis. ¿No he estoqueao bastante? Yo no me he comprometió a matarlos, y sí a estoquearlos y ésto he hecho. ¿No?
De muy difícil localización hoy en las librerías de viejo –donde si se pueden encontrar otras obras de este autor– , es una de las joyas bibliográficas que se incluye en la hemeroteca de la Biblioteca Digital de Castilla y León. Reproducimos en el adjunto archivo en formato PDF su texto íntegro y algunas de sus fotografías, aunque con los parámetros de hoy tienen una escasa calidad, tienen el valor de ser las que se publicaron.
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