En algún sentido, por su empeño cultural y, simultáneamente, con los argumentos más sólidos de lo taurino, me recuerdan a aquella mítica Asociación Taurina Universitaria “El Birrete”, de la Facultad de Derecho de la Complutense, con los profesores Iturmendi Morales y Serrano Carvajal, como verdadera alma mater. Sus extraordinarias y todavía recordadas Laudatio Taurinorum eran mucho más que merecidos homenajes. Eran verdaderas lecciones magistrales sobre la Tauromaquia, bien que construidas en torno a personalidades tan destacadas como Joselito El Gallo, Antonio Bienvenida, Álvaro Domecq, Eduardo Miura, Pepe Luis Vázquez, Antonio Ordoñez o Curro Romero.
Hay diferencias, desde luego, y no sólo en el tiempo. Pero, en el fondo, no es muy distinto el empeño que en sus razones últimas subyace en esas Aulas de Tauromaquia que la Fundación San Pablo-CEU, a partir de la experiencia en Madrid va ya para 14 años, tiene por los distintos centro académicos que dirige en España. Se trata, en definitiva, de trabajar desde y en la Universidad a favor de los raíces profundamente culturales que sustentan la tauromaquia.
Sus orígenes se sitúan justamente en el transito del siglo XX al XXI. Quiero ello decir que antes, mucho antes, que a nadie se le ocurriera plantearse que cuanto tiene que ver con el Arte de Toreo debía corresponder administrativamente al Departamento de Cultura y mucho menos que la Tauromaquia fuera solemnizada con rango de ley como Patrimonio Cultural de España.
En el fondo, estos empeños universitarios a favor de todo lo dice del toreo constituyeron la verdadera avanzadilla de un movimiento que llegados nuestros días han fructificado. Han servido, además, para espolear otras iniciativas, la más relevante de las cuales hunde sus raíces en el interés de la Real Maestranza de Sevilla y estrecha relación con la Universidad y cuanto en ella de desarrolla en el ámbito del estudio y la investigación, con el Aula Sánchez Mejías como referente señalado de este empeño.
Luego resulta que, no sin causar asombro, en demasiadas ocasiones estas iniciativas resultan ser las grandes olvidadas de los profesionales de la Tauromaquia, precisamente cuando en la Universidad encontramos los grandes valedores de los estudios taurinos, los que nos aportan los grandes por qué de la Tauromaquia.
Era allá por 1999…
Fue allá cuando íbamos por 1999 cuando la Fundación San Pablo-CEU dio luz verde a una iniciativa de Rafael Cabrera Bonet para crear la primera Aula de Tauromaquia, que ya en el curso 2000-2001 comenzó sus actividades. Su director tenía una idea clara: el Aula se debía centrar en las raíces culturales del arte del toreo, como uno de los elementos constitutivos de la cultura española, para desde esa óptica poder aportar a todos los contenidos taurinos las señas de identidad del trabajo y la investigación universitaria.
No se trata, pues, de celebrar coloquios o actos sociales al hilo de la actualidad taurina y en base a sus protagonistas, una misión que ya desarrollan por todo el país las numerosas peñas que hoy existen. Se trataba, y hoy continúa igual, de ser tribuna y altavoz para toda esa otra actividad, socialmente menos llamativa, que nace del análisis y del estudio de los temas básicos del toreo, para que, en un clima de libertad, se pudieran dar a conocer con el necesario nivel y rigor cultural que corresponde a un marco universitario.
El objetivo de Cabrera Bonet tan se ha cumplido que ya van para 14 años de trabajo y lo que nació ceñido a Madrid se ha multiplicado por otras ciudades. En el caso capitalino, cada curso se celebran 25 sesiones académicas, junto a otro tipo de actividades digamos que más lúdicas. Y a día de hoy sean publicado hasta 8 libros, además de numerosas conferencias de las pronunciadas en su tribuna, constituyendo un fondo editorial que hay que utilizar como punto de referencia en muchos aspectos.
Es el caso, por ejemplo, de “La legendaria ganadería Navarra de Zalduendo”, de Ramón. I Villanueva Sáenz; de “Los toros en el virreinato de Perú”, estudio de la profesora Beatriz Badorrey Martín; de “La glorificación del héroe en el cartel romántico”, de Rafael Cabrera Bonet; o de “Las tientas: laboratorio de casta y bravura”, de Tomás Romero Esteban, por citar cuatro títulos muy diversos.
El resultado del binomio afición + trabajo
Este Aula de Tauromaquia, que en su día recibió el primer premio que concedía la Asociación Taurina Parlamentaria a la difusión cultural de la Fiesta, ha llegado al día de doy gracias a ese binomio que nunca falla: afición + trabajo y gracias al empeño de Rafael Cabrera y a ese grupo de amigos siempre dispuestos a colaborar.
Cabrera Bonet, médico de profesión y especialista en Medicina Legal y Forense y en Toxicología, llegó a la afición como siempre se hizo: contagiado por sus mayores. Ya estudiante, promovió con un grupo de amigos la Asociación Juvenil Taurina Española, que ahora ha sido reeditada precisamente por un grupo de estudiantes de la propia Universidad San Pablo. Estudioso siempre los asuntos de la Fiesta, se ganó un prestigio ejerciendo la crónica taurina en la Cadena Cope. Y todo ello simultaneándolo con su pasión por la bibliografía taurina, cuya Unión de Bibliófilos hoy preside.
Pese a que tienen que desenvolverse con presupuesto 0, cuando enfila su decimocuarto curso, el Aula sigue adelante. En Madrid, esta misma semana celebrará unas jornadas para estudiar el Pentauro. Hace unos pocos días, fueron unas jornadas en su correspondiente en Castilla La Mancha. Y otras en la establecida en Valencia….
Pero fruto de esta empeño es también el curso experto en Dirección de Empresas y Actividades Taurinas que desarrolla la Escuela de Negocios-CEU en Valladolid, que merecería el apoyo de los organizadores taurinos y hasta de formar parte del propio Pentauro que ahora se comienza a poner en práctica.
Y es que, esta iniciativa de la Fundación San Pablo-CEU, como esas otras que han nacido al amparo de otros núcleos universitarios, representan el mejor antídoto para, como se escribió en estas misma páginas, cuando nos asalte ese importante número de contradicciones y los aficionados sentimos una espesa soledad. Metidos en la vorágine del día a día, a veces no alcanzamos a ver los muchos y valiosos trabajos que científicos y estudiosos realizan en torno a la Fiesta y cuanto representa, como nos recuerdan cada semana gentes como los que sostienes este Aula de Tauromaquia.
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