►►VALENCIA. Última de la Feria de Fallas. Lleno. Toros de Juan Pedro Domecq, mal presentados, nobles pero sin fondo alguno, con excepción del 3º, de mayor empuje y clase. David Fandila “El Fadi” (de azul rey y oro), silencio tras aviso y ovación. José Mª Manzanares (de rioja y oro), silencio tras aviso y ovación. Cayetano (de azul cielo y oro) dos orejas y palmas; salió por la puerta grande.
►►MADRID. Inicio de la temporada. Un tercio del aforo. Cinco toros de Gavira, de –desiguales de tipo y juego– y un sobrero (2º bis) de Torrealba –con calidad–; de entre todos, destacó por su clase el 3º. Curro Díaz (de rosa y oro), oreja, oreja y silencio. David Galván (de rioja y oro), oreja tras dos avisos; Juan Ortega (de frambuesa y oro), que confirmó alternativa, ovación con saludos y silencio.
Parte médico de David Galván: “Herida por asta de toro en tercio medio cara interna de pierna derecha, con orificio de salida por cara externa, que produce destrozos en músculos sóleo y gemelos. Distensión en inserción de aductores de MII. Es intervenido quirúrgicamente en la enfermería de la plaza de toros. Trasaladado a San Francisco de Asís con cargo a la Fraternidad. Pronóstico reservado. Firmado: Dr. García Padrós.
Hay casualidades que chocan contra la pared. Dos de los toreros con los que la Empresa de Madrid no ha contado para San Isidro, van y dando un golpe de mano. Un en Valencia, el otro en las mismísimas Ventas. Cosas del mundo del toro.
En Valencia convenció Cayetano, ante el mejor de los toros de Juan Pedro Domecq. Salió reivindicándose en la puerta de toriles y lo siguió con una faena de muleta, mu arrancado el torero, con vibración. Dejó series importantes y todo el conjunto de su labor rayó a muy buena altura. De laas mejores que se le han visto.
El resto de la tarde, toda en tono menor, como los toros. Muy voluntarioso “El Fandi” y cumplidor Manzanares. Pero nada más.
En Madrid, en cambio, hubo más contenido. También en paralelo con las condiciones de los toros. En el coso capitalino el puñetazo encima de la mesa, que fue grande, lo dio Curro Díaz, torerísimo toda la tarde, Qué a gusto se le ve, qué sabor a buen toreo. Asentado, sin dudas, tanto en el toreo fundamental como en el resto de los aditamentos que complementan una faena. Y todo muy ligado, con naturalidad y hondura. con ligazón y despaciosidad sobre la diestra y con hondura al natural. Su labor fue una mezcla de armonía, gusto y sabor. Excelente la puesta en escena, la forma de entrar y salir de la cara del toro. Hubo torería y naturalidad. Con la mano izquierda construyó naturales soberbios y una tanda citando a pies juntos resulto de excelencia.
En la tarde madrileña, además, se asistió a una actuación muy estimable, de David Galván. Con temple y con un sello propio cuajo una faena tan estimable que pese a los dos avisos que recibió, el publico reclamó y consiguió una oreja para él. Una faena, por lo demás, que transcurrió en su gran parte con el torero herido, pero que ni se miro.
Por lo demás, tuvo un digna confirmación Juan Ortega.
0 comentarios