Carlos Núñez quiso comparecer días atrás en la cadena COPE para dar a conocer las líneas maestras de la nueva Fundación del Toro de Lidia. Ha sido una de las primeras y pocas comparecencias públicas del presidente de la institución y resultan unas declaraciones interesantes, por lo que dice y por lo que tan sólo sugiere sin terminar de decirlo con toda claridad. Pero en cualquier caso, parece que se estaba adelantando a los hechos que luego se han vivido en Madrid y en Córdoba, por ejemplo.
No hay que reinterpretar en segunda derivada las palabras de Carlos Núñez, dirigidas a los taurinos, para concluir que trata de separar claramente la mala experiencia que supuso la Mesa del Toro de la iniciativa actual de la Fundación. Y hace bien, porque de los resquemores que dejó aquella iniciativa primera nacen no pocas de las reticencias que levanta la actual propuesta, por más que surja de nueva planta y sin los condicionantes anteriores.
Por eso, Núñez es tan rotundo como realista al afirmar que "el que quiera venir con nosotros tiene la puertas abiertas. (…) Y el que no confíe en nosotros, por favor, que no ponga piedras en el camino". Unas palabras con las que viene a reconocer que no todo el mundo del toro está hoy detrás de la Fundación. Para quienes sienten preocupación por el futuro de la Tauromaquia, especialmente en el confuso y complicado panorama actual, no constituye ninguna noticia positiva que ese carácter unitario y, sobre todo, altruista, no se sienta como necesidad por parte de todos. Algún día habrá que enterrar tantos circunloquios como da la gente del toro hasta que se decide a apostar por algo. No está la cosa precisamente para andarse con tantos remilgos.
Un ejemplo se acaba de vivir en Córdoba, donde los concejales socialistas –alcaldesa incluida– no han tenido empañado en unirse a IU a y a la versión local de Podemos para decidir el consistorio no realizar financiación alguna al mundo del toro. El equipo de Manuel Carmena en el Ayuntamiento de Madrid, por su parte y tras dejar a la intemperie a la Escuela Taurina, ha tomado el acuerdo de suprimir toda referencia a la Fiesta en su web turismo esmadrid.com. Como han dicho desde la Fundación del Toro, adoptar semejante decisión supone "desconocer el importante impacto turístico, económico y cultural para la ciudad que supone la plaza de Las Ventas y los festejos taurinos, un impacto cifrado en más de 60 millones de euros al año según los cálculos de ANOET".
Afortunadamente esta moneda tiene dos caras. La otra la ha protagonizado la empresa que gestiona la plaza de Castellón, que durante la próxima feria de la Magdalena va a donar a la Fundación del Toro de Lidia 0,50 euros por cada entrada vendida, para apoyar económicamente sus actuaciones a favor de la Tauromaquia.
Están llegando las cosas a tal extremo que, al final, deberemos elegir cual de estos dos caminos queremos seguir. Y en esa disyuntiva, andarnos ahora con pequeñeces no conduce a nada bueno.
La declaraciones a la COPE de Carlos Núñez
Por lo demás, en las citadas declaraciones a la Cadena Cope, Carlos Núñez afirmó entre otras cosas las siguientes:
"No ha sido nada fácil –comenzó relatando el ganadero–, pero las circunstancias se han torcido tanto que ha servido para que la gente que tiene mente abierta y ama la tauromaquia, dentro de los profesionales, hayamos dado un paso adelante. Hemos aglutinado las inquietudes y los movimientos que había encauzándolos en un proyecto que se llama Fundación del Toro de Lidia".
Núñez confirmó en El Albero que "el fin único y exclusivo es la defensa jurídica, divulgación y difusión de la Tauromaquia. Excluimos imperativamente cualquier asunto ajeno a intereses intersectoriales. Es una Fundación, y hemos aprendido de experiencias anteriores, que no es una representación institucional. Ahora, la Fundación está constituida por personas físicas de forma absolutamente voluntaria. No obligamos a nadie a que comparta este proyecto. Nadie sobra pero todo el mundo es necesario".
El patrono de la nueva Fundación explicó que "otra de las cosas que hemos aprendido es a no cantar cosas que no hemos conseguido. Hemos trabajado, buscando gente que más posibilidades tienen para integrarse y apoyar un proyecto de difícil nacencia. Casi todo el mundo de los profesionales y no profesionales, ha sido positivo con el proyecto. La respuesta ha sido muy positiva, tanto en implicación de trabajo como económica".
Carlos Núñez dio una de las claves para que el proyecto llegue a buen puerto. "Los profesionales, si somos capaces de dejar al lado nuestras problemas internos para un fin colectivo, nos es mucho más fácil entendernos".
El aficionado también tendrá un papel relevante dentro de la Fundación, ya que la nueva entidad "tiene un espíritu abierto, no sólo para el mundo relacionado con el mundo de la tauromaquia, si no también queriendo integrar a la sociedad civil taurina. La Fundación también la enfocamos a toda aquella persona que sin ser profesionales, ama la tauromaquia y puede aportar, tanto recursos económicos como intelectuales. Hay letrados, juristas, economistas, gente de empresa, de comunicación… que está trabajando con nosotros".
Núñez es junto al empresario Manuel Martínez Erice y al diestro Juan Diego, uno de los patronos de la Fundación, "encabezamos, pero no de forma definitiva, el proyecto para representar un poco a todo el mundo, y que todo el mundo tenga claro que va a ver un gran equilibro, y para que ningún problema intersectorial afecta o contamine la esperanza que tenemos de éxito del proyecto".
La Fundación ha confiado en dos empresas punteras de su sector tanto la defensa jurídica como la difusión de la tauromaquia. Para el primer asunto se ha buscado al bufete Cremades & Calvo Sotelo, y para el segundo a la empresa Llorente y Cuenca. "Somos prudentes de estar comunicando todos los días cosas que aún no se han hecho. La experiencia nos dice que anunciar proyectos que no has concluido no es aconsejable. Va a ver una comunicación de la mejor forma posible".
El ganadero gaditano reconoció que "pensar que ganaderitos, toreros y empresarios íbamos a acometer cosas impropias de nuestra capacitación, era absurdo. Un proyecto serio requería la externalización de actividades en manos de profesionales. Es un proyecto costoso por la envergadura del proyecto y la cualificación de la gente que queremos que trabaje por la Tauromaquia".
Por último, Carlos Núñez finalizó su paso por El Albero dejando este mensaje: "El que quiera venir con nosotros tiene la puertas abiertas. El mensaje es transparente y no esconde ninguna maldad. Pienso que será bueno para la propia Tauromaquia porque equilibrará a la gente del toro en aras de un bien común. Y el que no confíe en nosotros, por favor, que no ponga piedras en el camino".
Fuente:
Audio: http://www.cope.es/player/albero_120116&id=2016011217280001&activo=10
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