Diego Ventura vuelve a dejar alto el pabellón

por | 9 Jun 2013 | Temporada 2013

MADRID. Sexta y última del abono de Arte y Cultura. Tres cuartos de entrada. Toros de María Guiomar Cortés de Moura, grandes y voluminosos, con sus complicaciones. Fermín Bohórquez, silencio y silencio. Diego Ventura, una oreja y vuelta al ruedo. Joao Moura, ovación y silencio.

Una tarde más y van cuatro. La corrida de los rejoneadores ha llevado bastante más gente a la plaza que la mayoría de las convencionales. Tienen su público. Y en no pequeño número. Por eso no falta en ninguna feria. A los aficionados más estrictos, les gustará más o menos. Pero hay que reconocer, como en esta última del abono se pudo comprobar, que responde estrictamente a las reglas del toreo:  llevar a los toros templadamente para realizar las suertes con verdad.

La grandullona y voluminosa corrida portuguesa de esta tarde  tuvo sus complicaciones. Entre que no abundó la bravura y que ni por equivocación humillaban y que llegaba un momento en el que tendían a pararse, no le regalaban el triunfo a los toreros a caballo. De hecho, por eso a la hora de matar encontraron más problemas de los habituales, perdiendo triunfos mayores.

Aunque no hayan pasado más allá de 20 años, Fermín Bohórquez es el representante que queda del rejoneo a la usanza antigua; sobriedad en las suertes, montura impecable y clásica y nada de cosas complementarias, por vistosas e incluso difíciles que sean. A los amantes de esta forma de concebir el toreo a caballo, seguro que les gustó la lidia que el jerezano dio a sus dos toros. Todo por el palo de lo más clásico. Hoy eso no arrebata, acostumbrados los públicos a otra cosa. Pero tiene un valor objetivo. Se demoró con los aceros de muerte y eso dejó todo en respetuosos silencios.

Arrollador. Como siempre, Diego Ventura es en sí mismo el espectáculo. A estas alturas, no hay que descubrir la calidad y la clase que tiene para su oficio. Tantos triunfos no se los regaló nadie. En esta ocasión, se quedó en un tris de abrir la que sería su duodécima Puerta Grande en Las Ventas. Con la lidia que le dio al 5º ya la tenía abierta; el rejón de muerte la cerró. Pero ha estado tan bien como ya se le vio la tarde de las tres orejas. Como además todo lo completa con una cuadra tan vistosa como en su punto de doma, lo que hace aún reluce más.

Lo de menos es que todo se le quedara al final en una ovación con su primero; lo relevante es que Joao Moura hijo ha crecido una barbaridad como torero. Centrado, medido, con el temple en todos sus movimientos. Quizá ha sido la tarde más completa que se le ha visto en Madrid. Ha hecho un rejoneo propio de su alta escuela. Pero tampoco el portugués tuvo fácil culminar la suerte suprema. Si lo hubiera conseguido su balance final habría sido completamente diferente.

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Taurología

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Portal de actualidad, análisis y documentación sobre el Arte del Toreo. Premio de Comunicación 2011 por la Asociación Taurina Parlamentaria; el Primer Premio Blogosur 2014, al mejor portal sobre fiestas en Sevilla, y en 2016 con el VII Premio "Juan Ramón Ibarretxe. Bilbao y los Toros".

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