CIUDAD REAL. Primera de feria. Cartel de No Hay Billetes en una tarde de calor insoportable. Toros de Torrehandilla y Torreherberos, de escasa raza y fuerzas. Víctor Puerto (de grana y oro), silencio y ovación tras petición. José Tomás (de verde botella y oro) , oreja y ovación. César Jiménez (de rosa y plata), oreja con petición de la segunda y oreja
Fuera del “No hay billete”, que fue de los de verdad, y del agobiante calor, la quita sesión de tomasimismo no cambió las tornas con respectos a las anteriores. Un lleno a rebosar, una corrida desrazadísima, aunque cumplidora en cuanto a presencia, y el “tercer hombre”, en este caso Cesar Jiménez, que se alza como el mejor librado. Parece como si fuera un libreto que se ha escrito para su representación por provincias, que se repite sin cambios ni sorpresas días tras día.
Si partimos de la base de que la corrida de Torreherberos y Torrehandillano fue la más idónea, sobre todo para un torero del corte de José Tomas, de nuevo vimos a un torero fiel a sí mismo, cargar la suerte en determinados lances, no son suficientes, cuando tenía acostumbrado a sus seguidores a triunfos arrolladores y cotidianos. Ciudad Real tampoco fue la excepción. En la memoria siguen los naturales de Bayona, pero la de esta tarde ha distando bastante. De hecho, más que nada el de Galapagar transmitió intuiciones de lo que puede ser cuando adquiera la plenitud de forma, de la que aún está lejos. Muy firme y profesional, como en otras tardes, pero sin traspasar las fronteras altísimas que el mismo se había marcado.
Si la tónica tomasista ha sido una repetición de tardes anteriores, también fue una repetición que el “primero” cumple a secas y al tercer hombre lo sacan en volandas de la plaza.
En efecto, Víctor Puerto comenzó con una de mala pata, nunca mejor dicho: su primero se partió una pata al inicio de faena y tuvo que se apuntillado,. Se esforzó con el quinto, pero sin mayores alegrías. Esto de los toreros resulta siempre difícil de entender, por eso nunca se sabrá si le ha valido la pena al manchego esta urgente reaparición, a los cinco días de las dos cornadas de Málaga. Hombre, ha cubierto una fecha más en su temporada, pero poco más.
También siguiendo la norma que parece establecida, el lote más toreable le correspondió a Cesar Jiménez. Y como tiene oficio y unas renovadas ganas, no los dejó escapar. Especialmente con el tercero de la tarde, al que ligó una faena bien pensada y desarrollado con tino y en algunos momentos clase. Volvió a aprovechar al sexto, con la habilidad de no molestar para que su enemigo, con las fuerzas medidas, pudiera durar una faena al uso.
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