Dávila Miura corta la última oreja de la feria

por | 14 Jul 2016 | Temporada 2016

PAMPLONA. Octava y última de la feria de  San Fermín. Lleno. Toros de Miura, bien presentados, en el tipo de la Casa, disminuidos de fuerza y juego desigual. Rafael Rubio "Rafaelillo" (de azul cobalto y oro), saludos y vuelta al ruedo. Eduardo Dávila Miura (de marino y oro), oreja y ovación tras dos avisos. Javier Castaño (de nazareno y oro), vuelta al ruedo tras un aviso y silencio.

Y ahora a echarle mucha paciencia, que hasta que no pase nada menos un año no habrí﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽e sostenñia durante el primer tercio, pero luego en la muletaas que salieron oitras tardes.oder adquisitivo.ormacionesá más sanfermines, con lo bonitos que son. Como en las últimas ediciones, de echar el telón definitivamente se ha encargado la corrida de Miura. Y de primeras una observación: de Zahariche trajeron una corrida fuerte, con cara, con romana y con largura; pero ninguno de los toros era como esos desproporcionados armarios de dos puertas que salieron otras tardes; estaban sencillamente en su tipo, que es lo que debe ser, con los kilos que admiten su caja, sin sobrepesos añadidos.

Como corresponde una corrida miureña no fue fácil para la terna. Tuvieron bondad y nobleza 2º y 5º, mientras que los demás no daban facilidades de ninguna clase. Blandos los dos primeros, el  3º parecía que no se sostenía durante el primer tercio, pero luego en la muleta, cuando se le trataba sin brusquedades –como acertó a hacer Castaño–, tenía recorrido, aunque también exigencias. Duro el lote que le correspondió a “Rafaelillo” y áspero como la lija el que cerró la tarde y la feria.

Nadie diría que Dávila Miura lleva ya un montón de años en el retiro. Incluso ha ganado en reposo y en elegancia en su manejo de los trebejos. Supo aprovechar las buenas condiciones de su primero, al que toreó muy templadamente en series cortas, casi todas ellas sobre la mano derecha, que era el que permitía el toro. Toreo muy asentado, sin brusquedad alguna, con buen ritmo, manejando bien los tiempos y los terrenos. Dejó un espadazo arriba, ejecutado lentamente. Merecido premio de una oreja. Al 5º, el otro con posibilidades, lo toreó de nuevo con gusto y buen temple, con mucha solvencia, incluso cuando le enganchó por el chaleco: en tan comprometido trance, reaccionó con la serenidad necesaria para resolver la situación sin aspaviento alguno. Faena básicamente sobre la mano izquierda, hasta que en su fase final el animal se acordó de las tradiciones ancestrales y se puso en “miura”: orientado y sin humillar. Ponía difícil realizar la suerte de matar y, sobre todo, el uso de la espada de cruceta. Pese a los dos avisos, los aficionados lo sacaron a saludar al tercio.

“Rafaelillo” no tuvo más opción que fajarse reciamente con el que abría plaza, siempre de muy complicado viaje. Tiró del buen oficio para la lidia; resolvió sobradamente la papeleta y, además, lo mató por arriba y en buen sitio. Se volvió a pelear con el 4º, que ya desde los inicios tenía un escaso recorrido. El torero se metió con decisión y firmeza en los terrenos donde los toros cogen; el toreo al uso no era posible, pero sí el compromiso y el sacar agua de donde no la había. Meritoria labor, de nuevo culminada con otra estocada arriba. La Presidencia se resistió a conceder la oreja que se le solicitaba y se hubo de conformar con dar la vuelta al ruedo.

Cuando pareció recuperado de su flojera de manos el que hizo 3º, Javier Castaño hizo una demostración de su solvencia:  manejando bien la altura a la que debían manejarse los engaños, consiguió que el de Miura alargara sus embestidas y tuviera una duración inesperada. Gracias a su acierto pudo ofrecer series de mérito y limpieza. Muy entregado en la suerte dejó toda la espada en buen sitio. La petición del público no se atendió en el placo, paseando el torero el anillo. El que puso fin a la feria quizá resultara el más miureñamente complicado. Por eso solo cabía oficio y claridad de ideas para darle la lidia precisa que le preparara para la muerte.

Los Premios de la Feria
Victoriano del Río y “Decano” de Jandilla

Al término de esta última de feria, la Casa de Misericordia ha concedido el Tropeo de la Feria del Toro a la corrida más completa a la de Victoriano del Rio, que fue lidiada por Juan José Padilla, El Juli y López Simón, en la corrida del día 12.

Por su parte, el Premio Carriquiri al toro más completo se ha concedido a “Decano”, de la ganadería de Jandilla, lidiado por Alejandro Talavante en el festejo del 11 de julio.

Por su parte, el Club Taurino de Pamplona ha decidido otorgar los siguientes premios de la Feria del Toro 2016:
–Premio al mejor par de banderillas: Fernando Sánchez al toro “Aperador” de Miura lidiado en sexto lugar por Javier Castaño el día 14 de julio.
–Premio a la mejor estocada: Eduardo Dávila Miura por la ejecutada al toro “Arenoso” de Miura lidiado en segundo lugar el día 14 de julio.
–Premio al mayoral que presenta el toro más bravo: Ángel Pérez Trinidad por el toro de nombre “Decano” de Jandilla lidiado en quinto lugar por Alejando Talavante el día 11 de julio.
–Premio a la mejor vara: Marcial Rodríguez, de la cuadrilla de Eugenio de Mora, por su actuación ante el toro “Empleado” de Cebada Gago lidiado en primer lugar el día 8 de julio. 

 

Apóyanos compartiendo este artículo:
Taurología

Taurología

Portal de actualidad, análisis y documentación sobre el Arte del Toreo. Premio de Comunicación 2011 por la Asociación Taurina Parlamentaria; el Primer Premio Blogosur 2014, al mejor portal sobre fiestas en Sevilla, y en 2016 con el VII Premio "Juan Ramón Ibarretxe. Bilbao y los Toros".

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.