La Comisión Asesora nombrado en su día por el ministro Wert, se ha reunido este pasado lunes en una sesión de trabajo con cuatro de las principales organizaciones de aficionados: La Unión de abonados y aficionados de España, la Real Federación de Peñas, la Asociación Internacional de Tauromaquia y la Asociación de abonados de Las ventas (Abovent), dentro de lis trabajos que vienen desarrollando para elaborar el documento que luego pueda servir para el Plan de Promoción y Protección a la Tauromaquia, anunciado por el ministro.
La reunión con los responsables asociativos estuvo presidida por Juan Antonio Gómez Angulo y asistieron los vocales Santiago Martin “ El Viti”, Alvaro Martínez Novillo, Alberto Alonso, José Mª Fernández Lacasa y Enrique Múgica.
Según ha informado Mariano Aguirre, Presidente de la Real Federación de Peñas Taurinas, “a lo largo de la misma, que duró más de 2 horas, las diversas Asociaciones tuvimos la posibilidad de exponer los cambios y mejoras que creemos son necesarias para nuestra Fiesta de los Toros y se discutieron otros apartados, dentro de una gran receptividad por parte del ejecutivo”.
Aguirre ha añadido: “Tenemos que resaltar el que al final Santiago Martin “El Viti” tomó la palabra para agradecernos a todos el interés mostrado en los planteamientos y nos dio una gran alegría escucharle decir que hablaba como un “Aficionado”.
Los representantes de estas organizaciones vinieron a coincidir a la hora de realizar una la valoración negativa de la situación de la Fiesta, lastrada por el déficit de casta en el toro, de emoción en el espectáculo y de disminución de afición, junto a un entorno de declinante relevancia social, crisis económica y amenazas externas crecientes Pero los reunidos también coincidieron en que los trabajos que ahora se desarrollan constituyen una oportunidad para reconducir el camino declinante de la fiesta.
Las aportaciones de Abovent
Por otro lado, la intervención de los representantes de la Asociación de Abonados de Las Ventas se focalizó en los tres puntos, a los que luego nos volvemos a referir. Pero como ha explicado a Taurologia.com el Vicepresidente de la Asociación, José María Moreno Bermejo, como los dos primeros fueron tratados en profundidad por varios de los intervinientes, Abovent hizo especial hincapié en lo relativo a la unión de los aficionados.
“Creemos que si no reforzamos una asociación de aficionados que pueda representarnos con eficiencia, nuestras aspiraciones no llegarán a ser escuchadas nunca. Pedimos a la Comisión que nos requiera esa fortaleza, y a las otras asociaciones que recapaciten sobre la necesidad de la unión”, informó el Vicepresidente de esta Asociación.
Por otro lado, Abovent considera que hoy es viabilidad en el proyecto de que la Tauromaquia sea declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de los españoles, y posteriormente lograr que la UNESCO lo considere como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
“Tratamos otro punto importante –ha indicado– sobre la necesidad de que se cumplan las reglamentaciones existentes, y que se posibilite el cumplimiento de las sanciones de los presidentes de corridas, lo que ahora no se produce en absoluto. Las propuestas de sanciones a picadores o las resultantes de los análisis de pitones y vísceras, caen en saco roto por la diferencia de preparación de los abogados de la Unión de Picadores y banderilleros y de las asociaciones de ganaderos frente a los de la administración.
Moreno Bermejo ha señalado, asimismo, que en su opinión “las intervenciones de las diversas asociaciones de aficionados fueron muy positivas, y la recepción de los miembros de la Comisión nos pareció esperanzadora”.
Las tres proposiciones de esta Asociación, dicen así:
1.- Dado que el camino ya recorrido por los aficionados españoles declarando en sus pueblos y ciudades de Patrimonio Cultural Inmaterial a sus festejos taurinos, que ya sobrepasa el número de 500 situados en más de 25 provincias españolas, se debe instar a los mismos a que soliciten sin demora a sus CC.AA la petición al Gobierno Central para que decrete que la Tauromaquia es Patrimonio Cultural Inmaterial de los españoles, y que luego éste presente a la UNESCO la solicitud correspondiente para que la Tauromaquia sea declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
2.- Dada la dispersión de reglamentos taurinos, convendría conciliar con los responsables de los festejos taurinos en las CC.AA, un reglamento base nacional; sólo alguna especificidad relativa a salidas por la puerta grande, y poco más, debería quedar fuera del mismo.
3.- La atomización de asociaciones de aficionados debería ser refundida con la ayuda de esa Comisión de Trabajo para la Tauromaquia, para lograr un ente único y fuerte que acompañe al Ministerio en sus decisiones con sus consejos y aspiraciones.
Documento de la Unión de Abonados
En este sentido, el presidente de la Unión de Abonados de España, José Luis Moreno-Manzanaro, explica que “la atribución de las competencias taurinas del Estado al Ministerio de Educación, Cultura y Deporte ofrece la oportunidad de poner fin al abandono de la Fiesta por los poderes públicos sufrido en los últimos veinte años y de abrir una etapa de compromiso del Estado con el presente y el futuro de la tauromaquia en España”.
“”El vacío institucional precedente –añadió– propició un desgobierno del mundo taurino en el que la rentabilidad a corto plazo de los concesionarios de las plazas, los intereses de empresarios y apoderados, y la seguridad de la carrera de los profesionales, han podido condicionar sin contrapeso alguno la evolución de la Fiesta”.
Por ello, en un documento elaborado por la Unión de Abonados, a cuyo texto íntegro ha tenido acceso Taurologia.com y del que hizo entrega a los comisionados, se hace especial hincapié en la necesidad de revertir la situación actual: “La situación actual de la tauromaquia presenta una deriva hacia un espectáculo desprovisto de la emoción incomparable que provoca la superación mediante el valor, la técnica y el arte del peligro de un animal que amenaza la vida de un hombre en una plaza de toros”.
Y más adelante se señala: “Al minimizarse la sensación de riesgo se prioriza la búsqueda de una belleza que a la postre deviene artificiosa y desemboca en un espectáculo destinado a un público ocasional, poco entendido, ávido de trofeos, que provoca la desafección del aficionado e hipoteca el futuro de la Fiesta. El toro bravo actual, con menor poder ofensivo y mayor previsiblidad y docilidad de conducta, ha disminuido su dimensión de luchador encastado y se ha visto transformado de oponente al hombre que le va a matar en “colaborador” de su obra artística”.
Pero en ese documento también se puede leer: “El ganadero, siervo forzoso de una demanda acaparada por los poderes fácticos taurinos; el aficionado, desmoralizado y condenado a la irrelevancia; y la Administración Pública, indiferente al futuro de la de la Fiesta, han contribuido o consentido un proceso de decadencia que urge revertir”.
La Unión de Abonos también concede un especial importancia a la actual realidad social que rodea a la Fiesta: “La sociedad española, ayuna de experiencia taurina en las nuevas generaciones urbanas –que cuentan con una oferta de ocio y cultura inimaginables hasta hace poco tiempo– muestra creciente indiferencia hacia un espectáculo al que ve declinar su influencia social, crecer su marginalidad, cuando no la hostilidad de ciertos sectores políticamente activos que colocan en el mismo plano valorativo al hombre y al animal y desconocen la rica complejidad de las relaciones entre las razas animales y el hombre”.
La Tauromaquia como bien cultural
En este contexto general, considera la Unión abonados que “la reciente consideración prioritaria de la tauromaquia como manifestación artística, y como bien integrante de nuestro patrimonio histórico, demanda que el Estado no permanezca indiferente ante las amenazas externas que intentan ponen en peligro su supervivencia y las internas que en la senda de la fácil rentabilidad consienten en transformarla en una manifestación trivial del mundo del espectáculo.
Porque perteneciendo al mundo del espectáculo y siendo una actividad artística es también un bien superior de nuestro tesoro cultural y como tal Bien Cultural requiere una protección pública de sus valores esenciales como sucede con los demás componentes del patrimonio histórico-artístico”.
En el análisis de esta realidad artística y cultural, el documento explica: “Un escritor con su pluma, un pintor con su pincel, un músico con su pentagrama, un empresario con su espectáculo son completamente libres de realizar su proyecto. Sin embargo, el toreo como duelo entre un hombre y una animal, legitimado por su pertenencia al patrimonio de nuestra cultura popular, está sometido a una reglas en defensa de la integridad del toro y de la pureza del enfrentamiento dentro de las cuales necesariamente ha de desenvolverse la creación artística del torero, con la impronta de expresión personal y de renovación estilística de que sea capaz el diestro.
De la misma forma que un monumento, una tesoro arqueológico o un objeto artístico no están a la libre disposición de cualquiera, la tauromaquia en cuanto bien cultural no puede ser una actividad empresarial sometida exclusivamente a las leyes del mercado del espectáculo, y menos en el mundo actual en el que la muerte de un animal en el ruedo sólo puede justificarse mediante la invocación de los valores superiores de la Cultura legitimados por las esferas públicas”.
Propuestas de actuaciones
En consecuencia este planteamiento de fondo, se realizan una serie de propuestas que pueden integrarse en un Plan de Actuaciones como el que ahora quiere elaborar el Gobierno.
En concreto, las propuestas planteadas a la Comisión asesora por la Unión de Abonados de España son las siguientes:
1. El Ministerio de Educación, Cultura y Deporte debe disponer, junto a la política educativa y a la política deportiva, de una POLÍTICA CULTURAL COMPRENSIVA DEL MUNDO TAURINO, CON UNA VISIÓN Y UN TRATAMIENTO SISTEMÁTICO DE SU COMPLEJA PROBLEMÁTICA. Del mismo modo que se diseñan políticas y programas para el Cine, la Música y las Artes Escénicas debe dotarse de una política taurina con objetivos explícitos y programas coherentes con el orden de prioridades y las previsiones temporales de implementación.
2. Para poder elaborar y ejecutar la política taurina el departamento ha de contar de inicio con un Centro, Unidad o Servicio que tenga asignada la responsabilidad de su gestión con los medios adecuados.
Por ello , resulta un requerimiento urgente superar la actual imprevisión en la estructura orgánica del Ministerio en cuyo Real Decreto de organización no aparecen reflejadas las funciones esenciales a cumplir ni un órgano encargado de las mismas.
3. Resulta capital no confundir el traspaso de las competencias taurinas ejercidas y recibidas del Ministerio del Interior –completamente residuales dado su abandono efectivo del sector– con las funciones a cumplir por el nuevo Ministerio en el que la consideración de la naturaleza cultural de la Fiesta abre un nuevo horizonte para un tratamiento global y regenerador.
4. Resulta esencial en la actual situación heredada deslindar las competencias taurinas con las Comunidades Autónomas para que el Estado pueda asumir las obligaciones que le corresponden de servicio a los intereses generales de la Fiesta, dado que ésta no es una manifestación cultural local o regional sino primordialmente española, y como tal corresponde al Estado garantizar la protección y pervivencia de sus rasgos comunes.
A este respecto, hay que tener en cuenta que : 1º) Como tiene declarado el Tribunal Constitucional “el sector cultural es campo donde cabe hablar más de concurrencia que de exclusividad competencial” y 2º) Las competencias de los toros en cuanto espectáculos, esto es la llamada policía administrativa de espectáculos, fueron transferidas a las Comunidades Autónomas en los años 90.
En consecuencia, el Ministerio debe asumir la atribución y la potestad de dictar el derecho necesario en materia de ordenación básica de la fiesta en garantía de la preservación de su identidad como patrimonio cultural de los españoles, regulando aquellos aspectos que requieran un tratamiento que desborde el interés autonómico como las normas que rigen el desarrollo de los tercios de la lidia, especialmente el de varas, las características de las reses, la presidencia de los festejos, los reconocimientos y el sistema sancionador.
Por ello,a medio plazo resulta ineludible la promulgación de una Ley Taurina que sustituya a la autoderogada Ley de 1991, vacía de contenido por efecto de su Disposición Adicional, y que formalmente podrá consistir en una Ley de Coordinación de las Competencias Taurinas del Estado y las Comunidades Autónomas en materia taurina.
5º. El Ministerio a través de una renovada, quizás mediante Real decreto, Comisión Consultiva de Asuntos Taurinos, deberá preparar los estudios e informes – preferiblemente en forma de Libro Blanco sobre la situación y prospectiva de la Fiesta – que permitan preparar el anteproyecto de Ley Taurina. La Creación de la presente Comisión de Expertos constituye el primer paso dado en esa línea.
6º. Ya en las circunstancias actuales, corresponde también al Ministerio abordar responsabilizándose de los problemas generales del mundo del toro, resolviendo las disfunciones creadas por la actual fragmentación de competencias territoriales, y su ubicación en departamentos ajenos al sector cultural, ganando de facto una mayor capacidad de actuación conjunta a través de la cooperación de las CCAA en los consejos sectoriales.
7º. A más largo plazo, cuando la situación general del país lo permita, la política taurina habría de tender a la conversión de los servicios taurinos del Ministerio en una Autoridad Taurina Común que a través de una organización ad hoc o de una red institucional responda de la situación y dote de credibilidad y transparencia al conjunto de la fiesta de los toros, ejerza de observatorio de su integridad, controle en última instancia la aplicación del régimen sancionador, dirija la persecución y sanción del fraude, y funcione como centro de interlocución de los problemas sectoriales, profesionales, empresariales y promocionales de los toros a escala nacional.
La estructura organizativa podría seguir, a escala más reducida, el modelo del Consejo Superior de Deportes, con asociaciones federadas de configuración legal, u otro más parecido a las Comisiones Nacionales reguladoras de la competencia o de sectores estratégicos.
Esta Autoridad Taurina relevaría a la Comisión Nacional Consultiva de Asuntos Taurinos, convirtiéndose ya en un órgano de gobierno sectorial con una composición parecida a las entidades citadas, es decir, una presidencia, un consejo directivo, un consejo consultivo, un comité de vigilancia de la integridad de la fiesta y una secretaría general.
8º. El mayor obstáculo a superar para la consolidación de una organización corporativa en el sector taurino ha sido, y creemos que seguirá siendo, los contrapuestos intereses y enfoques de las partes en él implicadas, a lo que se añade la obsolescencia de sus prácticas de actuación y una tradición lastrada por un individualismo ancestral.
Por ello entendemos que sólo una iniciativa pública puede dotar de impulso a la vertebración del sector, organizando los cauces de participación de sus varios componentes y resolviendo las contradicciones sobre la base del servicio a los intereses generales de la Fiesta y la defensa de sus valores esenciales.
En la estructura institucional de gobierno de la Fiesta pensamos que la representación de los aficionados deberá ocupar un papel central pues su razón de ser estriba en servir al bien general de la Fiesta, situado en un plano superior al de los intereses profesionales y gremiales que, aunque legítimos, no alcanzan la altura de miras suficiente para determinar la política taurina que la Fiesta demanda y la sociedad española precisa.
Otras reuniones
A ultimo hora de la noche de este martes, el Ministerio difundió una nota de prensa dando cuenta de esta reunión con los representantes de los aficionados y dando cuenta que en los últimos días también se ha reunido con la Asociación Nacional de Presidentes de plazas de toros de España, el Consejo General de Colegios Veterinarios de España, la Sociedad Española de Cirugía Taurina y la Federación Internacional de Escuelas de Tauromaquia.
“El objeto de estos contactos – explica el Ministerio– con la práctica totalidad de los sectores profesionales del mundo del toro, así como los aficionados y abonados, es conocer de forma directa las preocupaciones y propuestas que estos sectores pueden manifestar y vienen a complementar los mantenidos a lo largo del pasado mes de octubre con la Comisión Permanente de la Mesa del Toro, la Unión de Toreros, la Asociación Nacional de Organizadores de Espectáculos Taurinos (ANOET) y las cinco asociaciones de ganaderos más representativas. En todas las reuniones, que continúan ofreciendo aportaciones de gran interés, la Comisión de Trabajo ha apreciado una gran receptividad a la convocatoria y una excelente disposición de los asistentes”.
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