Cuatro organizaciones de aficionados presentan a la Comisión Wert sus criterios sobre la Fiesta

por | 21 Nov 2012 | Cartel de ferias 2011

La Comisión Asesora nombrado en su día por el ministro Wert,  se ha reunido este pasado lunes en una sesión de trabajo con cuatro de las principales organizaciones de aficionados: La Unión de abonados y aficionados de España, la Real Federación de Peñas, la Asociación Internacional de Tauromaquia y la Asociación de abonados de Las ventas (Abovent), dentro de lis trabajos que vienen desarrollando para elaborar el documento que luego pueda servir para el Plan de Promoción y  Protección a la Tauromaquia, anunciado por el ministro.
 
La reunión  con los responsables asociativos estuvo presidida por Juan Antonio Gómez Angulo y asistieron los vocales Santiago Martin “ El Viti”, Alvaro Martínez Novillo, Alberto Alonso, José Mª Fernández Lacasa y Enrique Múgica.
 
Según ha informado Mariano Aguirre, Presidente de la Real Federación de Peñas Taurinas, “a lo largo de la misma, que duró más de 2 horas, las diversas Asociaciones tuvimos la posibilidad de exponer los cambios y mejoras que creemos son necesarias para nuestra Fiesta de los Toros y se discutieron otros apartados, dentro de una gran receptividad por parte del ejecutivo”.

Aguirre ha añadido: “Tenemos que resaltar el que al final Santiago Martin “El Viti” tomó la palabra para agradecernos a todos el interés mostrado en los planteamientos y nos dio una gran alegría escucharle decir que hablaba como  un  “Aficionado”.
 
Los representantes de estas organizaciones vinieron a coincidir a la hora de realizar una la valoración negativa de la  situación de la  Fiesta, lastrada por el déficit de casta en el toro, de emoción en el espectáculo y de disminución de  afición, junto a un entorno  de   declinante relevancia social, crisis económica  y amenazas externas crecientes Pero los reunidos también coincidieron en que los trabajos que ahora se desarrollan constituyen una  oportunidad  para  reconducir el camino declinante de la  fiesta.
 
Las aportaciones de Abovent

Por otro lado,  la intervención de los representantes de la Asociación de Abonados de Las Ventas se focalizó en los tres puntos, a los que luego nos volvemos a referir.  Pero como ha explicado a Taurologia.com  el Vicepresidente de la Asociación, José María Moreno Bermejo, como los dos primeros fueron tratados en profundidad por varios de los intervinientes,  Abovent hizo especial hincapié en lo relativo a la unión de los aficionados. 
 
“Creemos que si no reforzamos una asociación de aficionados que pueda representarnos con eficiencia, nuestras aspiraciones no llegarán a ser escuchadas nunca. Pedimos a la Comisión que nos requiera esa fortaleza, y a las otras asociaciones que recapaciten sobre la necesidad de la unión”, informó el Vicepresidente de esta Asociación.
 
Por otro lado, Abovent considera que hoy es viabilidad en el proyecto de que la Tauromaquia sea declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de los españoles, y posteriormente lograr que la UNESCO lo considere como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
 
“Tratamos otro punto importante –ha indicado– sobre la necesidad de que se cumplan las reglamentaciones existentes, y que se posibilite el cumplimiento de las sanciones de los presidentes de corridas, lo que ahora no se produce en absoluto. Las propuestas de sanciones a picadores o las resultantes de los análisis de pitones y vísceras, caen en saco roto por la diferencia de preparación de los abogados de la Unión de Picadores y banderilleros y de las asociaciones de ganaderos frente a los de la administración.

Moreno Bermejo ha señalado, asimismo, que  en su opinión “las intervenciones de las diversas asociaciones de aficionados fueron muy positivas, y la recepción de los miembros de la Comisión nos pareció esperanzadora”.

Las tres proposiciones de esta Asociación, dicen así:
 
1.- Dado que el camino ya recorrido por los aficionados españoles declarando en sus pueblos y ciudades de Patrimonio Cultural Inmaterial a sus festejos taurinos, que ya sobrepasa el número de 500 situados en más de 25 provincias españolas, se debe instar a los mismos a que soliciten sin demora a sus CC.AA la petición al Gobierno Central para que decrete que la Tauromaquia es Patrimonio Cultural Inmaterial de los españoles, y que luego éste presente a la UNESCO la solicitud correspondiente para que la Tauromaquia sea declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
 
2.- Dada la dispersión de reglamentos taurinos, convendría conciliar con los responsables de los festejos taurinos en las CC.AA, un reglamento base nacional; sólo alguna especificidad relativa a salidas por la puerta grande, y poco más, debería quedar fuera del mismo.
 
3.- La atomización de asociaciones de aficionados debería ser refundida con la ayuda de esa Comisión de Trabajo para la Tauromaquia, para lograr un ente único y fuerte que acompañe al Ministerio en sus decisiones con sus consejos y aspiraciones.
 
Documento de la Unión de Abonados

En este sentido, el presidente de la Unión de Abonados de España, José Luis Moreno-Manzanaro, explica que “la atribución de las competencias taurinas del Estado al Ministerio de Educación, Cultura y Deporte ofrece la oportunidad de poner fin al abandono de la Fiesta por  los poderes públicos sufrido  en los  últimos veinte años y  de  abrir  una etapa de   compromiso del Estado con el presente y el futuro  de la tauromaquia en  España”. 
 
“”El  vacío institucional precedente –añadió– propició    un desgobierno   del mundo taurino   en el  que  la rentabilidad a corto plazo de los concesionarios de las plazas, los intereses  de empresarios y apoderados, y la  seguridad de la  carrera   de los  profesionales,  han podido  condicionar   sin  contrapeso alguno   la evolución de la Fiesta”.

Por ello, en un documento elaborado por la Unión de Abonados, a cuyo texto íntegro ha tenido acceso Taurologia.com y del que hizo entrega a los comisionados, se hace especial hincapié en la necesidad de revertir  la situación  actual: “La situación actual de la tauromaquia  presenta  una    deriva hacia un espectáculo  desprovisto de la emoción incomparable  que  provoca   la superación mediante  el valor, la técnica y el arte del peligro de un animal  que amenaza   la vida de un hombre en  una plaza de toros”.

Y más adelante se señala: “Al minimizarse la sensación de riesgo  se prioriza la búsqueda de una belleza que a la postre deviene artificiosa y desemboca en  un espectáculo destinado a un público ocasional, poco entendido, ávido de trofeos,  que provoca la desafección del aficionado e hipoteca  el futuro de la Fiesta. El toro bravo actual,   con menor poder ofensivo  y  mayor previsiblidad y  docilidad de  conducta,  ha disminuido  su dimensión de luchador  encastado  y  se ha visto  transformado  de oponente al hombre que le va a matar  en  “colaborador”   de su obra  artística”.
 
Pero en ese documento también se puede leer: “El ganadero, siervo forzoso  de una demanda  acaparada por los poderes  fácticos  taurinos; el aficionado,  desmoralizado y condenado a la irrelevancia;   y la Administración Pública, indiferente al futuro de la de la Fiesta,   han  contribuido o consentido   un proceso de decadencia   que urge revertir”.

La Unión  de Abonos también concede un especial importancia a la actual realidad social que rodea a la Fiesta: “La sociedad española, ayuna de  experiencia  taurina   en  las  nuevas generaciones urbanas  –que cuentan con  una oferta de ocio  y cultura inimaginables hasta hace poco tiempo–   muestra  creciente   indiferencia hacia  un espectáculo al   que ve declinar su influencia social, crecer  su marginalidad,  cuando no la hostilidad de ciertos sectores políticamente activos    que colocan  en el mismo plano valorativo al hombre y al animal  y desconocen  la  rica complejidad  de las relaciones entre las   razas animales y el hombre”.

La Tauromaquia como bien cultural

En este contexto general, considera la Unión abonados que “la reciente  consideración prioritaria   de la tauromaquia como manifestación artística, y como  bien  integrante  de nuestro patrimonio histórico,  demanda que el Estado no  permanezca  indiferente ante las amenazas  externas que intentan  ponen en peligro su  supervivencia y las internas que  en la senda de la fácil rentabilidad   consienten  en transformarla  en una manifestación trivial del mundo del espectáculo. 

Porque  perteneciendo al mundo del espectáculo y siendo una actividad artística es también un bien superior de nuestro tesoro cultural y  como tal  Bien Cultural  requiere una protección  pública de sus valores esenciales como sucede con los demás componentes del patrimonio histórico-artístico”.

En el análisis de esta realidad artística y cultural, el documento explica: “Un escritor con su pluma, un pintor con su pincel, un músico con su pentagrama, un empresario  con su  espectáculo  son completamente  libres de realizar su proyecto. Sin embargo, el toreo  como duelo  entre un hombre y una animal, legitimado  por su pertenencia  al patrimonio de nuestra cultura popular,  está sometido a una reglas en defensa de la integridad del toro y de la pureza del enfrentamiento  dentro de  las cuales necesariamente ha de desenvolverse    la creación artística del torero, con la impronta  de expresión personal y de renovación estilística de que sea capaz el diestro.

De la misma forma que un monumento, una tesoro arqueológico o un objeto artístico no están a la libre disposición de  cualquiera, la tauromaquia en cuanto bien cultural no puede ser una actividad empresarial   sometida exclusivamente  a las leyes del mercado del espectáculo, y menos en el mundo actual en el que la muerte de un animal en el ruedo  sólo   puede justificarse mediante la invocación de los    valores superiores de la Cultura  legitimados por las esferas públicas”.

Propuestas de actuaciones

En consecuencia este planteamiento de fondo, se realizan una serie de propuestas que pueden integrarse en un Plan de Actuaciones como el que ahora quiere elaborar el Gobierno.
 
En concreto, las propuestas planteadas a la Comisión asesora por la Unión de Abonados de España son las siguientes:
 
1. El Ministerio  de Educación, Cultura y  Deporte debe disponer,  junto a  la política educativa y a la  política deportiva, de  una POLÍTICA CULTURAL  COMPRENSIVA DEL MUNDO TAURINO, CON UNA VISIÓN Y UN TRATAMIENTO SISTEMÁTICO DE SU COMPLEJA PROBLEMÁTICA. Del mismo modo que  se diseñan  políticas y  programas para el Cine, la Música y las Artes Escénicas debe  dotarse de  una política taurina  con objetivos  explícitos y programas  coherentes con  el  orden de prioridades y las  previsiones temporales de  implementación.
 
2. Para poder  elaborar  y ejecutar  la política taurina  el  departamento  ha de  contar de inicio con un  Centro, Unidad o Servicio  que tenga  asignada la responsabilidad de su   gestión con los medios adecuados.   
 
Por ello , resulta un requerimiento urgente superar la actual  imprevisión  en la estructura orgánica del Ministerio en cuyo  Real  Decreto  de organización  no aparecen  reflejadas las funciones esenciales a cumplir ni un órgano encargado de las mismas.
 
3.  Resulta capital no confundir el traspaso de las competencias taurinas ejercidas y recibidas del  Ministerio del Interior –completamente residuales dado su  abandono efectivo del sector–  con las funciones a cumplir  por el nuevo Ministerio en el que la consideración de la naturaleza cultural de la Fiesta abre  un  nuevo  horizonte  para un tratamiento global   y regenerador. 
 
4.  Resulta   esencial  en la  actual  situación heredada    deslindar   las competencias taurinas   con las Comunidades Autónomas para que el Estado  pueda asumir las obligaciones que le corresponden  de servicio a los intereses generales de la Fiesta, dado  que ésta  no es   una manifestación cultural  local o regional  sino primordialmente  española,  y como tal   corresponde al Estado garantizar  la protección y pervivencia de sus rasgos comunes.
 
 A este respecto, hay que tener  en cuenta   que : 1º) Como tiene  declarado  el Tribunal Constitucional “el sector cultural es campo  donde cabe hablar más de concurrencia que de exclusividad competencial”  y  2º) Las competencias  de los toros en cuanto espectáculos, esto es la llamada  policía administrativa de espectáculos,  fueron transferidas a las Comunidades Autónomas en los años 90.
 
En consecuencia, el Ministerio debe  asumir  la atribución y la potestad de dictar el derecho necesario en materia de ordenación básica de la fiesta en garantía de la preservación de su identidad  como patrimonio cultural de los españoles, regulando aquellos aspectos que requieran un tratamiento  que desborde el interés autonómico como las normas   que rigen el desarrollo de los tercios de la lidia, especialmente el de varas,  las características de las reses,  la presidencia  de los festejos, los reconocimientos y  el  sistema  sancionador.
 
Por ello,a medio plazo resulta ineludible la promulgación de una Ley Taurina que sustituya a la autoderogada  Ley de 1991, vacía de contenido por efecto de su Disposición Adicional, y que  formalmente podrá consistir en  una Ley de Coordinación de las Competencias Taurinas  del Estado y las Comunidades Autónomas en materia taurina. 
 
 5º. El Ministerio  a través de una renovada,  quizás mediante  Real decreto,   Comisión Consultiva de Asuntos Taurinos,  deberá preparar los estudios e  informes –  preferiblemente   en forma de  Libro Blanco sobre la situación y prospectiva   de la Fiesta –  que permitan preparar  el anteproyecto de Ley Taurina. La Creación de la  presente Comisión de Expertos  constituye el primer paso dado en esa línea. 
 
6º.  Ya en las circunstancias actuales,  corresponde también al  Ministerio abordar  responsabilizándose de los problemas generales del mundo del toro, resolviendo las disfunciones creadas por la actual fragmentación de competencias  territoriales,  y su ubicación en departamentos ajenos al sector cultural, ganando de facto una mayor capacidad de actuación conjunta a través de la cooperación de las CCAA en los consejos sectoriales. 
 
7º. A  más largo plazo, cuando la situación general del país lo permita,  la política taurina habría  de tender  a   la conversión  de los servicios taurinos del Ministerio  en una   Autoridad Taurina Común  que a través de una organización  ad hoc o de una  red   institucional  responda  de la situación   y dote de credibilidad y transparencia al conjunto de la fiesta de los toros, ejerza de observatorio de su integridad, controle en última instancia la aplicación del régimen sancionador, dirija la persecución y sanción del fraude, y funcione como  centro de interlocución de los problemas sectoriales, profesionales, empresariales y promocionales  de los toros a escala nacional.
 
La estructura organizativa podría seguir, a escala más reducida,  el modelo del  Consejo Superior de Deportes, con asociaciones federadas de configuración legal, u otro más parecido a las Comisiones Nacionales reguladoras de la competencia o de sectores estratégicos.
 
Esta Autoridad Taurina  relevaría  a la Comisión Nacional Consultiva de Asuntos Taurinos, convirtiéndose  ya en un órgano de gobierno sectorial con una composición parecida a las entidades citadas, es  decir, una presidencia, un consejo directivo, un consejo consultivo, un comité de vigilancia de la integridad de la fiesta y una secretaría general.    
 
8º. El mayor obstáculo a superar para la consolidación de una organización corporativa  en el sector taurino ha sido, y creemos que seguirá siendo, los contrapuestos  intereses y enfoques de las partes en él  implicadas,  a lo  que  se añade la obsolescencia  de sus  prácticas de actuación y una  tradición  lastrada por un  individualismo  ancestral. 
 
Por ello entendemos que sólo una iniciativa pública puede dotar de impulso a la vertebración del sector, organizando  los cauces de participación de sus varios componentes  y resolviendo las contradicciones  sobre la base del  servicio a los intereses  generales de la Fiesta    y   la defensa de sus valores esenciales. 
 
En  la estructura  institucional de gobierno de la Fiesta  pensamos que   la representación de los aficionados deberá ocupar un papel central  pues su razón de ser  estriba en servir al  bien general  de la Fiesta,  situado en un plano superior al de los   intereses profesionales y gremiales que, aunque legítimos, no alcanzan la altura de miras suficiente para determinar la política taurina que la Fiesta  demanda y la sociedad española precisa.      
 
Otras reuniones 

A ultimo hora de la noche de este martes, el Ministerio difundió una nota de prensa dando cuenta de esta reunión con los representantes de los aficionados y dando cuenta que en los últimos días también se ha reunido con  la Asociación Nacional de Presidentes de plazas de toros de España, el Consejo General de Colegios Veterinarios de España, la Sociedad Española de Cirugía Taurina y la Federación Internacional de Escuelas de Tauromaquia.
 
“El objeto de estos contactos – explica el Ministerio– con la práctica totalidad de los sectores profesionales del mundo del toro, así como los aficionados y abonados, es conocer de forma directa las preocupaciones y propuestas que estos sectores pueden manifestar y vienen a complementar los mantenidos a lo largo del pasado mes de octubre con la Comisión Permanente de la Mesa del Toro, la Unión de Toreros, la Asociación Nacional de Organizadores de Espectáculos Taurinos (ANOET) y las cinco asociaciones de ganaderos más representativas. En todas las reuniones, que continúan ofreciendo aportaciones de gran interés, la Comisión de Trabajo ha apreciado una gran receptividad a la convocatoria y una excelente disposición de los asistentes”. 
 
 
 
Apóyanos compartiendo este artículo:
Taurología

Taurología

Portal de actualidad, análisis y documentación sobre el Arte del Toreo. Premio de Comunicación 2011 por la Asociación Taurina Parlamentaria; el Primer Premio Blogosur 2014, al mejor portal sobre fiestas en Sevilla, y en 2016 con el VII Premio "Juan Ramón Ibarretxe. Bilbao y los Toros".

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *