Cuatro notas para un sereno debate sobre el caso de San Sebastián y los toros

por | 21 Ago 2012 | Informes

Una vez que el alcalde de San Sebastián y su grupo municipal han tomado la decisión de cerrar las puertas del complejo de Illumbe a la fiesta de los toros, puede ser oportuno desarrollar un debate sereno sobre el tema. Hay que reconocer que puede no ser lo más oportuno buscar un cierto punto de demagogia sobre el tema, a la que tanto se presta el propio laberinto vasco.

Bajo nuestro personal punto de vista, para ese debate –insisto, sereno– pueden servir, en una modesta medida, notas como las que siguen, escritas desde lo taurino, no desde lo ideológico o lo político.

Pero así para empezar, no resulta marginal recordar que, bajo nuestro criterio, bien se haría en seguir en este tema las ideas que ha venido exponiendo Pablo Chopera, que es un buen conocedor de esta realidad: de su boca han salido las palabras más sensatas y prudentes –también las más ajustadas a la realidad concreta de la capital donostiarra– que se han dicho en las últimas semanas. Hasta tal punto, que sería muy oportuno que el mundo taurino, antes de lanzarse en tromba, oiga y tenga en cuenta los criterios de este empresario vasco.

1.Una constatación: No es el caso catalán

Sentado lo anterior, hay que insistir que no estamos ante una repetición del caso de Cataluña, sino que hay diferencias sustanciales en ambas situaciones. El propio presidente del PNV ha  distinguido expresamente el caso de San Sebastián del debate catalán. Y así, ha dicho en estos días que el caso donostiarra no guarda relación con “una cuestión ideológica del sentimiento de pertenencia a una nación", y que por tanto el debate no debiera llevarse a “una contraposición ideológica, con sentimientos de nacionalismo o no nacionalismo". Como se puede ver, nada tiene que ver un discurso como el del Presidente del PNV con el debate ideológico que se produjo en Cataluña.

Puede buscarse por las hemerotecas los testimonios que se quieran, pero siempre se concluirá que el debate antitaurino no nace en el caso vasco por razones ideológicas, ni por la pretendida antinomia nacionalismo-no nacionalismo. En realidad, tal debate nace y se desarrolla bajo los mismos criterios y circunstancias que se producen en otras muchas otras Comunidades Autónomas.

De hecho, ni en sus manifestaciones públicas, ni en sus declaraciones cabe encontrar diferencias entre lo que pueda hacer una coordinadora antitaurina en el País  Vasco de lo que hace cualquier otra.

Por eso, nos equivocaríamos si el caso de San Sebastián se lleva al debate  de la pretendida confrontación nacionalismo-españolismo. De hecho, el propio alcalde de San Sebastián ya ha dicho que él asume íntegramente el discurso antitaurino, que como bien se sabe se fundamenta en criterios animalistas, no en aspectos políticos. Y ese su marco propio, que por lo demás no resulta diferente –conviene insistir en ello– de los brotes antitaurinos de otras muchas ciudades.

2.La transición taurina vasca

Para comprender esta realidad, conviene mirar un poco hacia atrás. A finales de los años 70 y comienzo de los 80, la Fiesta entró en una profunda crisis, fundamentalmente en Bilbao, porque en San Sebastián ya había sido derruido El Chofre. Se daban en la capital vizcaina circunstancias muy especiales, muchas de ellas de orden personalista, que no es cosa de remover 40 años después.

Pero si hay que constatar unos datos importantes: cuando la plaza de Vista Alegre, asentada ya la democracia, pasó a estar bajo control municipal, la situación cambió radicalmente. Hasta el punto que debe afirmarse que fue el trabajo de varios alcaldes  y concejales nacionalistas –los que gobernaban el área de Cultura, en especial Jon Gangoiti– quienes  se empeñaron en la recuperación y se implicaron hasta el fondo tanto en la Junta Administrativa como en su Comisión Taurina. Hubo al menos una temporada de la que tengamos constancia expresa en la que desde las filas de nacionalismo se animó a sus gentes a asistir a las Corridas Generales.

Pero que hay que matizar una cosa: no actuaban así por una afición desmedida por la fiesta taurina –que más de uno luego lo fue–; lo hacían porque estaban convencidos que era el camino necesario y adecuado para revitalizar las fiestas y la vida de Bilbao. Y acertaron de pleno, entre otras razones porque pusieron en práctica el principio de la apoliticidad de la Fiesta.

Y se empeñaron tanto que hasta supieron dar la vuelta a la corrida que habitualmente se celebraba el 19 de junio, en la que se conmemoraba la entrada de las tropas franquistas en Bilbao. En el orden político, lo usual era en esos tiempos suprimir de un plumazo este tipo de situaciones. Pero como era un festejo que tenía tradición taurina y daba mucha vida a la ciudad, fue un alcalde nacionalista –José Mª Gorordo– quien buscó la fórmula para su transformación. La excusa fue que en fechas  cercanas  se celebraba el aniversario de la fundación de la villa de Bilbao por don Diego López de Haro, una fecha que el Ayuntamiento habitualmente solemnizaba. La fórmula concreta comenzó siendo reconvertirla en la Corrida de la Prensa, y años después darle distintas denominaciones.

En toda esta situación  resultó crucial el papel y la colaboración desinteresada de Manolo Chopera. Si siempre había sido leal con los antiguos gestores de la Junta, volvió a serlo con los nuevos, dejando a un lado cuando fue necesario los aspectos que pudieran afectar a su propio negocio como empresario. Facilitó así un tránsito taurinamente pacífico de una etapa a otra.

3.La raíces vascas de la Fiesta

Esta transición taurina, que permitió incluso acrecentar la valoración taurina de Bilbao, tenía un sustrato histórico importante, que permitía marginar las cuestiones ideológicas.

No sólo bastantes historiadores de lo taurino, también otros escritores, han mantenido de siempre la influencia vasca en los orígenes de la Fiesta de los toros, comenzado por la entrada del mítico uro por los montes pirenaicos, para desde el País Vasco y Navarra y luego extendiéndose al resto de la península.

Aparecen, además, personajes con Martín Barcaiztegui “Martintxo”, torero nacido a mediados del siglo XVIII en Oiartzun (Guipúzcoa), que ante de ser inmortalizado por los pinceles de Goya ya había cobrado celebridad en los ruedos.

En una conferencia que data de 1951, un ilustre bilbaino, ya desaparecido, como José María Busca Isusi, pronunció una conferencia sobre la “Tauromaquia vasca”. Y con tal ocasión recordaba:

“La tradición taurina de nuestros festejos populares es grande, siendo de notar su arraigo en zonas netamente vascas y poco sometidas a influencias extrañas. Es digno de notar el caso de Espitia, gran aglomeración urbana, con pocas comunicaciones y donde una gran afición a los juegos considerados como típicamente vascos alternan con una verdadera pasión por los espectáculos taurinos. La soka-muturra es popular en grandes y pequeños pueblos —en San Sebastián su supresión originó graves alteraciones del orden publico— los embolados, el zezenzusko, las capeas y encierros de Navarra, son afloramientos indudables del fondo taurino vasco”

Sin que lo pensara su autor, la nota que aquí aporta Busca Isusi resultó muchos años después de especial importancia. Cuando en el Bilbao de finales de los años 70 se plantea el debate taurino, el propio mundo abertzale construyó una argumentación nada agresiva basada precisamente en el carácter popular de la fiesta de toros.

Si dejamos al margen utilizaciones o lecturas más o menos interesadas, es lo que verdaderamente refleja el que fuera dirigente de Herri Batasuna Jon Idígoras en su libro autobiográfico “El hijo de Juanita Gerrikabeitia  [Editorial Txalaparta], cuando en diversos pasajes explica su participación en festejos taurinos y donde deja clara la tradición ininterrumpida de celebrar festejos taurinos en las fiestas de los pueblos. Sus recuerdos sobre su debut taurino [págs. 86 y ss.] o su relato de la experiencia cuando con un grupo de amigos hacen de empresarios en Zornotza [Pág. 111-115], son muy significativos a estos efectos.  A los efectos que de verdad importan en estos momentos, lo de menos es que un dirigente abertzale probara fortuna con el capote y la muleta; en el fondo eso es algo marginal. Lo verdaderamente relevante es como explicita las raíces populares de los festejos taurinos en el País Vasco.

4.La praxis municipal

Si bajo nuestro personal punto de vista el debate taurino de la actualidad debiera plantearse teniendo en cuenta todo lo anterior, diferente es el caso de la praxis política y administrativa que ahora se abre. Y a estos efectos, conviene recordar que el alcalde donostiarra ha tenido buen cuidado en no decir que va a prohibir los toros. Ese es un jardín en el que a sabiendas no se mete. A lo que específicamente se refiere es al uso que su Corporación hará en el futuro con una instalación de propiedad municipal, como en la actualidad es el complejo de Illumbe.

Lo mismo que pudiera decidir si se contrata o no tal o cual musical, o si los deportes se celebran bajo esta fórmula o bajo otra, de igual forma decide que no alquilará el recinto para los festejos taurinos. Por tanto, lo incorpora a la gestión ordinaria del Ayuntamiento, que se dilucida en primer lugar en el equipo de gobierno, pero con la aprobación correspondiente del  pleno de la Corporación.

Y en la vida municipal debiera quedar la cuestión. Es su escenario natural. Lo cual no quiere decir que los ciudadanos deban resignarse con la decisión del alcalde. Por el contrario, quedan abiertas las mismas vías que se tienen para cualquier otro asunto de la vida municipal, como por ejemplo ocurre con el tan polémico plan de las basuras urbanas que el Ayuntamiento trata de imponer. Lo que hay es que saber aprovecharlos.

Pero no se oculta un riesgo, que al menos los aficionados debiéramos tratar de evitar. En el País Vasco se ha abierto ya la campaña electoral autonómica. Ningún favor se haría a la Fiesta acudiendo en esta campaña a una mal entendida defensa de lo taurino basada en intereses políticos. Buscar votos, de cualquier color, a costa de la Fiesta es lo peor que nos podría ocurrir.

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Taurología

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Portal de actualidad, análisis y documentación sobre el Arte del Toreo. Premio de Comunicación 2011 por la Asociación Taurina Parlamentaria; el Primer Premio Blogosur 2014, al mejor portal sobre fiestas en Sevilla, y en 2016 con el VII Premio "Juan Ramón Ibarretxe. Bilbao y los Toros".

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