Se comprende que las actuales corridas de rejones vayan perdiendo fuerza. Pero es que son tan repetitivas, dejan tan escaso margen a verse sorprendido… La de este viernes en Pamplona ha sido estadísticamente un éxito: 7 orejas nada menos, tres rejoneadores por la Puerta del Encierro y un toro de vuelta al ruedo. Sin embargo, qué poca cosa queda en la memoria. Todo se ha ido en carreras y en pedir a los tendidos que aplaudieran. Toreo a caballo, de eso hubo mucho menos.
Como tienen un público bastante peculiar, que acude con toda legitimidad a divertirse no a profundizar en las esencias del toreo, los propios caballeros sacan su veta toreramente populista, que es lo que levanta al personal. Pero casi lo mismo por seis veces, se hace bstante canso, como dirían en las tierras navarras.
El Capea mandó una corrida gorda, algunos en exceso. Los seis se movieron entre dos polos: las buenas condiciones del 2º y el peligro del 4º, bien resuelto por su lidiador; en medio toda la escala.
Por Pablo Hermoso de Mendoza, el innovador del rejoneo, parece que no pasan los años, Pero pasan. Y lo que ayer era una innovación, esa forma de templar a dos pistas por ejemplo, ya no sorprende ni emociona como antes. Entre otras cosas porque, con mayor o menor fortuna, todo el escalafón trata de realizarlo. Pero también porque la capacidad creativa a caballo tiene sus límites. Su magisterio sigue indiscutible, pero de tanto verle en los ruedos ya se da por supuesto.
Meritoria fue su actuación el 4º, que no era precisamente fácil, pero con el que expuso mucho y dejo patentes su magnífica técnica y su excelente cuadra. Pero en la memoria quedan dos verdaderos recortes en un palmo de terrero. ¡Qué recortes tan toreros!. En ambos turnos montando a “Pirata”, estuvo muy certero con el rejón de muerte.
Bullidor y entregado, Leonardo supo aprovechar la buena clase de su primer toro en una lidia en ocasiones profundas, en otras más acrobática y superficial. Pero en lo uno y en lo otro, fue siempre por derecho, tratando se alcanzar la reunión. El pinchazo previo al rejón final no fue óbice para que le concedieran las dos orejas. Frete al que hizo 5º se mostró desigual, en un trasteo que fue de menos a más, para acabar con desacertado uso de los aceros de muerte.
Cumplía su primer compromiso de esta temporada Roberto Armendáríz. Lo acusó el torero y lo acuso su cuadra. Sin lucimiento en su primer turno, busco con ahínco no irse de vacío con el sexto. Su punto culminante, las tres banderillas quebrando muy en corto con “Ranchero”, que tuvieron emotividad, aunque la reunión resultó dispar.
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