ZARAGOZA. Sexta del abono. Menos de media plaza. Tres toros de Benjumea y tres de Los Bayones, lidiados como sobreros (2º, 5º y 6º); los titulares de desparejada presentación y escaso juego, los remiendos manejable e incluso con clase, en especial el segundo. Uceda Leal (de azul cobalto y oro),silencio y silencio. Cesar Jiménez (de agua de rosa y oro), una oreja tras aviso y ovación tras petición. Salvador Vegas (de blanco y oro), silencio tras aviso y ovación tras leve petición y aviso.
El segundo hierro de la Casa Cuvillo ha dado un buen fiasco en la plaza de La Misericordia. Comenzó por presentar una corrida desigual en presencia y continuó con tres toros de tan escasas fuerzas que tuvieron que ser devueltos, mientras sus otros tres hermanos eran declaradamente deslucidos y sin raza. Desde luego, más deslucidos aún si se les comparaba con los sobreros de Los Bayones, en especial el lidiado en segundo lugar, que permitieron hacer el toreo, después de haber cumplido sobradamente ante el caballo.
Con este materia, a la postre el más afortunado ha sido Cesar Jiménez, al que le tocó dos de los sobreros. Le cortó una oreja a su primero y pudo conseguir otra en el quinto si no pincha. Ha estado el madrileño en los niveles de recuperación en los que se ha movido en esta temporada, tras su triunfo de Madrid. Su corte de torero es el que es, pero dentro de eso ha habido pasajes de sus dos faenas con empaque y mucha templanza. En especial, un par de series con la izquierda que tuvieron mucha enjundia.
El reverso de la moneda ha sido el también madrileño Uceda Leal, el más desafortunado en el sorteo. Los dos cuvillos clase B no reunían el mínimo de condiciones necesarias; su segundo, además, iba buscando un descuido del torero para echarse en mitad de la faena. Pero hay que anotarle, como tantas otras tardes, su buen manejo de la espada en ambos toros.
Salvador Vega siempre ha tenido su ambiente en esta plaza. Y hoy lo ha mantenido gracias al sobrero que lidió en último lugar. Con el toro del hierro titular, tan escaso de fuelle como era, poco más se podía hacer que uno y otro intento siempre infructuoso. Ante el sobrero, en cambio, trató de venirse arriba y en los medios construyó un trasteo muy aseado y por momentos con interés.
Otrosí
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