PAMPLONA.- Sexta del abono de San Fermín. Lleno. Toros de Núñez del Cuvillo, bien presentados, con 511,3 kilos de promedio, variados de capa, 1º y 4º cinqueños, muy desiguales de presentación aunque se justificaban con la cara; con distinto matices de buen juego para el torero, especialmente 3º y 5º. Al 6º se le dio la vuelta al ruedo, aunque no fue el mejor del conjunto.
Antonio Ferrera (de tabaco y oro), silencio y una oreja. Miguel Ángel Perera (de blanco y plata), silencio y una oreja. Cayetano (de azul Bilbao y oro), dos orejas y dos orejas; salió a hombros por la Puerta del Encierro.
El encierro: Los toros de Núñez del Cuvillo han protagonizado un peligroso y veloz encierro, que ha durado dos minutos y 18 segundos. La manada ha quedado dividida en tres partes, con dos toros y cabestros por delante, otros dos toros en mitad de carrera y finalmente, muy cerca, los dos últimos toros cerrando el encierro. Esto ha permitido que los mozos pudieran tener más opciones de correr delante de las astas de los toros. Según el parte médico, han dejado un corneado de pronóstico menos grave y cinco lesionados.
Con la raza de su abuelo y con la raza de su padre. A lo mejor no es lo “políticamente correcto” afirmar de entrada que Cayetano ha echado una gran tarde en Pamplona. Pero esa es la simple realidad. A partir de ahí se podrá discutir, que se discutirá, todo lo que se quiera hasta la completa diseccion, como si se tratara de un laboratorio de precisión. Sin embargo, que Cayetano haya arrasado en Pamplona es un buena noticia. Naturalmente para él, pero también para la Fiesta. Los toreros de pura raza siempre tuvieron un lugar destacado en este complejo planeta. Y el menor de los Rivera en este 12 de julio apostó sin rodeo por ese palo. Por eso emocionó tanto, porque transmitía su entrega, su verdad, su firmeza y en muchos pasajes su empaque.
En esta sexta del abono se pudo ver una adecuada dosis de exquisiteces a cargo de Antonio Ferrera, con pasajes verdaderamente sublimes, diríase que de seda, con esa forma tan armoniosa de entender su oficio. Esos goterones de torería lo compensan de todo. Por eso, hasta en el toro de la merienda la gente seguía lo que estaba haciendo este torero. Se va de sanfermines sólo con una oreja en el esportón en dos tardes; sin embargo lo relevante es cómo convenció a los aficionados. Este Ferrera también se ha convertido en este 2019 en un “torero de Pamplona” sin necesidad de los heroicidades de las corridas más duras, como las que protagonizó en su anterior etapa.
La capacidad de Miguel A. Perera para imponer su ley pocos se lo discuten. Con el 5º lidiado este viernes dejó un par de series de naturales para anotar en los anales por el sentido profundo que tuvieron. No está tocado con la varita de lo artísticamente sublime, pero cuenta con una capacidad encomiable para realizar el toreo en toda su extensión. A lo mejor por eso contra viento y marea sigue circulando con holgura por el toreo.
Y llegó la eclosión de Cayetano. Triunfó con sus dos toros, aunque en la memoria del aficionado quedan sobre todo tres series sobre sobre la mano izquierda, sentidas y llenas de temple con el excelente 3º. Luego, conocedor del escenario, echó mano de la vibración y de la entrega, que también son valores taurinos. Y lo hizo no sólo con valor, también con empaque. Como con la espada estuvo en ambos contundente, los tendidos se le entregaron con un entusiasmo que hasta ahora no se había visto en esta feria. ¿Qué cuatro orejas son muchas? Resulta irrelevante: lo que queda es cómo puso a la plaza en pie. Y hay que insistir: en el toreo también se necesitan toreros de este corte. Lo que se hace necesario es que lo saquen a pasear de continuo.
A la que por el momento constituye la mejor tarde del abono contribuyeron, naturalmente, los toros de Núñez del Cuvillo. La vuelta al ruedo del 6º no deja de ser una pura anecdótica. Lo auténtico es que hubo dos grandes toros y otros tres se mostraron buenas condiciones como para poder triunfar con ellos. O andamos muy descaminados, o hasta el momento éste ha sido el sexteto más completos de los que se han visto en la Monumental pamplonesa en este 2019.
Otro sí
Una lección importante de Pamplona
Pero esta crónica no se puede concluir sin un elogio, y grande, para esta plaza, por lo bien que tienen organizada la salida a hombros por la Puerta del Encierro. Cuando la fea y maleducada costumbre de Madrid, que se viene extendiendo a otros sitio, de convertir estas salidas en un auténtico calvario de tirones, y empujones para el triunfador, que además acaba con el vestido de torear destrozado, en la capital navarra han establecido un cordón de seguridad, entre guardias forales y mozos, que sin alejar al torero del publico que le aclama, le permite disfrutar de estos momentos tan importantes, que para ellos resultan inolvidables.
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